La presencia de los furanchos en Galicia, especialmente en Redondela, se ha convertido en un fenómeno imparable. Estos establecimientos, que originalmente surgieron para vender el excedente de vino de los particulares, han evolucionado hasta convertirse en una marca reconocida. Sin embargo, la creciente popularidad de los furanchos plantea serios desafíos para el sector hostelero local, que enfrenta una competencia considerada "desleal y desequilibrada".

El sector hostelero en Redondela sufre cada temporada debido a la proliferación de furanchos. Estos establecimientos, que operan bajo normativas más laxas, han sido acusados de frenar el desarrollo de una hostelería más estable y profesionalizada en la localidad. Durante los meses de mayor actividad, los negocios tradicionales ven cómo sus ingresos disminuyen, afectando no solo a sus finanzas, sino también al empleo y la vida social en las calles.

Estos establecimientos operan bajo normativas más "laxas" sin los controles sanitarios que sufre la hostelería tradicional.

El problema radica en la competencia desleal que los furanchos representan. Mientras que los bares y restaurantes tradicionales deben cumplir con estrictas regulaciones y cargas fiscales, los furanchos operan con una normativa más laxa, permitiendo que ofrezcan precios más bajos y organicen eventos como conciertos y actuaciones sin los mismos requisitos que otros establecimientos. Esta situación ha desatado una ola de protestas por parte del sector hostelero, que exige una intervención de la administración local.

La Asociación de Hosteleros de Redondela ha tomado medidas, solicitando al ayuntamiento datos precisos sobre las licencias otorgadas a los furanchos, las cantidades de vino autorizadas y la normativa aplicable en caso de eventos. Además, buscan evaluar las acciones necesarias para equilibrar la competencia y garantizar un entorno justo para todos los negocios.

La solución propuesta es la creación de una nueva categoría profesional para los furanchos, transformándolos en "Casas de Furancho". Esta nueva denominación permitiría a estos establecimientos mantener su tradición, pero bajo una regulación más acorde con la del resto del sector hostelero. De este modo, se respetaría la costumbre de que los comensales traigan su propia comida, mientras que los propietarios venderían únicamente el vino excedente.

Además, la profesionalización de los furanchos podría contribuir a revitalizar el sector hostelero en Redondela y en toda Galicia, aumentando la producción y la actividad económica en las áreas rurales con tradición vinícola. Este cambio es crucial para mantener el sistema de redistribución de rentas que actualmente se ve comprometido por la evasión fiscal de los furanchos.

La situación se agrava con la dificultad para encontrar personal, un problema exacerbado por la pandemia que expulsó a muchos trabajadores del sector. La falta de mano de obra cualificada y la preferencia de los jóvenes por trabajar en furanchos no regulados en lugar de en empleos formales, añade otra capa de complejidad al problema.

Sin embargo, hay esperanza para el sector. Hasta el 19 de julio de 2024, está abierto el plazo para presentar solicitudes a las subvenciones para proyectos turísticos enogastronómicos, financiadas por la Unión Europea-NextGenerationEU. Estas subvenciones, junto con un cambio regulatorio, podrían fortalecer y profesionalizar el sector hostelero en Galicia, creando un entorno más competitivo y justo para todos los involucrados.

En conclusión, la única forma de aprovechar todo el potencial de los furanchos es mediante su transformación en una categoría profesional que permita un desarrollo equilibrado y justo del sector hostelero en Redondela. Solo así se podrá garantizar un futuro próspero para todos los negocios locales y preservar la rica tradición vinícola de Galicia.