LIBROS
Un cuento para hablar a los niños de la muerte
Se presenta “¿Cuánto tiempo estaremos muertos, papá?” una historia gráfica para niños, basada en hechos reales
Ana tenía cuatro años cuando falleció su abuelo. Extrañada por su ausencia, la niña empieza a preguntar insistentemente a su padre por el paradero del abuelo. Después de algún torpe rodeo el adulto da la triste noticia, pero lo que no podía imaginar era la respuesta de la pequeña: “¿Y cuánto tiempo estaremos muertos, papá?”
“La pregunta me pilló totalmente por sorpresa, y es un mal trago para cualquier padre que no sea un ateo convencido o un creyente convencido”. Nos cuenta Sergio Ituero, autor del cuento, rememorando ese día.
Ese mismo día Sergio esbozó el texto de este cuento que hoy, gracias a las ilustraciones de Nuska Ruska y el respaldo de la Editorial Verbum, ve la luz para ayudar, como reza la portada, “a esos padres que no tienen todas las respuestas”.
Lo que tampoco podía esperar el escritor es que fuera la propia niña la que le resolviese a su padre el mayor misterio de la humanidad: “En un giro inesperado de los acontecimientos me vi siendo yo el alumno y mi hija la maestra, ella lo tenía bastante más claro que yo con solo cuatro añitos. Y, la verdad, me pareció una solución fantástica”.
Quizás, ahora que se acerca Halloween, el Día de Muertos o el Día de Todos los Santos, según las latitudes, sea un buen momento para hablar a nuestros hijos de algo tan natural como la propia vida.

Ana tenía cuatro años cuando falleció su abuelo. Extrañada por su ausencia, la niña empieza a preguntar insistentemente a su padre por el paradero del abuelo. Después de algún torpe rodeo el adulto da la triste noticia, pero lo que no podía imaginar era la respuesta de la pequeña: “¿Y cuánto tiempo estaremos muertos, papá?”
“La pregunta me pilló totalmente por sorpresa, y es un mal trago para cualquier padre que no sea un ateo convencido o un creyente convencido”. Nos cuenta Sergio Ituero, autor del cuento, rememorando ese día.
Ese mismo día Sergio esbozó el texto de este cuento que hoy, gracias a las ilustraciones de Nuska Ruska y el respaldo de la Editorial Verbum, ve la luz para ayudar, como reza la portada, “a esos padres que no tienen todas las respuestas”.
Lo que tampoco podía esperar el escritor es que fuera la propia niña la que le resolviese a su padre el mayor misterio de la humanidad: “En un giro inesperado de los acontecimientos me vi siendo yo el alumno y mi hija la maestra, ella lo tenía bastante más claro que yo con solo cuatro añitos. Y, la verdad, me pareció una solución fantástica”.
Quizás, ahora que se acerca Halloween, el Día de Muertos o el Día de Todos los Santos, según las latitudes, sea un buen momento para hablar a nuestros hijos de algo tan natural como la propia vida.



















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