Las empresas pueden seguir despidiendo por absentismo. Así, los trabajadores que falten al trabajo el 20% de los días laborables en 2 meses podrán ser despedidos aunque sus bajas estén justificadas.

Ahora, el Constitucional se posiciona a favor de los empresarios y la defensa de la productividad. Considera un derecho legítimo del empresario despedir a los trabajadores que causen bajas por enfermedad de corta duración para evitar costes empresariales.

No obstante, reconoce que la normativa “puede empujarles a acudir al trabajo pese a sufrir una enfermedad, con el riesgo de comprometer su salud”.

Entonces, ¿Qué es constitucionalmente más relevante, la protección de la integridad física o la defensa de la productividad de una empresa?