Vigo
Concluye sin procesamiento alguno, por falta de pruebas, la investigación del crimen del garaje de Rosalía de Castro
El Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo ha declarado concluso el sumario en el que se investigó la muerte, tras ser tiroteado, de un empresario en abril en 2004 en un garaje del centro de Vigo, en concreto, de la calle Rosalía de Castro. En el auto, el magistrado destaca que “la hipótesis policial sigue considerando que los autores del homicidio se encuentran, directa o indirectamente, en el círculo familiar más próximo a la víctima”. Sin embargo, subraya que de las diligencias que se han practicado para determinar quién o quiénes participaron en el crimen, así como las circunstancias que concurrieron en su comisión, “se desprende que no resulta información relevante ni nuevos datos objetivos sobre la autoría de los hechos, sino que se mantienen las meras sospechas, hipótesis y conjeturas del principio, no corroboradas con hechos objetivos y que, por tanto, no sirven de base para continuar la investigación, por lo que es procedente concluir el presente sumario sin procesamiento alguno”.
El juez recuerda que, el 25 de noviembre de 2021, se decretó la reapertura del procedimiento en un auto en el que se indicaba que, tras un análisis somero de la instrucción, “se constataban numerosas dudas e incongruencias, que necesitaban una respuesta lógica”, al tiempo que ya se advertía de que “el transcurso del tiempo podría hacer muy difícil, y en algún caso imposible, cerrar todas esas incertidumbres de manera clara”.
“Así, en dicho auto se señalaba que una semana antes del homicidio, más o menos, un vecino del inmueble donde se produjeron los hechos encontró un cartucho percutido que resultó del mismo calibre, marca, características y disparado con la misma arma que luego se usó en el crimen”, por lo que apuntaba a que era “muy probable” que el autor de los hechos “hubiera estado en el garaje unos días antes del crimen y que pudiera haber efectuado un disparo con la misma pistola y con el mismo tipo de cartuchos que luego se usaron para matar a la víctima”.
El magistrado recalca que, en base a ello, “surge la duda de si este crimen fue o no cometido por un profesional por encargo, ya que semejante descuido de dejar abandonado un cartucho percutido y usar luego para cometer el crimen la misma arma y la misma munición no parece acomodarse al perfil de un sicario profesional, pues parece más propio de un aficionado o persona no preparada que estuvo valorando cómo actuar y que, intencionadamente o no, disparó días antes del 2 de abril un tiro en el garaje, dejando olvidado el cartucho”. Además, según el instructor, “por la posición del cadáver y la ubicación de los cartuchos, policialmente se llega a la convicción de que la víctima vio al agresor y que lo conocía, ya que no hizo intención de huida, sino de meterse en el interior de su vehículo para esquivar un enfrentamiento verbal, similar a como se había comportado en situaciones previas que había sufrido”.
El juez resalta que “todos los indicios llevan a concluir que el autor, mediato e inmediato, del homicidio se vincula de manera lógica y natural con personas cercanas a su ámbito familiar, pues, además, resulta que esas relaciones familiares, en esa época, eran turbulentas, hasta el punto que la víctima había manifestado a sus amigos más cercanos que se sentía vigilada y que temía por su vida, existiendo numerosas denuncias entre los miembros familiares por cuestiones económicas y empresariales”.
Sin embargo, el magistrado subraya que la investigación policial fue, en su momento, “especialmente deficiente, incompleta y carente de un criterio lógico, quizás por haber desplazado de la misma a algunos de los funcionarios más competentes adscritos a la Comisaría Local para ser sustituidos por otros procedentes de unidades centrales con total desconocimiento de la zona”. Debido a esa circunstancia, afirma el juez, “se privó de mucha información policial, dejando muchos cabos sueltos que el paso del tiempo ha impedido solventar, pues los nuevos testigos llamados ofrecen versiones que en nada ayudan a resolver tales incertidumbres”. Por todo ello, el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo ha declarado concluso el sumario.

El Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo ha declarado concluso el sumario en el que se investigó la muerte, tras ser tiroteado, de un empresario en abril en 2004 en un garaje del centro de Vigo, en concreto, de la calle Rosalía de Castro. En el auto, el magistrado destaca que “la hipótesis policial sigue considerando que los autores del homicidio se encuentran, directa o indirectamente, en el círculo familiar más próximo a la víctima”. Sin embargo, subraya que de las diligencias que se han practicado para determinar quién o quiénes participaron en el crimen, así como las circunstancias que concurrieron en su comisión, “se desprende que no resulta información relevante ni nuevos datos objetivos sobre la autoría de los hechos, sino que se mantienen las meras sospechas, hipótesis y conjeturas del principio, no corroboradas con hechos objetivos y que, por tanto, no sirven de base para continuar la investigación, por lo que es procedente concluir el presente sumario sin procesamiento alguno”.
El juez recuerda que, el 25 de noviembre de 2021, se decretó la reapertura del procedimiento en un auto en el que se indicaba que, tras un análisis somero de la instrucción, “se constataban numerosas dudas e incongruencias, que necesitaban una respuesta lógica”, al tiempo que ya se advertía de que “el transcurso del tiempo podría hacer muy difícil, y en algún caso imposible, cerrar todas esas incertidumbres de manera clara”.
“Así, en dicho auto se señalaba que una semana antes del homicidio, más o menos, un vecino del inmueble donde se produjeron los hechos encontró un cartucho percutido que resultó del mismo calibre, marca, características y disparado con la misma arma que luego se usó en el crimen”, por lo que apuntaba a que era “muy probable” que el autor de los hechos “hubiera estado en el garaje unos días antes del crimen y que pudiera haber efectuado un disparo con la misma pistola y con el mismo tipo de cartuchos que luego se usaron para matar a la víctima”.
El magistrado recalca que, en base a ello, “surge la duda de si este crimen fue o no cometido por un profesional por encargo, ya que semejante descuido de dejar abandonado un cartucho percutido y usar luego para cometer el crimen la misma arma y la misma munición no parece acomodarse al perfil de un sicario profesional, pues parece más propio de un aficionado o persona no preparada que estuvo valorando cómo actuar y que, intencionadamente o no, disparó días antes del 2 de abril un tiro en el garaje, dejando olvidado el cartucho”. Además, según el instructor, “por la posición del cadáver y la ubicación de los cartuchos, policialmente se llega a la convicción de que la víctima vio al agresor y que lo conocía, ya que no hizo intención de huida, sino de meterse en el interior de su vehículo para esquivar un enfrentamiento verbal, similar a como se había comportado en situaciones previas que había sufrido”.
El juez resalta que “todos los indicios llevan a concluir que el autor, mediato e inmediato, del homicidio se vincula de manera lógica y natural con personas cercanas a su ámbito familiar, pues, además, resulta que esas relaciones familiares, en esa época, eran turbulentas, hasta el punto que la víctima había manifestado a sus amigos más cercanos que se sentía vigilada y que temía por su vida, existiendo numerosas denuncias entre los miembros familiares por cuestiones económicas y empresariales”.
Sin embargo, el magistrado subraya que la investigación policial fue, en su momento, “especialmente deficiente, incompleta y carente de un criterio lógico, quizás por haber desplazado de la misma a algunos de los funcionarios más competentes adscritos a la Comisaría Local para ser sustituidos por otros procedentes de unidades centrales con total desconocimiento de la zona”. Debido a esa circunstancia, afirma el juez, “se privó de mucha información policial, dejando muchos cabos sueltos que el paso del tiempo ha impedido solventar, pues los nuevos testigos llamados ofrecen versiones que en nada ayudan a resolver tales incertidumbres”. Por todo ello, el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo ha declarado concluso el sumario.



































Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.22