Pedro Simón, quien ya ha demostrado su maestría para abordar las complejidades de las relaciones familiares en novelas como Los ingratos y Los incomprendidos, regresa con Los siguientes, una obra que explora, con brutal honestidad y delicadeza, uno de los temas más universales y dolorosos: el enfrentamiento con la inevitable decadencia y muerte de los seres queridos.

El relato de Los siguientes se centra en Carmen, una mujer que debe cuidar a su padre en los últimos años de su vida. Desde el principio, el autor no escatima en mostrarnos la crudeza de esta situación, empezando con una escena tan íntima como devastadora: Carmen debe limpiar a su padre, y en ese acto se revela toda la vulnerabilidad que acompaña al proceso de cuidar a un ser querido que poco a poco se va apagando. Simón nos arrastra al abismo emocional de Carmen, y lo hace con una precisión narrativa que no busca exagerar el dramatismo, sino retratarlo tal cual es: desgarrador, cotidiano y profundamente humano.

El gran acierto de Los siguientes radica en su capacidad para balancear lo emocional sin caer en la sensiblería. Simón nos lleva a reflexionar sobre la fragilidad de la vida, pero también sobre las complejas dinámicas familiares que surgen cuando los roles se invierten. Carmen pasa de ser hija a ser cuidadora, una transición que no solo implica el enfrentamiento con la realidad física del envejecimiento, sino también con las emociones no resueltas del pasado. A través de su mirada, somos testigos del impacto que tiene la vejez sobre las relaciones familiares, el peso del sacrificio y la resignación, y, a la vez, la posibilidad de hallar amor y reconciliación en los momentos más oscuros.

El estilo de Pedro Simón es directo y sincero. No busca adornar lo inevitable ni dulcificar el dolor. Su prosa, sin ser grandilocuente, es profundamente efectiva en transmitir la cotidianidad del sufrimiento y la dificultad de enfrentar la muerte de los seres queridos. El autor se desliza entre el dolor y la reflexión, ofreciendo momentos de calma entre la tormenta emocional que envuelve a los personajes.

Aunque la trama de Los siguientes pueda parecer sencilla, la verdadera riqueza de la novela reside en su habilidad para conectar con el lector a un nivel visceral. La narrativa de Simón recuerda que todos, en algún momento, enfrentaremos el duelo, ya sea como hijos o como padres, y lo hace con una autenticidad que conmueve.

Uno de los aspectos más interesantes de la obra es cómo plantea la muerte no solo como un hecho final, sino como un proceso que afecta profundamente a quienes sobreviven. La muerte de los padres, en este caso, no es solo una despedida, sino un viaje emocional que transforma a los que quedan. Simón sabe captar la contradicción de sentir alivio y culpa al mismo tiempo, y logra que el lector se reconozca en esos momentos de vulnerabilidad.

Sin embargo, algunos lectores podrían sentir que la constante introspección y el foco en el dolor emocional podrían hacer la lectura algo pesada en ciertos tramos. No es una novela fácil de digerir, y puede resultar abrumadora para aquellos que buscan una lectura más ligera. Pero para quienes estén dispuestos a adentrarse en las profundidades de las relaciones familiares y la confrontación con la muerte, Los siguientes es una obra potente y conmovedora.

En conclusión, Los siguientes es un retrato profundamente honesto y conmovedor sobre la decadencia, el sacrificio y el amor que persiste incluso en los momentos más difíciles. Pedro Simón ha escrito una novela que, aunque puede ser difícil de leer debido a la intensidad emocional que transmite, es una obra de gran humanidad. Los siguientes nos recuerda que, al final del día, la vida está hecha de esos pequeños momentos de cuidado, amor y, a veces, de dolor compartido, mientras enfrentamos lo inevitable.