La Isla de La Toja siempre se ha asociado a dos conceptos: salud y lujo. Estos han sido grandes reclamos para el turismo desde siempre, y si bien es cierto que quien lo visita, vuelve, el conjunto ha cambiado mucho en las últimas décadas.

Por lo pronto, el bello paisaje se sigue manteniendo, por lo que los amantes de la naturaleza insular lo eligen como destino para fotografiar o relajarse. Si bien las Islas Cíes ofrecen una experiencia más natural, los turistas que desean también una toma de contacto con lo urbano eligen La Toja. La oferta hostelera es muy buena, y además su mercado cosmético se mantiene, porque tradicionalmente, hay clientes que aman los jabones y sales elaborados allí. ¿Cuál es su relación con la salud? Para aquellos que lo desconozcan, existe una leyenda acerca de un cura de O Grove que abandonó a su suerte a su burro moribundo en la isla, y cuando regresó algún tiempo después descubrió que no sólo seguía vivo, sino que gozaba de excelente salud. Según cuenta la leyenda, los barros y aguas de la isla tendrían propiedades mágicas, lo que ha dotado siempre de encanto a La Toja, considerándose medicinales sus manantiales.

Pero poco a poco los habitantes se han esmerado en darle un valor añadido y convertirla en un lugar en el que no falte de nada, adaptándose año tras año a las necesidades de los viajeros. Aparte de la preciosa capilla de conchas, La Toja reúne desde hace décadas recintos dedicados al lujo y al confort: el Campo de Golf o el Casino de a Toxa son algunos ejemplos. Este último, descrito por algunos viajeros como de un ambiente de los años 20, pone especial esmero en mantener una oferta cultural y de restauración que acompañen a la experiencia de juego, ya que desde que existen salas en línea como las que reseña casinoespanol, los clientes que acceden a los casinos no necesariamente desean jugar, pues ya pueden hacerlo desde casa.

La cuestión es, ¿da tiempo de experimentarlo todo en un solo día o en un fin de semana? Si de verdad queremos exprimirla al máximo, lo ideal sería al menos una semana, ya que además de los lugares emblemáticos que todo el mundo conoce, si se le da tiempo ofrece una experiencia mucho más mágica de lo que inicialmente pueda parecer, con burros nuevos, y hoy por hoy, con todo tipo de comodidades que se han ido implementando.