La tan esperada pasarela peatonal de Amieirolongo, que ha sido objeto de gran atención durante la época electoral, sigue sin estar operativa y nadie sabe cuándo estará lista para su uso.

A pesar de tres años de promesas y seis largos meses de obras que han causado cortes de carriles y molestias a los residentes, esta histórica demanda de la comunidad local sigue sin convertirse en una realidad tangible. La construcción de esta pasarela peatonal en el Camino de Santiago tenía como objetivo principal eliminar el peligro que representaba para los peregrinos, así como para cualquier otro peatón o vecino, tener que cruzar la peligrosa carretera Nacional 550.

La ejecución de estas obras requirió la cesión de terrenos por parte del Ayuntamiento de Mos, y se llevó a cabo en el nudo de Amieirolongo, entre la A-52 y la mencionada carretera Nacional 550. A pesar de la inversión realizada por el Ministerio de Fomento, que ascendió a la considerable cifra de 233.741,27 euros, los resultados han sido decepcionantes hasta el momento.

Los residentes y usuarios de la zona están indignados ante la prolongada espera y la falta de información sobre cuándo podrán disfrutar de esta pasarela peatonal que se suponía que brindaría mayor seguridad y comodidad. Las críticas se dirigen hacia las autoridades locales y nacionales, quienes no han logrado cumplir con sus promesas y han dejado a los vecinos afectados en la incertidumbre.

La pasarela peatonal de Amieirolongo se ha convertido en un símbolo del fracaso de la gestión de infraestructuras, generando descontento y desconfianza entre los ciudadanos. Mientras tanto, los peatones siguen expuestos a los peligros de cruzar una concurrida carretera sin ninguna protección.

Ante esta situación, la exigencia de respuestas por parte de los afectados es cada vez mayor. La comunidad exige transparencia, fechas concretas y acciones concretas para garantizar la finalización de esta obra fundamental. ¿Cuánto más tendrán que esperar los vecinos de Amieirolongo para tener una pasarela segura? El reloj sigue avanzando, pero la pasarela permanece cerrada, alimentando la indignación y la frustración de todos aquellos que anhelaban una solución a este problema tan evidente.