En una operación conjunta, la Policía Nacional, con el apoyo de la Agencia Tributaria, ha logrado desarticular dos organizaciones criminales de origen balcánico y asegurar una cantidad sin precedentes de cocaína destinada a la distribución en Europa. Un total de 20 personas han sido detenidas en esta operación, que ha llevado a la intervención de 11 toneladas de cocaína en diferentes ubicaciones de España.

En Vigo, Galicia, se llevó a cabo la mayor aprehensión de cocaína en la historia de la región, con la incautación de 7.500 kilogramos del estupefaciente. La droga estaba ingeniosamente oculta entre lomos de atún congelado, marcada con cuatro logotipos distintos, presumiblemente para identificar a diferentes organizaciones criminales europeas destinatarias del alijo.

Simultáneamente, en Valencia, se confiscaron 3.400 kilogramos de cocaína que se encontraban en dobles fondos secretos de contenedores marítimos. Estos contenedores fueron inicialmente pretendidos para abandonar en el puerto valenciano, formando parte de un entramado empresarial complejo creado por la organización criminal.

Las investigaciones, llevadas a cabo por la Policía Nacional y la Agencia Tributaria, con la colaboración de organismos internacionales, se iniciaron al identificar un complejo entramado empresarial dedicado al envío de contenedores marítimos desde Latinoamérica hacia distintos puertos de la Península Ibérica.

El empresario responsable, de origen coruñés, utilizaba una empresa dedicada al comercio internacional de pescado y marisco congelado para encubrir la ilícita importación de la droga. La empresa compartía sede social con otras entidades del entramado familiar y mercantil. Durante meses, los investigadores monitorearon la actividad de la empresa, identificando envíos que buscaban demostrar una actividad lícita como fachada para el transporte de la cocaína ahora incautada.

A pesar de inspecciones previas en instalaciones portuarias, la confianza de la organización criminal en su método de transporte y ocultación condujo a la contaminación de uno de los contenedores con una cantidad de droga sin precedentes en Galicia y una de las mayores en la historia del narcotráfico español y europeo.

El control sobre los envíos sospechosos y la colaboración con la Fiscalía Especial Antidroga del Campo de Gibraltar permitieron determinar el destino final de la droga. Los contenedores fueron trasladados al Puerto de Algeciras para, posteriormente, ser enviados al puerto de Vigo, donde se detectaron y se llevó a cabo la detención del personal involucrado en la descarga de la cocaína.

La operación Tonara representa un golpe significativo al narcotráfico internacional y destaca la eficacia de la colaboración entre agencias nacionales e internacionales en la lucha contra el crimen organizado.