La primavera está a punto de llegar, pero las cálidas temperaturas tanto en otoño como en invierno, con una temperatura de entre los 22 y 25ºC en algunos momentos, posiblemente al cambio climático, hace que ya se comiencen a ver en las copas de los pinos una especie de tela blanquecina en donde se alberga una plaga para unos, para otros no, la llamada: Procesionaria del pino. Se alimentan de las hojas de los pinos y de otras coníferas que, en la misma época estacional coincide con otra oruga de aspecto similar, pero con características muy diferentes: Oruga de prado que hablaremos más adelante junto con la oruga procesionaria.

El ciclo vital de la procesionaria, tiene varias fases: Fase huevo, larvaria, crisálida y adulta, la puesta de huevos que una vez fecundados, tardan entre 30 y 40 días en eclosionar. La fase larvaria, tarde 6 meses, la oruga cambia de tamaño y de color desarrollando los pelos urticantes perjudiciales a los humanos provocando irritación en oídos, nariz y garganta y en animales como los perros y gatos, reacciones alérgicas incluso provocar la muerte. Otra fase, la crisálida, es cuando ocurre la metamorfosis de larva a adulto. Y, por último, la fase adulta, que es la más corta, puede durar dos días como máximo en la cual deben cumplir con la reproducción e iniciar de nuevo el ciclo.

Todos estos ciclos, ocurren en el nido que se encuentra en las ramas mas altas de los árboles, en donde más reciben el sol, estos nidos son de seda blanca natural y donde estos (denominados bolsones), aparecen durante el invierno. Los bolsones son utilizados por las procesionarias para protegerse del frío. En esta fase, su alimentación es nocturna en el propio árbol que las acoge pudiendo causarle graves daños al comer esos brotes jóvenes, llegando a secarlo.

Las altas temperaturas, en algunos casos superando los 30ºC, ha hecho que, lo que sería habitual a partir de abril-mayo, ya en enero, ya aparecieron los primeros nidos de procesionaria (Traumetopoea Pityocampa) La procesionaria del pino, es una polilla o mariposa que tiene un ciclo vital complejo, porque al igual que el recurrido refrán: “Nos acordamos de Sta. Bárbara cuando truena”, nos acordamos de estos seres en invierno y primavera al observar sus nidos, la oruga urticante.

Las orugas procesionarias son peligrosas para las personas y potencialmente mortales para los perros

Con los primeros calores del verano, las larvas que en invierno y primavera han permanecido en el nido, unas bolsas blancas y sedosas, que son fáciles de ver y siendo este su refugio. Cuando ya son adultas en su última fase de su crecimiento, desarrollan una serie de pelos urticantes de color blanquecino y anaranjado para protegerse de cualquier posible depredador, estos pelos se denominan “tricomas”, se calcula que cada individuo, posee alrededor de unos 500.000 listos para ejercer de dardos envenenados, puede llegar a irritar la piel y mucosas del humano y también la de los animales especialmente los perros movidos por la curiosidad al acercarse a olisquear a estas orugas con el fin de identificarlas, generando alergias seberas.

Estas orugas descienden de las copas de los pinos en fila india, como si fuera una procesión y por ese comportamiento, recibe el nombre de procesionaria. Estas procesiones son siempre lideradas por hembras que se dirigen todas a enterrarse en grupo, entre unos 15 y 20 centímetros de profundidad, donde las perderemos de vista entrando en fase de dormición hasta que, las condiciones sean óptimas y será cuando podrán emerger como hermosas mariposas en verano. Como dato curioso sobre estos animales, pueden estar años, hasta siete según estudios, en esta fase bajo tierra esperando a salir como mariposa, lo “triste”, cosas de la naturaleza que, después de esa larga espera de tanto tiempo, estas mariposas, viven una media de un día.

Esta especie, forma parte de los ecosistemas forestales desde tiempos remotos y es alimento en fases vitales para otros depredadores generalmente para pájaros

En la misma época estival, coinciden dos orugas de aspecto similar, pero de características muy diferentes que son: Las orugas del prado y las orugas procesionarias. Como decíamos en párrafos anteriores, el aumento de temperaturas ha provocado que estos insectos en fase larvaria, se desplacen en busca de comida. La oruga de los prados u oruga peluda, conocida por su nombre científico: Ocnogyna Baética y la procesionaria del pino: Traumetopoea Pityocampa, son especies distintas que no pertenecen ni siquiera al mismo género, sin embargo, ambas son mariposas nocturnas en su fase final, pudiéndose convertir en plaga.

Son muy parecidas entre sí, generan alarma entre las personas ya que resulta distinguirlas claramente. Puede sorprender ver cientos de orugas en el suelo despertando preocupación. Pero ¿Cuáles son las diferencias? Respecto a las orugas del prado, conocidas también como peludas, son de cuerpo alargado marrón, blanco y negro y cubiertas de pelos suaves y densos. Son de tamaño mediano a grande. Sin embargo, las orugas procesionarias son a la vista diferentes, el cuerpo es mas corto pero grueso, si las comparamos con las del prado, están cubiertas de pelos urticantes que como ya hemos dicho, pueden ser peligrosas. Otra diferencia, es que la oruga del prado, suele habitar en áreas verdes y abiertas (campo) mientras que la procesionaria, prefiere entornos boscosos y coníferos (normalmente pinos), la oruga del prado, es inofensiva y no representa ningún riesgo para los seres humanos ni animales, se alimenta de hojas y plantas. Ambas suponen un alimento básico para las aves.