OPINIÓN
Urge una solución habitacional en los desahucios
La temporalidad, la precariedad, la corrupción, los desahucios, los recortes... o el paro van dejando bien en claro como la pobreza y la exclusion social se programa desde arriba. No se puede decir por lo tanto que sean consecuencia de la crisis o un precio a pagar motivo de la recesión; sino más bien una estrategia planificada que tiene actores diversos, unos por activa y otros por pasiva como tuvimos ocasión de comprobar. Quiénes se pusieron de relieve en los momentos más álgidos y por que no, dramáticos del suicidio de algunos desahuciados, con el pronunciamiento puntual de jueces, políticos, la policía o la iglesia, en contra de tales procedimientos, nada o muy poco siguen aportando sin duda en la solución de dicho problema de los desalojos: paladines del reino.
El nuevo excluido que es el desahuciado, al que la fatalidad se ha llevado por delante tiene como desencadenante principal una situación de desempleo cronificada que se ve agudizado por la nula respuesta institucional en el acceso a los recursos de la vivienda social.
De modo que seguimos avanzando en la inercia de esa vulnerabilidad extrema en tantas familias por falta de solución habitacional a un desahucio. En efecto, a los poderes públicos -- Ayuntamientos y Diputaciones-- les correponde a nivel local abordar estas demandas, de modo que la vivienda de promoción pública esté disponible ante quienes tienen dificultades de acceder a un alquiler. Los responsables políticos y partidos en general se muestran muy cómodos en sus disquisiciones habituales cuando deberían estar prestos y acudir en su caso en auxilio de quienes demandan atención social y habitacional. El Estado ayudará a estas administraciones, a los promotores de vivienda a hacer una inversión inteligente en hogares que permitan cubrir necesidades de habitación para familias y personas que luchan en esta injusticia o nos arriesgaremos a verlos consumidos en su pobreza.
Encontrar esa solución habitacional ante un problema tan grave como los desahucios que afecta a decenas de familias en toda Coruña, en Galicia, puede parecer imposible para las familias que intentan hacer que el dinero les rinda más cada día; la respuesta es simple: necesitamos disponer de esa viviendas económicas y en su defecto acudir a algunas vias alternativas de las que ya hemos hablado en otros momentos.
La Coruña tiene un alto porcentaje de crónicos Sin Hogar que todos los inviernos sacrifican su vida en la calle a la espera que se les devuelvan los beneficios de la vivienda que tanto requieren. En este punto es necesario que unamos fuerzas y brindemos ese alivio que sabemos se necesita esta población para que se habiliten, construyan y ofrezca salida habitacional con viviendas económicas a las familias y personas sin hogar. Sin duda para muchos coruñeses simplemente no existe este suministro de vivienda para satisfacer la demanda que ayude a estabilizar el mercado habitacional, crear mas empleos, cuyos beneficios repercutirán en las generaciones venideras.
La temporalidad, la precariedad, la corrupción, los desahucios, los recortes... o el paro van dejando bien en claro como la pobreza y la exclusion social se programa desde arriba. No se puede decir por lo tanto que sean consecuencia de la crisis o un precio a pagar motivo de la recesión; sino más bien una estrategia planificada que tiene actores diversos, unos por activa y otros por pasiva como tuvimos ocasión de comprobar. Quiénes se pusieron de relieve en los momentos más álgidos y por que no, dramáticos del suicidio de algunos desahuciados, con el pronunciamiento puntual de jueces, políticos, la policía o la iglesia, en contra de tales procedimientos, nada o muy poco siguen aportando sin duda en la solución de dicho problema de los desalojos: paladines del reino.
El nuevo excluido que es el desahuciado, al que la fatalidad se ha llevado por delante tiene como desencadenante principal una situación de desempleo cronificada que se ve agudizado por la nula respuesta institucional en el acceso a los recursos de la vivienda social.
De modo que seguimos avanzando en la inercia de esa vulnerabilidad extrema en tantas familias por falta de solución habitacional a un desahucio. En efecto, a los poderes públicos -- Ayuntamientos y Diputaciones-- les correponde a nivel local abordar estas demandas, de modo que la vivienda de promoción pública esté disponible ante quienes tienen dificultades de acceder a un alquiler. Los responsables políticos y partidos en general se muestran muy cómodos en sus disquisiciones habituales cuando deberían estar prestos y acudir en su caso en auxilio de quienes demandan atención social y habitacional. El Estado ayudará a estas administraciones, a los promotores de vivienda a hacer una inversión inteligente en hogares que permitan cubrir necesidades de habitación para familias y personas que luchan en esta injusticia o nos arriesgaremos a verlos consumidos en su pobreza.
Encontrar esa solución habitacional ante un problema tan grave como los desahucios que afecta a decenas de familias en toda Coruña, en Galicia, puede parecer imposible para las familias que intentan hacer que el dinero les rinda más cada día; la respuesta es simple: necesitamos disponer de esa viviendas económicas y en su defecto acudir a algunas vias alternativas de las que ya hemos hablado en otros momentos.
La Coruña tiene un alto porcentaje de crónicos Sin Hogar que todos los inviernos sacrifican su vida en la calle a la espera que se les devuelvan los beneficios de la vivienda que tanto requieren. En este punto es necesario que unamos fuerzas y brindemos ese alivio que sabemos se necesita esta población para que se habiliten, construyan y ofrezca salida habitacional con viviendas económicas a las familias y personas sin hogar. Sin duda para muchos coruñeses simplemente no existe este suministro de vivienda para satisfacer la demanda que ayude a estabilizar el mercado habitacional, crear mas empleos, cuyos beneficios repercutirán en las generaciones venideras.

























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