Un grupo del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) investiga el “castro minero” de la Croa, en Ribadetea. Atraídos por la singularidad y por su potencial patrimonial y científico estudian este asentamiento hecho en tiempos de Roma y construido empleando las mismas técnicas con las que Roma abría las minas de oro, con la fuerza del agua, desviando los ríos con canales y lavando la tierra donde estaba el preciado mineral.

La alcaldesa, Nava Castro, acompañada del Concejal de Enseñanza, Ricardo González, y de la Concejala de Urbanismo, Silvia F. Táboas, visitó la zona para conocer de primera mano los trabajos que se están ejecutando. Esta colaboración entre el CSIC y el Ayuntamiento permitirá conocer la estructura de este asentamiento y compararlo con los castros de la Edad de Ferro, y también con otros castros romanos relacionados con las minas  excavados en la Asturia romana, en el occidente leonés y en la zona de las sierras orientales gallegas como Ancares o El Courel.

Estos nuevos asentamientos, como lo de la Croa, se ejecutaron en el marco de una reestructuración del territorio con el objetivo de explotar los recursos auríferos para el beneficio del Imperio en todas las zonas mineras del noroeste o de Asturia y Gallaecia. Subrayan los investigadores que todo el sur del Castro hasta el campo de fútbol de Ribadetea es una mina de oro abierta por Roma.

La alcaldesa señala que tenderán a mano al equipo de investigación del CSIC para futuros trabajos en los que ahondar en la historia de Ponteareas y recuperar espacios simbólicos que puedan ser compartidos y admirados por la ciudadanía.

Estas investigaciones están enmarcadas en el proyecto del Ministerio de Ciencia INDIGENAE, dirigido por Brais Currás del grupo de investigación EST-AP, que intenta comprender la complejidad cultural de este tipo de asentamientos. Adelantan los investigadores del CSIC que estos sitios son una realidad híbrida a medio camino entre el mundo romano y el mundo de los castros porque por un lado tienen la forma de los antiguos asentamientos de la edad del hierro pero están construidos con la nueva tecnología que trae el Imperio Romano. Equipados con un xeorradar, tecnología que permite identificar las estructuras del subsuelo sin realizar una excavación, agradecen la colaboración del Ayuntamiento en la limpieza y desbroce de la zona, indispensables para iniciar las pesquisas.

Desde el CSIC esperan que este sea un primer paso y muestran su interés en realizar más trabajos en el castro para poder abrir una ruta explicada en este asentamiento minero y explotaciones auríferas.