SOLIDARIOS
367 jóvenes con discapacidad buscan empleo en Galicia
Representan el 4,1% del total de jóvenes con discapacidad en España y el 1,78% del total de gallegos desempleados menores de 25 años, que ascienden a 20.600
El próximo 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud. En este marco, la Fundación Adecco y JYSK han realizado el tercer informe Jóvenes con Discapacidad, motor de futuro, un trabajo que basa sus conclusiones en una encuesta a 300 personas con discapacidad entre 18 y 30 años, así como en el análisis de informes oficiales: El mercado de Trabajo de las personas con discapacidad (SEPE, 2018) y Jóvenes con discapacidad en España (Injuve y Cermi, 2016).
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, comenta que: “para garantizar un futuro igualitario, en el que los jóvenes con discapacidad tengan las mismas oportunidades, es vital trabajar en el presente. Por un lado, sensibilizando a las empresas y acercándoles su talento; y, por otro, empoderando a los jóvenes para que su discapacidad no se convierta en un hándicap, sino que puedan transformarla en una ventaja competitiva o impulso para incrementar sus oportunidades de empleo”.
Radiografía del desempleado joven con discapacidad
Actualmente, se contabilizan en España 8.937 jóvenes con discapacidad (hasta 25 años) inscritos como demandantes de empleo. Su perfil responde al de un hombre (63%), con discapacidad física (42%) que reside mayoritariamente en Andalucía (22,8%), Cataluña (15%), Comunidad Valenciana (11,4%) y Comunidad de Madrid (10,5%). En otras palabras, estas 4 regiones concentran a 6 de cada 10 desempleados jóvenes con discapacidad.
En el caso de Galicia, sus 367 jóvenes con discapacidad en paro representan el 4,1% del total nacional de menores de 25 con discapacidad y el 1,8% del total de parados menores de 25 años en Galicia, que asciende a 20.600.
REGIÓN
Menores de 25 años
con discapacidad en desempleo
%
Andalucía
2.039
22,8%
Aragón
198
2,2%
Asturias
160
1,8%
Baleares
276
3,1%
C.Valenciana
1018
11,4%
Canarias
453
5,1%
Cantabria
69
0,8%
Castilla la Mancha
535
6,0%
Castilla León
415
4,6%
Cataluña
1341
15,0%
Ceuta
58
0,6%
Extremadura
309
3,5%
Galicia
367
4,1%
La Rioja
43
0,5%
Madrid
935
10,5%
Melilla
47
0,5%
Murcia
346
3,9%
Navarra
95
1,1%
País Vasco
233
2,6%
TOTAL
8.937
100,0%
Fuente: SEPE, El mercado de trabajo de las personas con discapacidad 2018
Es significativo que, a nivel nacional, la mayor parte (27,7%) es desempleado de larga duración, es decir, lleva más de un año buscando empleo sin éxito. En concreto, el 14,5% lleva entre uno y 2 años en paro y un 13,3% supera los 2 ejercicios.
En cuanto al tipo de discapacidad, de los desempleados jóvenes, la mayoría presenta una de tipo físico (42%), seguido de un 23% con discapacidad psíquica, un 19% sensorial; un 11% intelectual y un 5% orgánica.
Mayores barreras de acceso al empleo
En los últimos años, habíamos asistido a una reducción del número de desempleados jóvenes con discapacidad en Galicia, sin embargo, en el último año la cifra ha aumentado un 7,3%, hasta 367 personas. Este dato resalta negativamente si se tiene en cuenta que, a nivel regional, el número de gallegos desempleados menores de 25 ha disminuido un 1,4% en el mismo periodo de tiempo.
Según Francisco Mesonero: “los jóvenes con discapacidad siguen encontrando mayores dificultades en el mercado laboral con respecto a las personas de su edad, debido a la aún existencia de prejuicios y estereotipos en las empresas, así como a barreras psicológicas que frenan a los jóvenes con discapacidad tanto a la hora de estudiar como de encontrar empleo”
En este sentido es significativo como la participación de los jóvenes con discapacidad en el mercado laboral continúa siendo exigua en España: su tasa de actividad es del 28% o, lo que es lo mismo, un 72% no tiene empleo ni lo busca, según el informe Jóvenes con discapacidad en España (INJUVE y CERMI). La participación de los jóvenes sin discapacidad en el empleo, aunque baja (39%), es considerablemente superior a la de los primeros.
La menor participación de los jóvenes con discapacidad en el mercado laboral no sólo se debe a las dificultades derivadas de su condición (elevada afectación, deterioro del estado de salud, etc), sino que tienen mucho peso las barreras psicológicas de carácter intrínseco (sobreprotección familiar, temor, inseguridades, etc) y extrínseco (discriminación por parte de la sociedad y las empresas).
En efecto, el 40% de la población joven con discapacidad afirma haber sentido discriminación en el ámbito educativo y/o formativo, un porcentaje que, lejos de decrecer cuando llegan a la edad laboral, asciende hasta el 66%. Es decir, cerca de 7 de cada 10 jóvenes con discapacidad afirma haber sentido discriminación en los procesos de selección para acceder a un puesto de trabajo. “Se les cambió la cara cuando vieron que tenía una discapacidad” o “cuestionaron continuamente mi capacidad para poder ejercer el puesto y, aunque cumplía todos los requisitos, no volvieron a llamarme”, son algunas de las respuestas de los encuestados.
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “si la discriminación ya está presente en las escuelas, es muy lógico que se extienda a los entornos laborales en la edad adulta. Esta situación es peligrosa, porque puede frenar la voluntad de muchos jóvenes con discapacidad en su búsqueda de empleo. La única vía para atajarlo es la educación inclusiva desde edades tempranas, así como una intensa labor de sensibilización en las empresas; en primer lugar, eliminando sesgos inconscientes y prejuicios entre los responsables de Recursos Humanos y, al mismo tiempo, acercando la discapacidad a toda la plantilla, para erradicar prejuicios y estereotipos. Sólo de este modo, la incorporación de los jóvenes con discapacidad podrá ser sostenible en el tiempo”.
Políticas activas de empleo para empoderar a los jóvenes con discapacidad
Como hemos analizado, los prejuicios y creencias estereotipadas conducen a muchos jóvenes con discapacidad a la inactividad (un 72% no tiene empleo ni lo busca).
Entre aquellos que sí buscan trabajo, casi tres cuartas partes (67,9%) nunca ha tenido contacto con el mundo laboral, es decir, está buscando su primer empleo. En primer lugar, por una cuestión generacional, ya que están en los albores de su carrera profesional y, en segundo, por una mayor cultura del subsidio, es decir, en ocasiones, reciben una prestación económica que, si bien asegura su subsistencia, puede conducir a una búsqueda de empleo más laxa y prolongada, que perpetúa la dependencia y la inactividad.
Según Francisco Mesonero: “las políticas pasivas de empleo o subsidios son muy necesarios para garantizar que las personas con discapacidad pueden salir adelante, pero es fundamental complementarlos con políticas activas de empleo, máxime en el caso de los jóvenes con discapacidad, que tienen toda su trayectoria laboral por delante. Mediante la formación y el acompañamiento, los jóvenes con discapacidad podrán equipararse al resto de los demandantes de empleo, competir en condiciones de igualdad y lograr un grado de autonomía que les permita encontrar un empleo y realizarse personalmente”.
Asimismo, y en línea con los prejuicios mencionados, los jóvenes con discapacidad tienden a ver mermada su confianza laboral: un 52% cree que tardará más de un año en encontrar trabajo; seguido de un 26% que prevé estar entre 7 y 12 meses desempleado; un 17% que calcula que la tarea de encontrar empleo le llevará entre 1 y 6 meses y un 5% que opina que tardará menos de un mes.
Menor formación: el Talón de Aquiles
El nivel formativo es un factor determinante a la hora de garantizar el acceso al mercado laboral. Es una conclusión generalizada en todos los países miembros de la UE: a mayor nivel de formación, mayor tasa de ocupación y menor desempleo.
En este sentido, es significativo cómo entre los jóvenes de nuestro país la carencia formativa se alza como una de las principales causas de desempleo.
A través del informe Jóvenes con discapacidad y empleo en España (2016), hemos podido radiografiar el nivel formativo predominante entre aquellos que tienen discapacidad y compararlo con el resto de las personas de su edad. Llama la atención el importante gap existente: un 11% de los jóvenes con discapacidad es analfabeto (sólo un 0,28% de los de su edad) y apenas un 2% cuenta con estudios universitarios, frente al 11,9% del resto.
Pablo Pineda, primer diplomado europeo con síndrome de Down y embajador de la Fundación Adecco apuesta por un modelo de educación inclusiva que reduzca esta brecha formativa: “el problema es que muchas personas con discapacidad, especialmente intelectual, terminan su formación con 18 años y su única alternativa es un centro ocupacional o Centro Especial de Empleo. En mi caso me considero afortunado, pues fui a la Universidad, si bien no tiene por qué ser la única vía. Desde mi punto de vista, el valor de la educación inclusiva radica precisamente en buscar la equidad, analizar las necesidades de cada persona y ofrecerle alternativas adecuadas a sus circunstancias. De este modo, las personas con discapacidad podríamos alcanzar la plenitud educativa haciendo una FP, con un certificado de profesionalidad o mediante otras fórmulas intermedias que eviten que toquemos techo formativo a los 18 años. La idea sería prolongar la formación hasta los 25 años, para que las personas con discapacidad puedan competir con garantías en el mercado laboral”.
¿Dónde encuentran empleo los jóvenes con discapacidad?
Según el informe El mercado de Trabajo de las personas con discapacidad, del SEPE, las ocupaciones de mayor contratación en el caso de las personas con discapacidad son peón de industria manufacturera (20,2%), personal de limpieza en oficinas, hoteles y otros establecimientos (17,7%) y camarero con un 15,6%.
La mayoría de estas posiciones no exigen una elevada cualificación, circunstancia ocasionada, principalmente por la menor formación de los jóvenes con discapacidad, que provoca que su presencia en puestos cualificados sea exigua.
6 consejos para que los jóvenes con discapacidad se estrenen en el empleo
Durante el último año, la Fundación Adecco ha generado 725 empleos para jóvenes con discapacidad. A todos los que deseen estrenarse en el mundo laboral, la Fundación ofrece las siguientes recomendaciones:
- No escondas tu discapacidad, pero no es necesario reflejarla en el currículum. Es un dato personal que no determina en absoluto tu profesionalidad: lo que debes poner en valor es tu formación, experiencia y actitudes. Además, piensa que la mayoría de los responsables de Recursos Humanos no son expertos en discapacidad. Por ello, indicándolo en el currículum podrías generar dudas innecesarias
- Transforma tu discapacidad en ventaja competitiva. Si tu discapacidad es visible y llegas a la entrevista de trabajo, no dejes que sea un tabú y explícala con normalidad al reclutador. Lo importante es que no se quede con dudas acerca de si puedes desempeñar el puesto de trabajo. Explícale con ejemplos prácticos cómo te desenvuelves en tu día a día y si precisas de alguna adaptación. Incluso, es recomendable que te ofrezcas a responder todas sus dudas en relación a la discapacidad, pues ello proyectará una imagen de seguridad y confianza. Además, la discapacidad puede hacer que afloren y se refuercen capacidades como el esfuerzo, la superación o la capacidad de sacrificio. Son cualidades que puedes poner en valor, de modo que transformes tu discapacidad en una ventaja competitiva.
- Centra tu currículum en las competencias. Si estás buscando tu primer empleo, no puedes acreditar experiencia, por lo que es recomendable hacer hincapié en tus habilidades y competencias (iniciativa, adaptabilidad a los cambios, polivalencia), así como en actividades extracurriculares que aporten valor (voluntariados, estancias en el extranjero, etc).
- Fórmate. En la actualidad existen organismos y entidades que becan a jóvenes con discapacidad para apoyarles en su formación y, de este modo, abrirles las puertas del mundo laboral. La formación es una valiosa herramienta que te abrirá las puertas del empleo, por lo que ¡no lo dudes! Encuentra algo que te motive, en lo que te gustaría mejorar y ponte a ello. Recuerda que los idiomas, las nuevas tecnologías y/o el diseño web, son siempre una buena opción. Consulta las becas que la Fundación Adecco tiene abiertas en este momento.
- Refuerza tu marca personal en Redes Sociales. ¿Sabías que el 70% de los desempleados ya busca empleo a través de Linkedin y que el porcentaje es aún mayor entre los jóvenes? No estar presente es una pérdida de oportunidades: en primer lugar, porque las empresas no te encontrarán cuando busquen perfiles y, en segundo, porque muchas de ellas descartan a los candidatos no activos en Redes profesionales.
- Agota todas las fuentes de búsqueda de empleo ¡sin límites! Tener una discapacidad no implica buscar sólo en fuentes específicas para desempleados con discapacidad: existen muchas otras y cuantas más utilices, más posibilidades tendrás de encontrar una ocupación: servicios públicos de empleo, portales, agencias especializadas, webs corporativas de empresas, centros de orientación en Universidades, etc. ¡No dejes ninguna!
El próximo 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud. En este marco, la Fundación Adecco y JYSK han realizado el tercer informe Jóvenes con Discapacidad, motor de futuro, un trabajo que basa sus conclusiones en una encuesta a 300 personas con discapacidad entre 18 y 30 años, así como en el análisis de informes oficiales: El mercado de Trabajo de las personas con discapacidad (SEPE, 2018) y Jóvenes con discapacidad en España (Injuve y Cermi, 2016).
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, comenta que: “para garantizar un futuro igualitario, en el que los jóvenes con discapacidad tengan las mismas oportunidades, es vital trabajar en el presente. Por un lado, sensibilizando a las empresas y acercándoles su talento; y, por otro, empoderando a los jóvenes para que su discapacidad no se convierta en un hándicap, sino que puedan transformarla en una ventaja competitiva o impulso para incrementar sus oportunidades de empleo”.
Radiografía del desempleado joven con discapacidad
Actualmente, se contabilizan en España 8.937 jóvenes con discapacidad (hasta 25 años) inscritos como demandantes de empleo. Su perfil responde al de un hombre (63%), con discapacidad física (42%) que reside mayoritariamente en Andalucía (22,8%), Cataluña (15%), Comunidad Valenciana (11,4%) y Comunidad de Madrid (10,5%). En otras palabras, estas 4 regiones concentran a 6 de cada 10 desempleados jóvenes con discapacidad.
En el caso de Galicia, sus 367 jóvenes con discapacidad en paro representan el 4,1% del total nacional de menores de 25 con discapacidad y el 1,8% del total de parados menores de 25 años en Galicia, que asciende a 20.600.
REGIÓN |
Menores de 25 años |
% |
Andalucía |
2.039 |
22,8% |
Aragón |
198 |
2,2% |
Asturias |
160 |
1,8% |
Baleares |
276 |
3,1% |
C.Valenciana |
1018 |
11,4% |
Canarias |
453 |
5,1% |
Cantabria |
69 |
0,8% |
Castilla la Mancha |
535 |
6,0% |
Castilla León |
415 |
4,6% |
Cataluña |
1341 |
15,0% |
Ceuta |
58 |
0,6% |
Extremadura |
309 |
3,5% |
Galicia |
367 |
4,1% |
La Rioja |
43 |
0,5% |
Madrid |
935 |
10,5% |
Melilla |
47 |
0,5% |
Murcia |
346 |
3,9% |
Navarra |
95 |
1,1% |
País Vasco |
233 |
2,6% |
TOTAL |
8.937 |
100,0% |
Fuente: SEPE, El mercado de trabajo de las personas con discapacidad 2018
Es significativo que, a nivel nacional, la mayor parte (27,7%) es desempleado de larga duración, es decir, lleva más de un año buscando empleo sin éxito. En concreto, el 14,5% lleva entre uno y 2 años en paro y un 13,3% supera los 2 ejercicios.
En cuanto al tipo de discapacidad, de los desempleados jóvenes, la mayoría presenta una de tipo físico (42%), seguido de un 23% con discapacidad psíquica, un 19% sensorial; un 11% intelectual y un 5% orgánica.
Mayores barreras de acceso al empleo
En los últimos años, habíamos asistido a una reducción del número de desempleados jóvenes con discapacidad en Galicia, sin embargo, en el último año la cifra ha aumentado un 7,3%, hasta 367 personas. Este dato resalta negativamente si se tiene en cuenta que, a nivel regional, el número de gallegos desempleados menores de 25 ha disminuido un 1,4% en el mismo periodo de tiempo.
Según Francisco Mesonero: “los jóvenes con discapacidad siguen encontrando mayores dificultades en el mercado laboral con respecto a las personas de su edad, debido a la aún existencia de prejuicios y estereotipos en las empresas, así como a barreras psicológicas que frenan a los jóvenes con discapacidad tanto a la hora de estudiar como de encontrar empleo”
En este sentido es significativo como la participación de los jóvenes con discapacidad en el mercado laboral continúa siendo exigua en España: su tasa de actividad es del 28% o, lo que es lo mismo, un 72% no tiene empleo ni lo busca, según el informe Jóvenes con discapacidad en España (INJUVE y CERMI). La participación de los jóvenes sin discapacidad en el empleo, aunque baja (39%), es considerablemente superior a la de los primeros.
La menor participación de los jóvenes con discapacidad en el mercado laboral no sólo se debe a las dificultades derivadas de su condición (elevada afectación, deterioro del estado de salud, etc), sino que tienen mucho peso las barreras psicológicas de carácter intrínseco (sobreprotección familiar, temor, inseguridades, etc) y extrínseco (discriminación por parte de la sociedad y las empresas).
En efecto, el 40% de la población joven con discapacidad afirma haber sentido discriminación en el ámbito educativo y/o formativo, un porcentaje que, lejos de decrecer cuando llegan a la edad laboral, asciende hasta el 66%. Es decir, cerca de 7 de cada 10 jóvenes con discapacidad afirma haber sentido discriminación en los procesos de selección para acceder a un puesto de trabajo. “Se les cambió la cara cuando vieron que tenía una discapacidad” o “cuestionaron continuamente mi capacidad para poder ejercer el puesto y, aunque cumplía todos los requisitos, no volvieron a llamarme”, son algunas de las respuestas de los encuestados.
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “si la discriminación ya está presente en las escuelas, es muy lógico que se extienda a los entornos laborales en la edad adulta. Esta situación es peligrosa, porque puede frenar la voluntad de muchos jóvenes con discapacidad en su búsqueda de empleo. La única vía para atajarlo es la educación inclusiva desde edades tempranas, así como una intensa labor de sensibilización en las empresas; en primer lugar, eliminando sesgos inconscientes y prejuicios entre los responsables de Recursos Humanos y, al mismo tiempo, acercando la discapacidad a toda la plantilla, para erradicar prejuicios y estereotipos. Sólo de este modo, la incorporación de los jóvenes con discapacidad podrá ser sostenible en el tiempo”.
Políticas activas de empleo para empoderar a los jóvenes con discapacidad
Como hemos analizado, los prejuicios y creencias estereotipadas conducen a muchos jóvenes con discapacidad a la inactividad (un 72% no tiene empleo ni lo busca).
Entre aquellos que sí buscan trabajo, casi tres cuartas partes (67,9%) nunca ha tenido contacto con el mundo laboral, es decir, está buscando su primer empleo. En primer lugar, por una cuestión generacional, ya que están en los albores de su carrera profesional y, en segundo, por una mayor cultura del subsidio, es decir, en ocasiones, reciben una prestación económica que, si bien asegura su subsistencia, puede conducir a una búsqueda de empleo más laxa y prolongada, que perpetúa la dependencia y la inactividad.
Según Francisco Mesonero: “las políticas pasivas de empleo o subsidios son muy necesarios para garantizar que las personas con discapacidad pueden salir adelante, pero es fundamental complementarlos con políticas activas de empleo, máxime en el caso de los jóvenes con discapacidad, que tienen toda su trayectoria laboral por delante. Mediante la formación y el acompañamiento, los jóvenes con discapacidad podrán equipararse al resto de los demandantes de empleo, competir en condiciones de igualdad y lograr un grado de autonomía que les permita encontrar un empleo y realizarse personalmente”.
Asimismo, y en línea con los prejuicios mencionados, los jóvenes con discapacidad tienden a ver mermada su confianza laboral: un 52% cree que tardará más de un año en encontrar trabajo; seguido de un 26% que prevé estar entre 7 y 12 meses desempleado; un 17% que calcula que la tarea de encontrar empleo le llevará entre 1 y 6 meses y un 5% que opina que tardará menos de un mes.
Menor formación: el Talón de Aquiles
El nivel formativo es un factor determinante a la hora de garantizar el acceso al mercado laboral. Es una conclusión generalizada en todos los países miembros de la UE: a mayor nivel de formación, mayor tasa de ocupación y menor desempleo.
En este sentido, es significativo cómo entre los jóvenes de nuestro país la carencia formativa se alza como una de las principales causas de desempleo.
A través del informe Jóvenes con discapacidad y empleo en España (2016), hemos podido radiografiar el nivel formativo predominante entre aquellos que tienen discapacidad y compararlo con el resto de las personas de su edad. Llama la atención el importante gap existente: un 11% de los jóvenes con discapacidad es analfabeto (sólo un 0,28% de los de su edad) y apenas un 2% cuenta con estudios universitarios, frente al 11,9% del resto.
Pablo Pineda, primer diplomado europeo con síndrome de Down y embajador de la Fundación Adecco apuesta por un modelo de educación inclusiva que reduzca esta brecha formativa: “el problema es que muchas personas con discapacidad, especialmente intelectual, terminan su formación con 18 años y su única alternativa es un centro ocupacional o Centro Especial de Empleo. En mi caso me considero afortunado, pues fui a la Universidad, si bien no tiene por qué ser la única vía. Desde mi punto de vista, el valor de la educación inclusiva radica precisamente en buscar la equidad, analizar las necesidades de cada persona y ofrecerle alternativas adecuadas a sus circunstancias. De este modo, las personas con discapacidad podríamos alcanzar la plenitud educativa haciendo una FP, con un certificado de profesionalidad o mediante otras fórmulas intermedias que eviten que toquemos techo formativo a los 18 años. La idea sería prolongar la formación hasta los 25 años, para que las personas con discapacidad puedan competir con garantías en el mercado laboral”.
¿Dónde encuentran empleo los jóvenes con discapacidad?
Según el informe El mercado de Trabajo de las personas con discapacidad, del SEPE, las ocupaciones de mayor contratación en el caso de las personas con discapacidad son peón de industria manufacturera (20,2%), personal de limpieza en oficinas, hoteles y otros establecimientos (17,7%) y camarero con un 15,6%.
La mayoría de estas posiciones no exigen una elevada cualificación, circunstancia ocasionada, principalmente por la menor formación de los jóvenes con discapacidad, que provoca que su presencia en puestos cualificados sea exigua.
6 consejos para que los jóvenes con discapacidad se estrenen en el empleo
Durante el último año, la Fundación Adecco ha generado 725 empleos para jóvenes con discapacidad. A todos los que deseen estrenarse en el mundo laboral, la Fundación ofrece las siguientes recomendaciones:
- No escondas tu discapacidad, pero no es necesario reflejarla en el currículum. Es un dato personal que no determina en absoluto tu profesionalidad: lo que debes poner en valor es tu formación, experiencia y actitudes. Además, piensa que la mayoría de los responsables de Recursos Humanos no son expertos en discapacidad. Por ello, indicándolo en el currículum podrías generar dudas innecesarias
- Transforma tu discapacidad en ventaja competitiva. Si tu discapacidad es visible y llegas a la entrevista de trabajo, no dejes que sea un tabú y explícala con normalidad al reclutador. Lo importante es que no se quede con dudas acerca de si puedes desempeñar el puesto de trabajo. Explícale con ejemplos prácticos cómo te desenvuelves en tu día a día y si precisas de alguna adaptación. Incluso, es recomendable que te ofrezcas a responder todas sus dudas en relación a la discapacidad, pues ello proyectará una imagen de seguridad y confianza. Además, la discapacidad puede hacer que afloren y se refuercen capacidades como el esfuerzo, la superación o la capacidad de sacrificio. Son cualidades que puedes poner en valor, de modo que transformes tu discapacidad en una ventaja competitiva.
- Centra tu currículum en las competencias. Si estás buscando tu primer empleo, no puedes acreditar experiencia, por lo que es recomendable hacer hincapié en tus habilidades y competencias (iniciativa, adaptabilidad a los cambios, polivalencia), así como en actividades extracurriculares que aporten valor (voluntariados, estancias en el extranjero, etc).
- Fórmate. En la actualidad existen organismos y entidades que becan a jóvenes con discapacidad para apoyarles en su formación y, de este modo, abrirles las puertas del mundo laboral. La formación es una valiosa herramienta que te abrirá las puertas del empleo, por lo que ¡no lo dudes! Encuentra algo que te motive, en lo que te gustaría mejorar y ponte a ello. Recuerda que los idiomas, las nuevas tecnologías y/o el diseño web, son siempre una buena opción. Consulta las becas que la Fundación Adecco tiene abiertas en este momento.
- Refuerza tu marca personal en Redes Sociales. ¿Sabías que el 70% de los desempleados ya busca empleo a través de Linkedin y que el porcentaje es aún mayor entre los jóvenes? No estar presente es una pérdida de oportunidades: en primer lugar, porque las empresas no te encontrarán cuando busquen perfiles y, en segundo, porque muchas de ellas descartan a los candidatos no activos en Redes profesionales.
- Agota todas las fuentes de búsqueda de empleo ¡sin límites! Tener una discapacidad no implica buscar sólo en fuentes específicas para desempleados con discapacidad: existen muchas otras y cuantas más utilices, más posibilidades tendrás de encontrar una ocupación: servicios públicos de empleo, portales, agencias especializadas, webs corporativas de empresas, centros de orientación en Universidades, etc. ¡No dejes ninguna!
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