OPINIÓN
La mochila que llevamos
    
   
	
    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        			        			        			        			        	
                                
                    
    
    
    
	
	
        
        
        			        			        			        			        			        			        			        
        
                
        
        Es muy común llevar una mochila por lo práctica que puede resultar, pero a su vez, pueden surgir varias incomodidades tanto propias como ajenas como por tener un peso desigual mal distribuido pudiendo causar molestias en hombros, espalda y cuello. También por la presión en los hombros debido a las correas, sobre todo, si son estrechas y no están acolchadas, puede provocar dolores.
 
Llevar una mochila durante mucho tiempo, puede generar calor en la espalda dando lugar a la sudoración e incomodidad y si es una mochila grande o pesada puede limitar capacidad para moverse con libertad.
 
Una mochila pegada a la espalda, forma parte de nuestro cuerpo siendo un peligro cuando nos giramos rápidamente y sobresale mucho, es seguro que golpeamos a alguien si vamos en autobús, un lugar cerrado, etc.
 
Bastantes usuarios aparte de la mochila, llevan objetos colgados a modo de puesto ambulante lo que dificulta y puede generar un pequeño riesgo de accidente. Para minimizar estos riesgos, debemos ser responsables y respetuosos, en los lugares concurridos, sacar la mochila y llevarla en la mano porque debemos ser conscientes del espacio que ocupamos al movernos.
 
Hay que controlar la mochila.
 
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                                                                            	
                                        
                                                                                                                                            
    
    
	
    

Es muy común llevar una mochila por lo práctica que puede resultar, pero a su vez, pueden surgir varias incomodidades tanto propias como ajenas como por tener un peso desigual mal distribuido pudiendo causar molestias en hombros, espalda y cuello. También por la presión en los hombros debido a las correas, sobre todo, si son estrechas y no están acolchadas, puede provocar dolores.
Llevar una mochila durante mucho tiempo, puede generar calor en la espalda dando lugar a la sudoración e incomodidad y si es una mochila grande o pesada puede limitar capacidad para moverse con libertad.
Una mochila pegada a la espalda, forma parte de nuestro cuerpo siendo un peligro cuando nos giramos rápidamente y sobresale mucho, es seguro que golpeamos a alguien si vamos en autobús, un lugar cerrado, etc.
Bastantes usuarios aparte de la mochila, llevan objetos colgados a modo de puesto ambulante lo que dificulta y puede generar un pequeño riesgo de accidente. Para minimizar estos riesgos, debemos ser responsables y respetuosos, en los lugares concurridos, sacar la mochila y llevarla en la mano porque debemos ser conscientes del espacio que ocupamos al movernos.
Hay que controlar la mochila.


























                
                
                
                
                
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