Hace ya varios años que se pueden ver en diversos medios, artículos y anuncios acerca de un colchón de cuna permeable que permite la respiración del bebé incluso si este se encuentra boca abajo. Realmente puede parecer cuestionable esta posibilidad, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de algo tan importante como la seguridad del pequeño y que estar relacionado con el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

Cualquier padre que se precie tiene ciertos temores ante el SMSL y la mayoría de nosotros sabemos que lo recomendable es que el bebé duerma boca arriba de forma continua, pero a partir del cuarto mes, los niños aprenden a rodar y girarse por si mismos, lo que puede hacer que cambien su postura mientras duermen y terminen boca abajo, con los riesgos que esto supone.

La Asociación Española de Pediatría informa de que mientras un bebé esté colocado boca arriba en un ambiente seguro a la hora de dormir, las probabilidades de que sufra un accidente se reducen al mínimo y que tres de cada cuatro muertes por asfixia relacionados con el síndrome de muerte súbita acontecen antes del cuarto mes de vida.

 A pesar de ello, la idea de que un colchón de cuna para bebe pueda reducir aún más los riesgos, además de mantener y cumplir el resto de las normas de seguridad es una gran noticia. Pero, según las características técnicas y la información aportada por el fabricante, no solo eso protege ante la asfixia, sino que también ofrece otras ventajas, como prevenir la plagiocefalia o un cambio de color cuando la temperatura del bebé es excesiva, como forma de alerta.

La ciencia respalda los beneficios de este colchón

No es la primera vez que un producto anunciado como milagroso termina no sirviendo para nada y acusado de publicidad engañosa, por lo que antes de aplaudir las bondades de estos colchones se ha de analizar si realmente proporcionan las ventajas de las que informan.

El principal problema cuando un bebé termina boca abajo en el colchón es el riesgo de que sufra asfixia y no consiga volver a respirar adecuadamente. Esto sucede cuando el dióxido de carbono que exhala el niño se acumula en el tejido del colchón alrededor de la cara del bebé debido a la falta de transpiración. Se han hecho pruebas en laboratorios externos al fabricante usando un maniquí que simulaba la respiración de un niño sobre este nuevo colchón. Los resultados de las pruebas demostraron que el CO2 exhalado se dispersó con mayor rapidez en este colchón que en el resto de los productos del mercado.

Pero ¿es esta prueba lo suficientemente veraz cuando se tratan de bebés reales? Aunque no podamos estar 100% seguros de lo que sucede cuando un bebé muere debido al SMSL, puesto que la ciencia todavía no ha dado una respuesta que pueda servir de forma común a todas las situaciones, lo cierto es que las pruebas con maniquís recrean un ambiente muy similar a la realidad.

Sin embargo, aunque se utilice un colchón de esta categoría, recientes estudios han demostrado que, al dormir boca abajo, los pequeños sufren problemas de sobre excitación, control cardiovascular alterado y su presión sanguínea se reduce, al igual que la oxigenación cerebral, por lo que no se ha de bajar la guardia.

Si que está demostrado que los materiales y la investigación que hay detrás del producto previene otro tipo de problemas de salud en los bebés: la plagiocefalia, la fiebre, infecciones respiratorias o alergias, entre otros, lo cual es un plus a tener en cuenta para decidirse por su uso.

Siempre se ha de tener en cuenta, que por muchos productos avanzados que utilicemos, la mejor prevención es que los padres se mantengan siempre alerta. Esta es la verdadera fórmula para evitar accidentes y situaciones de angustia. Pero una ayuda extra nunca viene nada mal.