Día Miércoles, 03 de Diciembre de 2025
ACTUALIDAD
Las pantallas: ¿amigas o enemigas de los menores?
Accesibilidad al conocimiento, refuerzo escolar, promoción de la lectura o la mejora de las habilidades motoras, entre las principales ventajas que los dispositivos digitales pueden aportar al desarrollo de los más jóvenes, según Qustodio
El uso de las pantallas por parte de los menores españoles ha sido objeto de debate en los últimos años, y es que según el último informe presentado por Qustodio, "De Alpha a Zeta, educando a las generaciones digitales", los menores pasan una media de 4 horas diarias conectados a dispositivos tecnológicos. Las plataformas de vídeo, redes sociales, videojuegos, aplicaciones educativas y apps de mensajería instantánea acaparan su atención, pero ¿hasta qué punto perjudican la educación de los menores?
A pesar de que existen estudios que alertan sobre las consecuencias negativas del exceso de uso de las pantallas, como problemas de sueño, bajada del rendimiento escolar, obesidad, aislamiento, exposición al ciberacoso, conductas adictivas, entre otros, también existen beneficios educativos que se pueden obtener de un uso adecuado de las pantallas.
Desde Qustodio, se destacan siete beneficios que pueden aportar un uso responsable de las pantallas en la educación de los menores:
En primer lugar, las pantallas brindan un acceso inmediato al conocimiento humano. Nunca antes una generación había tenido la oportunidad de acceder a todo el conocimiento humano de forma tan accesible. Esto supone una oportunidad única para la educación, tanto para complementar las enseñanzas regladas como para explorar y desarrollar nuevos aprendizajes y aficiones.
En segundo lugar, las aplicaciones, juegos, ejercicios interactivos, entre otros, pueden servir como un refuerzo escolar que facilite un aprendizaje más inmersivo y divertido. Estas herramientas están diseñadas para captar la atención de los niños, ayudarlos a comprender conceptos de una forma más visual, fomentar su autonomía y permitirles aprender a su ritmo.
En tercer lugar, la lectura en formato digital puede ser más motivadora para los niños y ayudarles a mejorar su comprensión lectora. A través de Internet, se puede acceder a un número prácticamente ilimitado de libros electrónicos, muchos de ellos gratuitos.
En cuarto lugar, las pantallas pueden facilitar la socialización de los menores a través de las redes sociales, las aplicaciones de mensajería, las plataformas de videoconferencias e incluso los juegos en línea. De esta manera, los menores pueden interactuar y compartir sus aficiones, dudas y opiniones.
En quinto lugar, algunos videojuegos, principalmente de acción, pueden incrementar la neuroplasticidad del cerebro y el control cognitivo. Su uso continuado potencia la atención visual, reduce los tiempos de reacción y mejora la coordinación ojo-mano, que influye en el proceso de adquisición de la escritura.
En sexto lugar, los dispositivos digitales pueden proporcionar divertidos ratos en familia, desde ver juntos una película hasta competir en videojuegos de baile, deportivos o minijuegos de habilidad. Estos momentos pueden refuerzan las relaciones familiares y son una excelente manera de compartir los intereses de los menores.
Para Eduardo Cruz, CEO y co-fundador de Qustodio, "las pantallas pueden aportar interesantes beneficios a nuestros hijos si se usan de forma responsable. Para que puedan sacarles el máximo partido y evitar sus riesgos, es necesario que los padres se involucren y supervisen, no solamente el número de horas que pasan conectados, sino también cuál es su comportamiento digital y a qué contenidos acceden. Esa es la clave para que desarrollen, desde pequeños, una relación saludable y productiva con la tecnología. Al final del día, lo importante es encontrar un equilibrio entre el uso de las pantallas y otras actividades, como el ejercicio físico, la lectura o el juego al aire libre. Solo así podremos asegurarnos de que las pantallas sean amigas, en lugar de enemigas, de los menores".

El uso de las pantallas por parte de los menores españoles ha sido objeto de debate en los últimos años, y es que según el último informe presentado por Qustodio, "De Alpha a Zeta, educando a las generaciones digitales", los menores pasan una media de 4 horas diarias conectados a dispositivos tecnológicos. Las plataformas de vídeo, redes sociales, videojuegos, aplicaciones educativas y apps de mensajería instantánea acaparan su atención, pero ¿hasta qué punto perjudican la educación de los menores?
A pesar de que existen estudios que alertan sobre las consecuencias negativas del exceso de uso de las pantallas, como problemas de sueño, bajada del rendimiento escolar, obesidad, aislamiento, exposición al ciberacoso, conductas adictivas, entre otros, también existen beneficios educativos que se pueden obtener de un uso adecuado de las pantallas.
Desde Qustodio, se destacan siete beneficios que pueden aportar un uso responsable de las pantallas en la educación de los menores:
En primer lugar, las pantallas brindan un acceso inmediato al conocimiento humano. Nunca antes una generación había tenido la oportunidad de acceder a todo el conocimiento humano de forma tan accesible. Esto supone una oportunidad única para la educación, tanto para complementar las enseñanzas regladas como para explorar y desarrollar nuevos aprendizajes y aficiones.
En segundo lugar, las aplicaciones, juegos, ejercicios interactivos, entre otros, pueden servir como un refuerzo escolar que facilite un aprendizaje más inmersivo y divertido. Estas herramientas están diseñadas para captar la atención de los niños, ayudarlos a comprender conceptos de una forma más visual, fomentar su autonomía y permitirles aprender a su ritmo.
En tercer lugar, la lectura en formato digital puede ser más motivadora para los niños y ayudarles a mejorar su comprensión lectora. A través de Internet, se puede acceder a un número prácticamente ilimitado de libros electrónicos, muchos de ellos gratuitos.
En cuarto lugar, las pantallas pueden facilitar la socialización de los menores a través de las redes sociales, las aplicaciones de mensajería, las plataformas de videoconferencias e incluso los juegos en línea. De esta manera, los menores pueden interactuar y compartir sus aficiones, dudas y opiniones.
En quinto lugar, algunos videojuegos, principalmente de acción, pueden incrementar la neuroplasticidad del cerebro y el control cognitivo. Su uso continuado potencia la atención visual, reduce los tiempos de reacción y mejora la coordinación ojo-mano, que influye en el proceso de adquisición de la escritura.
En sexto lugar, los dispositivos digitales pueden proporcionar divertidos ratos en familia, desde ver juntos una película hasta competir en videojuegos de baile, deportivos o minijuegos de habilidad. Estos momentos pueden refuerzan las relaciones familiares y son una excelente manera de compartir los intereses de los menores.
Para Eduardo Cruz, CEO y co-fundador de Qustodio, "las pantallas pueden aportar interesantes beneficios a nuestros hijos si se usan de forma responsable. Para que puedan sacarles el máximo partido y evitar sus riesgos, es necesario que los padres se involucren y supervisen, no solamente el número de horas que pasan conectados, sino también cuál es su comportamiento digital y a qué contenidos acceden. Esa es la clave para que desarrollen, desde pequeños, una relación saludable y productiva con la tecnología. Al final del día, lo importante es encontrar un equilibrio entre el uso de las pantallas y otras actividades, como el ejercicio físico, la lectura o el juego al aire libre. Solo así podremos asegurarnos de que las pantallas sean amigas, en lugar de enemigas, de los menores".

















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