Miguel Ángel Moleón quiere hacer visible todo abuso que se comete contra las personas mayores y «su orden y desorden». Con la convicción de que a los ancianos jamás habría que dejarlos vivir en soledad, el autor nos revela la creciente necesidad de una proximidad cotidiana para con nuestros mayores, cuyos entornos se ven afectados cada vez más por la corrupción inmobiliaria.

Esto es lo que les sucede a los protagonistas de esta historia, el abuelo de Abril y la abuela de Chico, los cuales desde hace mucho tiempo disfrutan de una situación privilegiada en el centro de la ciudad. Allí viven felices con su respetada independencia, sabien- do que, con solo alargar la mano y llamar por teléfono, les llegará la ayuda necesaria. Ayuda que pronto precisarán, al verse amenazados con un desahucio inminente. Pero, en este caso, la trama de acoso y corrupción inmobiliaria no saldrá victoriosa: sus artífices no contaban con la fuerza de voluntad de los dos nietos, Chico y Abril, que sabrán aliarse, mover cielo y tierra, y derrotar la injusticia y el abuso de poder.