SALUD
El doctor Jorge Cavero considera que “la intensidad de una nueva ola de Covid es difícil de determinar”
El jefe de Medicina Preventiva de Ribera Povisa advierte que “la gripe coexistirá este invierno con el Covid”
El repunte de casos de Covid, con cerca de 1.600 en Galicia, hace prever una nueva ola de casos durante los meses más duros del invierno. Ello, sumado a un adelanto de la temporada de gripe augura unos meses complicados para la población. “Es seguro que este año la gripe va a coexistir de forma natural con otras infecciones respiratorias, incluyendo el Covid-19”, ha advertido el jefe de Medicina Preventiva de Ribera Povisa, Jorge Cavero.
Según ha recordado el especialista, el Ministerio de Sanidad ya ha confirmado el repunte de casos en mayores de 60 años, algo que se atribuye a la actual flexibilidad de las medidas de prevención y protección frente a la mayor convivencia de la gente en interiores. “También existe una sensación subjetiva de que existe un menor porcentaje de personas proclive a recibir la cuarta dosis de la vacuna, aunque de momento no tenemos datos oficiales de que eso sea así”, ha apuntado Cavero, que advierte que también existe una mayor transmisión del virus en el resto de grupos de edades. “La intensidad de una nueva ola de Covid es difícil de determinar ahora mismo”, ha recalcado.
Los padres deben llevar a sus hijos a Urgencias si advierten además del cuadro gripal, falta de interacción, deshidratación, color azulado en los labios y, sobre todo en menores de 12 semanas, presencia de fiebre.
Paradójicamente, el éxito de las medidas de prevención de las pasadas temporadas, que supuso una menor circulación tanto del Covid como de la gripe, ha provocado un cambio en la inmunidad de las personas que este año podría complicar las infecciones respiratorias. A este factor se suma la posible circulación de un virus de la gripe más virulento y de cepas no incluidas en la vacuna.
Los signos y síntomas más comunes de la gripe son una fiebre mayor de 38 ºC (no todas las personas con gripe tienen fiebre), tos con o sin dolor de garganta, congestión nasal, dolor de cabeza, dolor muscular o de las articulaciones, escalofríos, cansancio y, en algunos casos, náuseas, vómitos o diarrea, que suele ser más común en niños. En algunos casos, la infección cursa de forma leve con tos, cansancio y congestión nasal.
El doctor Cavero recuerda que en los casos leves no es necesario acudir al médico, excepto si hay riesgo de sufrir complicaciones graves por ser inmunodeprimida o un enfermo crónico grave. Los casos con sintomatología más intensa, como la fiebre persistente, deben ser comunicados al médico de cabecera y a Urgencias tan sólo deben acudir personas enfermas con signos de alerta de complicaciones como dificultad para respirar, dolor o presión constante en el pecho o abdomen, mareos persistentes, confusión, dificultad para despertarse, convulsiones, falta de orina, dolor muscular intenso, postración, fiebre de difícil control y agravamiento de la enfermedad crónica de base si se padece.
En el caso de los niños, el especialista recomienda acudir a Urgencias si existe además del cuadro gripal, “falta de interacción, deshidratación o color azulado de los labios y, sobre todo en menores de 12 semanas, presencia de fiebre”.
El repunte de casos se produce en invierno porque se socializa en lugares cerrados y con menor ventilación, lo que facilita la circulación y transmisión de los virus respiratorios que, además, tienen una mayor capacidad de replicación y subsistencia a bajas temperaturas. “El sistema inmunitario puede tener una respuesta menos efectiva frente a la agresión de estos agentes infecciosos si se producen cambios bruscos en la temperatura corporal, un mal estado físico, presencia de enfermedades crónicas mal controladas, dependencia para las actividades diarias y por edad avanzada”, ha precisado el especialista.
La gripe (especialmente la tipo A) provoca entre 3 y 5 millones de casos graves y entre 290.000 y 650.000 muertes respiratorias cada año, a pesar de la disponibilidad de las vacunas actuales. Las medidas de prevención que se han mostrado más efectivas son las relacionadas con la higiene (uso de mascarilla, tapar la boca con el hueco del antebrazo al estornudar o toser, usar pañuelos desechables, el lavado de manos y la ventilación).

El repunte de casos de Covid, con cerca de 1.600 en Galicia, hace prever una nueva ola de casos durante los meses más duros del invierno. Ello, sumado a un adelanto de la temporada de gripe augura unos meses complicados para la población. “Es seguro que este año la gripe va a coexistir de forma natural con otras infecciones respiratorias, incluyendo el Covid-19”, ha advertido el jefe de Medicina Preventiva de Ribera Povisa, Jorge Cavero.
Según ha recordado el especialista, el Ministerio de Sanidad ya ha confirmado el repunte de casos en mayores de 60 años, algo que se atribuye a la actual flexibilidad de las medidas de prevención y protección frente a la mayor convivencia de la gente en interiores. “También existe una sensación subjetiva de que existe un menor porcentaje de personas proclive a recibir la cuarta dosis de la vacuna, aunque de momento no tenemos datos oficiales de que eso sea así”, ha apuntado Cavero, que advierte que también existe una mayor transmisión del virus en el resto de grupos de edades. “La intensidad de una nueva ola de Covid es difícil de determinar ahora mismo”, ha recalcado.
Los padres deben llevar a sus hijos a Urgencias si advierten además del cuadro gripal, falta de interacción, deshidratación, color azulado en los labios y, sobre todo en menores de 12 semanas, presencia de fiebre.
Paradójicamente, el éxito de las medidas de prevención de las pasadas temporadas, que supuso una menor circulación tanto del Covid como de la gripe, ha provocado un cambio en la inmunidad de las personas que este año podría complicar las infecciones respiratorias. A este factor se suma la posible circulación de un virus de la gripe más virulento y de cepas no incluidas en la vacuna.
Los signos y síntomas más comunes de la gripe son una fiebre mayor de 38 ºC (no todas las personas con gripe tienen fiebre), tos con o sin dolor de garganta, congestión nasal, dolor de cabeza, dolor muscular o de las articulaciones, escalofríos, cansancio y, en algunos casos, náuseas, vómitos o diarrea, que suele ser más común en niños. En algunos casos, la infección cursa de forma leve con tos, cansancio y congestión nasal.
El doctor Cavero recuerda que en los casos leves no es necesario acudir al médico, excepto si hay riesgo de sufrir complicaciones graves por ser inmunodeprimida o un enfermo crónico grave. Los casos con sintomatología más intensa, como la fiebre persistente, deben ser comunicados al médico de cabecera y a Urgencias tan sólo deben acudir personas enfermas con signos de alerta de complicaciones como dificultad para respirar, dolor o presión constante en el pecho o abdomen, mareos persistentes, confusión, dificultad para despertarse, convulsiones, falta de orina, dolor muscular intenso, postración, fiebre de difícil control y agravamiento de la enfermedad crónica de base si se padece.
En el caso de los niños, el especialista recomienda acudir a Urgencias si existe además del cuadro gripal, “falta de interacción, deshidratación o color azulado de los labios y, sobre todo en menores de 12 semanas, presencia de fiebre”.
El repunte de casos se produce en invierno porque se socializa en lugares cerrados y con menor ventilación, lo que facilita la circulación y transmisión de los virus respiratorios que, además, tienen una mayor capacidad de replicación y subsistencia a bajas temperaturas. “El sistema inmunitario puede tener una respuesta menos efectiva frente a la agresión de estos agentes infecciosos si se producen cambios bruscos en la temperatura corporal, un mal estado físico, presencia de enfermedades crónicas mal controladas, dependencia para las actividades diarias y por edad avanzada”, ha precisado el especialista.
La gripe (especialmente la tipo A) provoca entre 3 y 5 millones de casos graves y entre 290.000 y 650.000 muertes respiratorias cada año, a pesar de la disponibilidad de las vacunas actuales. Las medidas de prevención que se han mostrado más efectivas son las relacionadas con la higiene (uso de mascarilla, tapar la boca con el hueco del antebrazo al estornudar o toser, usar pañuelos desechables, el lavado de manos y la ventilación).






























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