Salud
Un policía jubilado de Orense compra un desfibrilador para proteger a los habitantes de su aldea
Yo vivía en un pueblo de Madrid y me retiré a esta aldea cuando me jubilé”, comenta José Manuel Galán. “A la semana de llegar presencié el fallecimiento de la madre de mi vecina por paro cardíaco. La ambulancia tarda mucho en llegar por las distancias y porque las calles del pueblo no están en buen estado. Estaba claro que necesitábamos un desfibrilador pero, como los ayuntamientos no lo hacen, fui yo quien compró el aparato. Espero que con este ejemplo muchos ayuntamientos se conciencien de la necesidad de cardioproteger las pequeñas aldeas”
Un vecino de San Paio Do Carballal, José Manuel Galán, policía jubilado, ha comprado un desfibrilador de ALMAS INDUSTRIES para cardioproteger a los 7 vecinos que viven en su la aldea, situada a cinco kilómetros de Monte de Ramos (Orense), municipio al que pertenece, que tiene entre cerca 600 habitantes distribuidos en 84 núcleos de población, que no tienen muchos medios para que les atiendan en caso de emergencia.
“Yo vivía en un pueblo de Madrid y me retiré a esta aldea cuando me jubilé”, comenta José Manuel Galán. “A la semana de llegar presencié el fallecimiento de la madre de mi vecina por paro cardíaco. La ambulancia tarda mucho en llegar por las distancias y porque las calles del pueblo no están en buen estado. Estaba claro que necesitábamos un desfibrilador pero, como los ayuntamientos no lo hacen, fui yo quien compró el aparato. Espero que con este ejemplo muchos ayuntamientos se conciencien de la necesidad de cardioproteger las pequeñas aldeas”.
José Manuel no dijo a sus vecinos que iba a comprar el equipo “porque es caro”, pero al saberlo han reaccionado muy bien. “Pusimos el desfibrilador en casa de la familia más joven -explica- para que en caso de emergencia podamos acudir a ellos fácilmente. Estuvimos barajando la posibilidad de ponerlo dentro de la capilla de la aldea, pero tardaríamos mucho más tiempo en llegar. El siguiente paso es señalizar donde está para que los sepan las personas de paso”.
La aldea está formada por tres casas, la del policía jubilado, otra con un vecino de 63 años que vive con su mujer y con el suegro- donde se ha instalado el desfibrilador- y otra donde viven tres personas mayores
El desfibrilador está en casa de Luis Martínez, para quién el tema de tener un desfibrilador fue algo nuevo “pero creo -dice- que puede sernos muy útil si algún día tenemos la mala suerte de tener un paro cardíaco. Vivimos en pueblos muy aislados y la ambulancia tarda más de media hora en llegar. El pueblo más grande del núcleo, donde está el policlínico, tampoco tiene desfibrilador”.
Luis trabaja en la diputación con una máquina trazando carreteras por la mañana y por las tardes esta en casa. “Mi mujer está siempre en casa con mi suegro y mi hijo, que trabajar en una granja de pollos cerca del pueblo, también pasa mucho por casa. Hay una aldea cerca de la nuestra con solo un habitante que también se beneficiará de este desfibrilador”.
Espacios cardioprotegidos conectados
La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos.
Estas zonas cuentan con, al menos, un desfibrilador, con mantenimiento garantizado y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.
Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es de un máximo de 5 minutos.
Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados
Cadena de Supervivencia:
- Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia.
- Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP).
- Desfibrilación temprana.
- SVB y cuidados post-resucitación

Un vecino de San Paio Do Carballal, José Manuel Galán, policía jubilado, ha comprado un desfibrilador de ALMAS INDUSTRIES para cardioproteger a los 7 vecinos que viven en su la aldea, situada a cinco kilómetros de Monte de Ramos (Orense), municipio al que pertenece, que tiene entre cerca 600 habitantes distribuidos en 84 núcleos de población, que no tienen muchos medios para que les atiendan en caso de emergencia.
“Yo vivía en un pueblo de Madrid y me retiré a esta aldea cuando me jubilé”, comenta José Manuel Galán. “A la semana de llegar presencié el fallecimiento de la madre de mi vecina por paro cardíaco. La ambulancia tarda mucho en llegar por las distancias y porque las calles del pueblo no están en buen estado. Estaba claro que necesitábamos un desfibrilador pero, como los ayuntamientos no lo hacen, fui yo quien compró el aparato. Espero que con este ejemplo muchos ayuntamientos se conciencien de la necesidad de cardioproteger las pequeñas aldeas”.
José Manuel no dijo a sus vecinos que iba a comprar el equipo “porque es caro”, pero al saberlo han reaccionado muy bien. “Pusimos el desfibrilador en casa de la familia más joven -explica- para que en caso de emergencia podamos acudir a ellos fácilmente. Estuvimos barajando la posibilidad de ponerlo dentro de la capilla de la aldea, pero tardaríamos mucho más tiempo en llegar. El siguiente paso es señalizar donde está para que los sepan las personas de paso”.
La aldea está formada por tres casas, la del policía jubilado, otra con un vecino de 63 años que vive con su mujer y con el suegro- donde se ha instalado el desfibrilador- y otra donde viven tres personas mayores
El desfibrilador está en casa de Luis Martínez, para quién el tema de tener un desfibrilador fue algo nuevo “pero creo -dice- que puede sernos muy útil si algún día tenemos la mala suerte de tener un paro cardíaco. Vivimos en pueblos muy aislados y la ambulancia tarda más de media hora en llegar. El pueblo más grande del núcleo, donde está el policlínico, tampoco tiene desfibrilador”.
Luis trabaja en la diputación con una máquina trazando carreteras por la mañana y por las tardes esta en casa. “Mi mujer está siempre en casa con mi suegro y mi hijo, que trabajar en una granja de pollos cerca del pueblo, también pasa mucho por casa. Hay una aldea cerca de la nuestra con solo un habitante que también se beneficiará de este desfibrilador”.
Espacios cardioprotegidos conectados
La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos.
Estas zonas cuentan con, al menos, un desfibrilador, con mantenimiento garantizado y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.
Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es de un máximo de 5 minutos.
Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados
Cadena de Supervivencia:
- Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia.
- Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP).
- Desfibrilación temprana.
- SVB y cuidados post-resucitación






























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