OPINIÓN
Queridos Reyes Magos
José Manuel Pena
Esta carta va dirigida a vosotros. Sí, a vosotros, para que podamos seguir manteniendo la ilusión, la utopía y la voluntad de seguir luchando por un mundo más justo, libre e igualitario. Donde nadie vulnere los Derechos Humanos y queden impunes sus acciones. Donde nadie se crea superior a otro por su estatus social, ideología, formación académica o por el simple color de su piel.
Queridos Reyes Magos, por favor, no olvidaros de los excluidos socialmente: de los enfermos; de los discapacitados; de los parados; de las víctimas de la violencia machista: de los refugiados; de los presos de conciencia; de las víctimas de la corrupción política; de las víctimas de los abusos bancarios … , en definitiva, queridos Reyes Magos, no olvidaros nunca de los más humildes e indefensos.
No debemos, no queremos ni podemos olvidarnos de pediros también todos los esfuerzos y toda la magia posible para traer la paz a muchos países del planta donde la muerte de miles de inocentes, principalmente niños y mujeres, están a la orden del día. Mientras la comunidad internacional prefiere salvaguardar los intereses económicos y empresariales de algunos países y de ciertas multinacionales en detrimento de la supervivencia y la dignidad humana.
No quería despedirme sin antes pediros un poco más de magia para transmitir fuerza a los ciudadanos, en general, al objeto de que sean mucho más empáticos, solidarios y comprometidos con el entorno que les rodea para garantizar los derechos fundamentales de todas las personas. Gracias por vuestra atención.
Esta carta va dirigida a vosotros. Sí, a vosotros, para que podamos seguir manteniendo la ilusión, la utopía y la voluntad de seguir luchando por un mundo más justo, libre e igualitario. Donde nadie vulnere los Derechos Humanos y queden impunes sus acciones. Donde nadie se crea superior a otro por su estatus social, ideología, formación académica o por el simple color de su piel.
Queridos Reyes Magos, por favor, no olvidaros de los excluidos socialmente: de los enfermos; de los discapacitados; de los parados; de las víctimas de la violencia machista: de los refugiados; de los presos de conciencia; de las víctimas de la corrupción política; de las víctimas de los abusos bancarios … , en definitiva, queridos Reyes Magos, no olvidaros nunca de los más humildes e indefensos.
No debemos, no queremos ni podemos olvidarnos de pediros también todos los esfuerzos y toda la magia posible para traer la paz a muchos países del planta donde la muerte de miles de inocentes, principalmente niños y mujeres, están a la orden del día. Mientras la comunidad internacional prefiere salvaguardar los intereses económicos y empresariales de algunos países y de ciertas multinacionales en detrimento de la supervivencia y la dignidad humana.
No quería despedirme sin antes pediros un poco más de magia para transmitir fuerza a los ciudadanos, en general, al objeto de que sean mucho más empáticos, solidarios y comprometidos con el entorno que les rodea para garantizar los derechos fundamentales de todas las personas. Gracias por vuestra atención.
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