GALICIA
El 24% de los gallegos en edad laboral se encuentran en riesgo de pobreza
Este porcentaje equivale a 406.205 gallegos entre 16 y 64 años
Por tercer año consecutivo, la Fundación Adecco presenta el informe “Un empleo contra la exclusión” que, en esta ocasión ha analizado e interpretado los datos del informe AROPE (at risk of poverty and/or exclusion, de EAPN), en su relación con cifras oficiales de la EPA y una encuesta elaborada a 120 personas desempleadas y en riesgo de exclusión, que han encontrado recientemente trabajo.
El desempleo, un factor determinante en la pobreza
Por segundo año consecutivo, se registra una caída en el índice de riesgo de pobreza en Galicia. Así, en 2017 se ha registrado tasa de pobreza del 22,6% descenso nada desdeñable que, sin embargo, aún no ha recuperado la cifra alcanzada en el año del estallido de la crisis, en 2011 (21%).
![[Img #50084]](https://xornal21.com/upload/images/02_2019/381_screen-shot-2019-02-07-at-135227.png)
Fuente: Elaboración propia a partir del informe El estado de la pobreza 2008-2018 (EAPN)
¿Qué explicación tiene este “retroceso? La evolución de la pobreza está íntimamente ligada al desempleo: en coyunturas en las que el segundo mejora, la primera tiende a disminuir. En el caso de Galicia, al contrario que a nivel nacional, la evolución pobreza- desempleo no ha seguido exactamente los mismos patrones, pero sí se establecen paralelismos, como el de los años recientes, en los que desciende el desempleo y también la tasa AROPE. Así, este año la tasa de desempleo ha disminuido hasta los 148.900 parados dentro de una tendencia positiva que coincide con la recorrida por el índice de pobreza.
![[Img #50085]](https://xornal21.com/upload/images/02_2019/1815_screen-shot-2019-02-07-at-135231.png)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos EPA. INE (en miles)
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “se pone de manifiesto la importancia del empleo como indicador para medir el bienestar social y la madurez de una sociedad, siendo el activo por excelencia para combatir las situaciones de pobreza y exclusión”.
Pero, ¿qué personas se consideran en riesgo de pobreza y exclusión, según AROPE? Aquéllas que cumplen, al menos, uno de los siguientes criterios:
- Vivir en un hogar con una renta inferior al umbral de la pobreza (el 60% de la mediana de la renta nacional, fijada en 2016 en 684 euros mensuales).
- Estar en privación material severa, no pudiendo afrontar, al menos, 4 de los siguientes gastos: vivienda, calefacción, vacaciones, alimentación básica, gastos imprevistos, teléfono, televisor en color, lavadora o automóvil.
- Vivir en un hogar con baja intensidad de trabajo (inferior a 0,2), definida como la relación entre el número de meses trabajados por todos los miembros de la unidad familiar y el número total de meses que podrían trabajar, como máximo, todas las personas en edad laboral de dicho hogar.
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “aunque el desempleo sólo se menciona expresamente en el tercer punto, es el desencadenante de todas las situaciones de pobreza y exclusión social. Así, el hecho de que las familias tengan que subsistir con ingresos inferiores a 684 euros mensuales (umbral pobreza) o que no puedan afrontar gastos básicos como la vivienda o la calefacción (privación material severa), tiene tras de sí el factor desempleo u otros estrechamente relacionados: paro de larga duración, agotamiento de prestaciones, precariedad, economía sumergida, etc”.
Las personas en edad laboral, más pobres que la media
Realizando una estimación proporcional en base al incremento nacional del índice AROPE entre la población total (26,6%) y aquella que tiene edad laboral (28,4%), podemos realizar una extrapolación a Galicia, a partir de la cual, el 22,6%% de personas en situación de pobreza, ascendería al 24.1% en el caso de aquéllas que tienen entre 16 y 64 años.
Si cruzamos estos datos con los de población, proporcionados por el INE, obtenemos que de los 1.685.500 gallegos de entre 16 y 64 años, 406.205 (el 24,1%) se encuentran en esta situación crítica.
Aunque la situación ha mejorado con respecto al año anterior (dicho 24,1% ascendía al 28%) aún no ha recuperado la de hace una década: en 2008, la cifra era del 23%.
![[Img #50086]](https://xornal21.com/upload/images/02_2019/6978_screen-shot-2019-02-07-at-135236.png)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos Índice AROPE e INE
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “no parece aventurado señalar que, entre estas personas en edad laboral, nos encontramos con una elevada proporción de desempleados, fundamentalmente de larga duración que han agotado todas sus prestaciones, así como profesionales que se encuentran en situación de irregularidad, trabajando en la economía sumergida o inactivos con capacidad para trabajar, pero que no lo hacen por razones culturales: personas con discapacidad, mayores de 45 años que perdieron su empleo y se han retirado del mercado, ante la falta de expectativas profesionales, etc. El desempleo, la precariedad y la inactividad, se convierten, por tanto, en factores que subyacen detrás de las situaciones de pobreza y exclusión”.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el segmento de la población que ha experimentado un mayor aumento de su pobreza es, precisamente, el de los desempleados: el 59,1% vive en riesgo de pobreza, porcentaje que se ha incrementado en 17 puntos desde 2007 (42,1%).
En este sentido, hay que tener en cuenta el aumento del paro de larga duración y la reducción de la cobertura de protección para desempleados, a raíz de la crisis económica, que ha disparado el porcentaje de parados que viven en riesgo de pobreza: un 59,1% frente al 42,1% de 2007, según AROPE.
Ante esta situación, Mesonero destaca que: “La solución pasa, necesariamente por la articulación de efectivas políticas activas de empleo que, frente a los subsidios no sostenibles en el tiempo, garanticen que los desempleados con más dificultades puedan desempeñar una ocupación, de forma continuada, que dignifique su vida”.
![[Img #50087]](https://xornal21.com/upload/images/02_2019/2976_screen-shot-2019-02-07-at-135240.png)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos Informe El estado de la pobreza 2008-2018 (EAPN)
El empleo, factor de inclusión social y salud
Trabajar reduce a un tercio las dificultades para llegar a fin de mes
Una encuesta realizada a 120 personas que se encontraban en desempleo y riesgo de exclusión (por atravesar grandes dificultades económicas), y que recientemente han encontrado una ocupación, revela que el empleo es un factor determinante para superar estas situaciones.
Así, si el 90% de los encuestados manifestaba grandes dificultades para llegar a fin de mes cuando no tenía trabajo, sólo el 30% lo hace una vez lo encuentra.
Y si bien un 30% sigue expresando dificultades económicas cuando encuentra empleo, según Mesonero: “encontrar un trabajo, aunque sea a jornada parcial y con bajos ingresos es, para una persona en riesgo de exclusión, el primer paso para salir de una situación de bloqueo que le impide avanzar y tomar decisiones. El empleo ayuda a las personas a empoderarse, a continuar formándose y a adquirir nuevas habilidades. En definitiva, es el punto de partida para recuperar la ilusión y la motivación necesarias para buscar otras oportunidades en el medio plazo, mejorando las condiciones actuales”.
![[Img #50088]](https://xornal21.com/upload/images/02_2019/9508_screen-shot-2019-02-07-at-135244.png)
Fuente: Encuesta Un empleo contra la exclusión. Fundación Adecco
En esta línea, y según la presente encuesta, el empleo tiene otros efectos en la vida de las personas en riesgo de exclusión: un 64% admite que puede hacer frente a gastos que antes no podía permitirse y que ha incrementado su consumo en actividades de ocio y entretenimiento.
Sin embargo, el empleo no sólo impacta en el bolsillo, también en otras esferas vitales: un 50% destaca cómo éste ha mejorado sus relaciones familiares y un 75% declara haber incrementado sus relaciones sociales. Asimismo, un 91% destaca que el empleo le hace sentirse más libre y completo y un 83% lo asocia con la mejora de su autoestima y salud emocional.
Según Francisco Mesonero: “el desempleo, especialmente cuando es de larga duración, puede derivar en el auto estigma, haciendo que las personas se retraigan en sus relaciones familiares y sociales y entren en una espiral de aislamiento, cada vez más profunda. Desde nuestras oficinas, asistimos diariamente a casos de personas que se encontraban muy abatidas y en grave riesgo de exclusión, pero que han logrado superarla gracias al empleo”.
20 de febrero, Día Mundial de la Justicia Social
A través de los ODS, las empresas y entidades debemos trabajar para reducir las desigualdades
El próximo 20 de febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social. Una jornada que nos recuerda el compromiso de todos los países para conseguir el desarrollo social y la justicia social a través de un crecimiento económico sostenible. El objetivo final es erradicar, a través del trabajo decente y el pleno empleo, la pobreza, lograr la igualdad de género y el acceso al bienestar social.
Como gran aliado de estos retos globales, contamos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para poder trazar y medir un recorrido que nos lleve a la reducción de las desigualdades, siendo el empleo una herramienta fundamental en este proceso. A través de la misión de la Fundación Adecco, trabajamos para conseguir la integración laboral de personas en riesgo de exclusión, el empoderamiento de las personas mediante formación y orientación laboral, y la gestión estratégica de la Diversidad Corporativa en las empresas para garantizar la inclusión laboral de población vulnerable. En concreto, toda nuestra actividad tiene un impacto directo en la consecución de los ODS 1. Fin de la Pobreza, 5. Igualdad de Género, 8. Trabajo decente y Crecimiento Económico, y 10. Reducción de las desigualdades.

Por tercer año consecutivo, la Fundación Adecco presenta el informe “Un empleo contra la exclusión” que, en esta ocasión ha analizado e interpretado los datos del informe AROPE (at risk of poverty and/or exclusion, de EAPN), en su relación con cifras oficiales de la EPA y una encuesta elaborada a 120 personas desempleadas y en riesgo de exclusión, que han encontrado recientemente trabajo.
El desempleo, un factor determinante en la pobreza
Por segundo año consecutivo, se registra una caída en el índice de riesgo de pobreza en Galicia. Así, en 2017 se ha registrado tasa de pobreza del 22,6% descenso nada desdeñable que, sin embargo, aún no ha recuperado la cifra alcanzada en el año del estallido de la crisis, en 2011 (21%).
![[Img #50084]](https://xornal21.com/upload/images/02_2019/381_screen-shot-2019-02-07-at-135227.png)
Fuente: Elaboración propia a partir del informe El estado de la pobreza 2008-2018 (EAPN)
¿Qué explicación tiene este “retroceso? La evolución de la pobreza está íntimamente ligada al desempleo: en coyunturas en las que el segundo mejora, la primera tiende a disminuir. En el caso de Galicia, al contrario que a nivel nacional, la evolución pobreza- desempleo no ha seguido exactamente los mismos patrones, pero sí se establecen paralelismos, como el de los años recientes, en los que desciende el desempleo y también la tasa AROPE. Así, este año la tasa de desempleo ha disminuido hasta los 148.900 parados dentro de una tendencia positiva que coincide con la recorrida por el índice de pobreza.
![[Img #50085]](https://xornal21.com/upload/images/02_2019/1815_screen-shot-2019-02-07-at-135231.png)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos EPA. INE (en miles)
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “se pone de manifiesto la importancia del empleo como indicador para medir el bienestar social y la madurez de una sociedad, siendo el activo por excelencia para combatir las situaciones de pobreza y exclusión”.
Pero, ¿qué personas se consideran en riesgo de pobreza y exclusión, según AROPE? Aquéllas que cumplen, al menos, uno de los siguientes criterios:
- Vivir en un hogar con una renta inferior al umbral de la pobreza (el 60% de la mediana de la renta nacional, fijada en 2016 en 684 euros mensuales).
- Estar en privación material severa, no pudiendo afrontar, al menos, 4 de los siguientes gastos: vivienda, calefacción, vacaciones, alimentación básica, gastos imprevistos, teléfono, televisor en color, lavadora o automóvil.
- Vivir en un hogar con baja intensidad de trabajo (inferior a 0,2), definida como la relación entre el número de meses trabajados por todos los miembros de la unidad familiar y el número total de meses que podrían trabajar, como máximo, todas las personas en edad laboral de dicho hogar.
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “aunque el desempleo sólo se menciona expresamente en el tercer punto, es el desencadenante de todas las situaciones de pobreza y exclusión social. Así, el hecho de que las familias tengan que subsistir con ingresos inferiores a 684 euros mensuales (umbral pobreza) o que no puedan afrontar gastos básicos como la vivienda o la calefacción (privación material severa), tiene tras de sí el factor desempleo u otros estrechamente relacionados: paro de larga duración, agotamiento de prestaciones, precariedad, economía sumergida, etc”.
Las personas en edad laboral, más pobres que la media
Realizando una estimación proporcional en base al incremento nacional del índice AROPE entre la población total (26,6%) y aquella que tiene edad laboral (28,4%), podemos realizar una extrapolación a Galicia, a partir de la cual, el 22,6%% de personas en situación de pobreza, ascendería al 24.1% en el caso de aquéllas que tienen entre 16 y 64 años.
Si cruzamos estos datos con los de población, proporcionados por el INE, obtenemos que de los 1.685.500 gallegos de entre 16 y 64 años, 406.205 (el 24,1%) se encuentran en esta situación crítica.
Aunque la situación ha mejorado con respecto al año anterior (dicho 24,1% ascendía al 28%) aún no ha recuperado la de hace una década: en 2008, la cifra era del 23%.
![[Img #50086]](https://xornal21.com/upload/images/02_2019/6978_screen-shot-2019-02-07-at-135236.png)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos Índice AROPE e INE
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “no parece aventurado señalar que, entre estas personas en edad laboral, nos encontramos con una elevada proporción de desempleados, fundamentalmente de larga duración que han agotado todas sus prestaciones, así como profesionales que se encuentran en situación de irregularidad, trabajando en la economía sumergida o inactivos con capacidad para trabajar, pero que no lo hacen por razones culturales: personas con discapacidad, mayores de 45 años que perdieron su empleo y se han retirado del mercado, ante la falta de expectativas profesionales, etc. El desempleo, la precariedad y la inactividad, se convierten, por tanto, en factores que subyacen detrás de las situaciones de pobreza y exclusión”.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el segmento de la población que ha experimentado un mayor aumento de su pobreza es, precisamente, el de los desempleados: el 59,1% vive en riesgo de pobreza, porcentaje que se ha incrementado en 17 puntos desde 2007 (42,1%).
En este sentido, hay que tener en cuenta el aumento del paro de larga duración y la reducción de la cobertura de protección para desempleados, a raíz de la crisis económica, que ha disparado el porcentaje de parados que viven en riesgo de pobreza: un 59,1% frente al 42,1% de 2007, según AROPE.
Ante esta situación, Mesonero destaca que: “La solución pasa, necesariamente por la articulación de efectivas políticas activas de empleo que, frente a los subsidios no sostenibles en el tiempo, garanticen que los desempleados con más dificultades puedan desempeñar una ocupación, de forma continuada, que dignifique su vida”.
![[Img #50087]](https://xornal21.com/upload/images/02_2019/2976_screen-shot-2019-02-07-at-135240.png)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos Informe El estado de la pobreza 2008-2018 (EAPN)
El empleo, factor de inclusión social y salud
Trabajar reduce a un tercio las dificultades para llegar a fin de mes
Una encuesta realizada a 120 personas que se encontraban en desempleo y riesgo de exclusión (por atravesar grandes dificultades económicas), y que recientemente han encontrado una ocupación, revela que el empleo es un factor determinante para superar estas situaciones.
Así, si el 90% de los encuestados manifestaba grandes dificultades para llegar a fin de mes cuando no tenía trabajo, sólo el 30% lo hace una vez lo encuentra.
Y si bien un 30% sigue expresando dificultades económicas cuando encuentra empleo, según Mesonero: “encontrar un trabajo, aunque sea a jornada parcial y con bajos ingresos es, para una persona en riesgo de exclusión, el primer paso para salir de una situación de bloqueo que le impide avanzar y tomar decisiones. El empleo ayuda a las personas a empoderarse, a continuar formándose y a adquirir nuevas habilidades. En definitiva, es el punto de partida para recuperar la ilusión y la motivación necesarias para buscar otras oportunidades en el medio plazo, mejorando las condiciones actuales”.
![[Img #50088]](https://xornal21.com/upload/images/02_2019/9508_screen-shot-2019-02-07-at-135244.png)
Fuente: Encuesta Un empleo contra la exclusión. Fundación Adecco
En esta línea, y según la presente encuesta, el empleo tiene otros efectos en la vida de las personas en riesgo de exclusión: un 64% admite que puede hacer frente a gastos que antes no podía permitirse y que ha incrementado su consumo en actividades de ocio y entretenimiento.
Sin embargo, el empleo no sólo impacta en el bolsillo, también en otras esferas vitales: un 50% destaca cómo éste ha mejorado sus relaciones familiares y un 75% declara haber incrementado sus relaciones sociales. Asimismo, un 91% destaca que el empleo le hace sentirse más libre y completo y un 83% lo asocia con la mejora de su autoestima y salud emocional.
Según Francisco Mesonero: “el desempleo, especialmente cuando es de larga duración, puede derivar en el auto estigma, haciendo que las personas se retraigan en sus relaciones familiares y sociales y entren en una espiral de aislamiento, cada vez más profunda. Desde nuestras oficinas, asistimos diariamente a casos de personas que se encontraban muy abatidas y en grave riesgo de exclusión, pero que han logrado superarla gracias al empleo”.
20 de febrero, Día Mundial de la Justicia Social
A través de los ODS, las empresas y entidades debemos trabajar para reducir las desigualdades
El próximo 20 de febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social. Una jornada que nos recuerda el compromiso de todos los países para conseguir el desarrollo social y la justicia social a través de un crecimiento económico sostenible. El objetivo final es erradicar, a través del trabajo decente y el pleno empleo, la pobreza, lograr la igualdad de género y el acceso al bienestar social.
Como gran aliado de estos retos globales, contamos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para poder trazar y medir un recorrido que nos lleve a la reducción de las desigualdades, siendo el empleo una herramienta fundamental en este proceso. A través de la misión de la Fundación Adecco, trabajamos para conseguir la integración laboral de personas en riesgo de exclusión, el empoderamiento de las personas mediante formación y orientación laboral, y la gestión estratégica de la Diversidad Corporativa en las empresas para garantizar la inclusión laboral de población vulnerable. En concreto, toda nuestra actividad tiene un impacto directo en la consecución de los ODS 1. Fin de la Pobreza, 5. Igualdad de Género, 8. Trabajo decente y Crecimiento Económico, y 10. Reducción de las desigualdades.































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