De la incredulidad a la indignación, han pasado los integrantes del Comité Directivo de la Confederación Empresarial de Pontevedra (CEP), al conocer la decisión de postergar hasta el 2040 la ejecución de la línea de Alta Velocidad entre Vigo y Oporto, acordada entre la Comisión Europea, el Gobierno de España -que actualmente ocupa la Presidencia rotatoria de la UE- y el Europarlamento.

Cabe recordar que fue en la XIX Cumbre hispano-lusa, celebrada el 7 y 8 de noviembre de 2003 en Figueira da Foz (Portugal), cuando los jefes de gobierno español y portugués, José María Aznar y José Manuel Durão Barroso, respectivamente, acordaron impulsar la Alta Velocidad entre Vigo y Oporto, anunciando su inauguración en 2009. La conexión entre las dos capitales de la Eurorregión era la prioritaria de las cuatro que se acordaron durante el encuentro bilateral.

Formó parte del paquete de medidas para compensar a Galicia tras la tragedia del Prestige. Papel mojado, para los medios lusos, que reclaman que del lado de Portugal dos décadas después no se ha hecho nada, mientras que en el conjunto de España la red de alta velocidad ha crecido hasta los 4.000 kilómetros (ocho veces más de lo que tenía en 2003).

Para esta Confederación Empresarial de Pontevedra, sin duda para toda Galicia, el agravio supone que se nos ignora y perjudica. De la línea marcada como prioritaria en 2003 nada se ha avanzado, a pesar de crecer, año a año, en número de usuarios y demanda de viajeros. Esta provincia aún no tiene Salida Sur ni se ha ejecutado el Eje Atlántico. Pontevedra no está conectada con la Meseta. Han pasado 20 años y la Alta Velocidad llega hasta Orense. Lo demás, son cuentos.

Este anuncio de la UE, que retrasa la conexión entre Vigo y Oporto hasta el 2040 implica, de seguro, la escalofriante cifra de 50 años de retraso socio económico, aislamiento y pérdida de competitividad (calculando por adelantado retrasos en la ejecución, siempre habrá que hacer algún nuevo estudio, posponer algún tramo, priorizar otros proyectos, en el Levante, quizás…).

Desde la perspectiva y en función de las líneas estratégicas de la CEP y su Consejo Asesor es Inaceptable. Nos jugamos el futuro de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal y su tejido productivo, su capacidad de atraer nuevos proyectos e iniciativas de negocio, la creación de empleo y la retención del talento, el bienestar, en fin, de su sociedad civil.

La certeza que es innegable es que somos una región periférica en dos países periféricos de la UE, cuyo desarrollo socioeconómico y dificultades orográficas, entre otros factores, nos han permitido acceder a los llamados fondos de cohesión, hasta ahora, a pesar de las sucesivas ampliaciones de la zona euro.

Es inusitado que, estemos tan cerca, y al mismo tiempo, se empeñen en alejarnos quienes tienen como objetivo acercarnos y promover ese acercamiento financiando proyectos estratégicos.

La Eurorregión Galicia-Norte de Portugal es ejemplo de cooperación transfronteriza para otras eurorregiones de la zona euro por su eficacia en la ejecución de proyectos en los últimos 25 años, gracias a su permeabilidad, interacción y dinamismo. Pero, se la castiga a no ser dotada de las infraestructuras que garantizarán su desarrollo y su competitividad en los próximos años.

Es inverosímil y contradictorio que cuando la CEP lidera la continuación del proyecto europeo CoLogistics, que tuvo como objetivo fundamental mejorar la competitividad de la Logística en la Eurorregión, con el reciente lanzamiento del Digital CoLogistics, que se prolongará hasta el 30 de junio de 2026, nos digan que no somos prioritarios.

Es, cuando poco, irracional que se destinen fondos europeos a sectores tan clave para el desarrollo socioeconómico como la logística, con organizaciones empresariales y administraciones públicas de alto nivel involucradas, como son el resto de los socios del Digital Cologistics, y por otro lado se pospongan inversiones estratégicas para el año 2024.

Los socios gallegos del proyecto son la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade de la Xunta; la Autoridad Portuaria de Vigo (APV), el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) y el Clúster da Función Loxística de Galicia.Por el Norte de Portugal los socios son la Associação Empresarial de Portugal (AEP) la Administração dos Portos do Douro, Leixões e Viana do Castelo (APDL) y la Câmara Municipal de Famalicão.

Miño de por medio, no hay frontera para el tejido empresarial de Pontevedra y el norte luso desde mucho antes de que se eliminasen los pasos fronterizos, al integrarse España y Portugal en la UE en 1986.

Seguiremos insistiendo y trabajando para conseguir lo que merecemos en justicia.