SALUD
Una mala alimentación puede retrasar la recuperación del paciente oncológico
La “Guía de Alimentación y Hábitos de Vida para el Paciente Oncológico” es la primera publicación de sus características realizada a partir de las preguntas planteadas en las consultas por los propios pacientes
“Un paciente oncológico que no lleva una correcta alimentación y que no incorpora la nutrición como un aspecto más del contexto global de su recuperación, de alguna forma está poniendo un lastre que puede retrasar y poner en dificultad su recuperación”. Así lo ha explicado el doctor Jesús García-Foncillas, director de la Cátedra de Medicina Individualizada Molecular UAM-Merck, durante la presentación de la “Guía de Alimentación y Hábitos de Vida para el Paciente Oncológico”, una iniciativa de la citada cátedra en colaboración con el Instituto Oncológico Oncohealth Institute
Isabel Sánchez Magro, Directora Médico de Merck en España afirmó que “este tipo de alianzas entre Merck y la Universidad permite llevar a cabo acciones cuyo foco principal son los profesionales sanitarios y los pacientes. Esta guía es un ejemplo claro de compromiso con los pacientes y permite dar respuesta a una necesidad manifiesta en las diferentes consultas de oncología y que estamos seguro de que ayudará a mejorar el bienestar de los pacientes y sus familiares”
En el abordaje del cáncer, “resulta fundamental considerar al paciente como un todo y tener en cuenta elementos como la alimentación, el ejercicio físico, el estado anímico o el entorno de quienes sufren la enfermedad. Si nos centramos únicamente en el paciente y no tenemos en cuenta todos estos elementos que son parte de la persona, no estaremos poniendo en la ecuación de la recuperación todos los valores que se debe”, señala García-Foncillas.
La Dr. Carolina Ortega (oncóloga) y la Lic. Cristina Cruces (nutricionista) son las autoras de esta guía, coordinada por el Dr. García-Foncillas y la Dra. Clotilde Vázquez, y es la primera publicación de sus características realizada a partir del contacto directo con las personas que conviven con el cáncer, con el fin de resolver las dudas que ellas mismas plantean en las consultas, pero además recoge cuestiones que en muchas ocasiones no se atreven a preguntar a sus doctores porque hacen referencia a bulos y fake news.
La alimentación, parte esencial en el tratamiento contra el cáncer
El cáncer fue, en 2020, la segunda causa de muerte en España. Así, según recoge la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)1, 113.000 personas fallecieron ese año a causa de esta enfermedad, es decir, el 22,8% de las personas que murieron en España lo hicieron como consecuencia del cáncer. De acuerdo con esta misma sociedad científica1, el número de cánceres diagnosticados en 2022 en nuestro país alcanzará los 280.100, con una mayor prevalencia de los de colon y recto, mama, pulmón, próstata y vejiga urinaria.
A menudo, los pacientes oncológicos presentan dificultades para poder alimentarse bien, efectos secundarios que pueden derivarse tanto del propio tumor como de los efectos secundarios de los tratamientos, como el estreñimiento, la diarrea, el reflujo, la alteración/disminución/pérdida del gusto, las náuseas y los vómitos, la sequedad oral, la mucositis, la disfagia o la pérdida/aumento de peso, entre otros. Esta guía recoge recomendaciones nutricionales y esquemas generales de menús, ya que mantener un adecuado estado nutricional es fundamental para tolerar mejor y completar los tratamientos prescritos, así como para tener una mayor calidad de vida.
“Un paciente oncológico con un buen estado nutricional va a tener mejor condición psicológica para sobrellevar el diagnóstico de cáncer y los tratamientos, mejor condición física para sobrellevar una cirugía mayor, mejor tolerancia al tratamiento, un sistema inmune más activo, una menor incidencia de complicaciones infecciosas durante el tratamiento y una menor proporción de ingresos hospitalarios. Además, va a tener un mejor estado funcional, una mejor calidad de vida y un mejor pronóstico de su enfermedad oncológica”, explica el doctor García-Foncillas, quien considera que una intervención nutricional precoz con un plan de tratamiento específico y personalizado constituye un pilar fundamental del tratamiento oncológico.
Un adecuado estado nutricional no solo es importante para la recuperación del paciente oncológico, sino que también puede ayudar a reducir significativamente la incidencia de esta enfermedad; se estima que entre un 30%-50% de todos los cánceres serían prevenibles mediante estilos de vida saludables y evitando la exposición a carcinógenos ocupacionales, contaminación ambiental y ciertas infecciones a largo plazo.

“Un paciente oncológico que no lleva una correcta alimentación y que no incorpora la nutrición como un aspecto más del contexto global de su recuperación, de alguna forma está poniendo un lastre que puede retrasar y poner en dificultad su recuperación”. Así lo ha explicado el doctor Jesús García-Foncillas, director de la Cátedra de Medicina Individualizada Molecular UAM-Merck, durante la presentación de la “Guía de Alimentación y Hábitos de Vida para el Paciente Oncológico”, una iniciativa de la citada cátedra en colaboración con el Instituto Oncológico Oncohealth Institute
Isabel Sánchez Magro, Directora Médico de Merck en España afirmó que “este tipo de alianzas entre Merck y la Universidad permite llevar a cabo acciones cuyo foco principal son los profesionales sanitarios y los pacientes. Esta guía es un ejemplo claro de compromiso con los pacientes y permite dar respuesta a una necesidad manifiesta en las diferentes consultas de oncología y que estamos seguro de que ayudará a mejorar el bienestar de los pacientes y sus familiares”
En el abordaje del cáncer, “resulta fundamental considerar al paciente como un todo y tener en cuenta elementos como la alimentación, el ejercicio físico, el estado anímico o el entorno de quienes sufren la enfermedad. Si nos centramos únicamente en el paciente y no tenemos en cuenta todos estos elementos que son parte de la persona, no estaremos poniendo en la ecuación de la recuperación todos los valores que se debe”, señala García-Foncillas.
La Dr. Carolina Ortega (oncóloga) y la Lic. Cristina Cruces (nutricionista) son las autoras de esta guía, coordinada por el Dr. García-Foncillas y la Dra. Clotilde Vázquez, y es la primera publicación de sus características realizada a partir del contacto directo con las personas que conviven con el cáncer, con el fin de resolver las dudas que ellas mismas plantean en las consultas, pero además recoge cuestiones que en muchas ocasiones no se atreven a preguntar a sus doctores porque hacen referencia a bulos y fake news.
La alimentación, parte esencial en el tratamiento contra el cáncer
El cáncer fue, en 2020, la segunda causa de muerte en España. Así, según recoge la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)1, 113.000 personas fallecieron ese año a causa de esta enfermedad, es decir, el 22,8% de las personas que murieron en España lo hicieron como consecuencia del cáncer. De acuerdo con esta misma sociedad científica1, el número de cánceres diagnosticados en 2022 en nuestro país alcanzará los 280.100, con una mayor prevalencia de los de colon y recto, mama, pulmón, próstata y vejiga urinaria.
A menudo, los pacientes oncológicos presentan dificultades para poder alimentarse bien, efectos secundarios que pueden derivarse tanto del propio tumor como de los efectos secundarios de los tratamientos, como el estreñimiento, la diarrea, el reflujo, la alteración/disminución/pérdida del gusto, las náuseas y los vómitos, la sequedad oral, la mucositis, la disfagia o la pérdida/aumento de peso, entre otros. Esta guía recoge recomendaciones nutricionales y esquemas generales de menús, ya que mantener un adecuado estado nutricional es fundamental para tolerar mejor y completar los tratamientos prescritos, así como para tener una mayor calidad de vida.
“Un paciente oncológico con un buen estado nutricional va a tener mejor condición psicológica para sobrellevar el diagnóstico de cáncer y los tratamientos, mejor condición física para sobrellevar una cirugía mayor, mejor tolerancia al tratamiento, un sistema inmune más activo, una menor incidencia de complicaciones infecciosas durante el tratamiento y una menor proporción de ingresos hospitalarios. Además, va a tener un mejor estado funcional, una mejor calidad de vida y un mejor pronóstico de su enfermedad oncológica”, explica el doctor García-Foncillas, quien considera que una intervención nutricional precoz con un plan de tratamiento específico y personalizado constituye un pilar fundamental del tratamiento oncológico.
Un adecuado estado nutricional no solo es importante para la recuperación del paciente oncológico, sino que también puede ayudar a reducir significativamente la incidencia de esta enfermedad; se estima que entre un 30%-50% de todos los cánceres serían prevenibles mediante estilos de vida saludables y evitando la exposición a carcinógenos ocupacionales, contaminación ambiental y ciertas infecciones a largo plazo.
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