Para nadie debería ser una sorpresa ver hasta dónde puede llegar un actor o una actriz de cine para interpretar cabalmente a un personaje de la gran pantalla. Algunas transformaciones son verdaderamente sencillas, otras, sin embargo, nos dejan sin palabras.

Estamos allí, sentados en la sala de cine y tenemos que preguntarles a nuestros acompañantes si la persona en pantalla es realmente ese actor o esa actriz que nos gusta tanto, porque, sencillamente, ¡es imposible de creer!

A veces no basta con haber leído en revistas y páginas online donde encuentras todas las noticias de la prensa rosa de hoy acerca de la película. Siempre nos causa una inimaginable sorpresa y hay algunos ejemplos icónicos que verdaderamente no tienen comparación.

Algunas de las transformaciones más radicales que hemos visto a lo largo de la historia del cine contemporáneo fue la de Charlize Theron en Monster y la increíble metamorfosis que Nicole Kidman sufrió en Destroyer.

Christian Bale ganó más de 30 kilos para estar a la altura de su personaje en American Hustle, mientras que Jared Leto y Matthew McConaughey dejaron a más de uno boquiabiertos en Dallas Buyers Club, una película en la que ambos perdieron no solo más de una docena de kilos, sino que también lucieron una apariencia verdaderamente demacrada.

Sin embargo, ¿qué podríamos decir de los intérpretes españoles y sus grandes transformaciones en la gran pantalla?

Uno de los casos más sonados de los últimos tiempos fue el de Antonio de la Torre que en el año 2009 asumió el reto de ganar 33 kilos en tan solo cuatro meses para poder interpretar su papel en la producción Gordos de Daniel Sánchez Arévalo.

El actor malagueño pasó de 69 a más de 100 kilos y para lograrlo tuvo que ponerse en manos de un endocrino y de un nutricionista. En las semanas previas al estreno de la producción explicó a la prensa que tuvo que comer mucho pan, dulces y otros carbohidratos, aunque intentó no abusar de las grasas saturadas.

Parece increíble, pero lo verdaderamente sorprendente del caso de este intérprete es que, para la fecha del estreno de la película, ya había vuelto a su contextura normal… ¡Le costó solo algunos meses volver a ser tan delgado como cuando asumió este desafío!

Otro de los actores españoles que no les tiene miedo a las transformaciones radicales es Mario Casas. La prensa rosa de España lo conoce como uno de los intérpretes más cambiantes, además de ser sumamente polifacético.

En el año 2016 el desafío fue ganar una gran cantidad de masa muscular para poder dar vida al personaje de Toro en la película del mismo nombre, pero las transformaciones no se detendrían allí. Continuó ganando peso para estar en las condiciones del papel que le ofrecieron en Bajo la piel del lobo… ¿Y luego? ¡Adelgazar más de 20 kilos!

Así es, Mario Casas tuvo que ponerse a un régimen muy estricto en solo semanas para estar listo para las grabaciones de El fotógrafo de Mauthausen. En aquel entonces compartió con la prensa española que definitivamente disfrutó más ganando peso, que perdiéndolo. ¡Sea como sea, los cambios fueron insólitos!