GALICIA
Galicia fortalece su compromiso con la Economía Circular con la gestión de 8.838 t de aceites industriales usados
El aceite de uso industrial es esencial para el funcionamiento de motores en todo tipo de vehículos y de maquinarias industriales. Al finalizar su vida útil, se convierte en un residuo peligroso, ya que durante su utilización se generan sustancias tóxicas y metales pesados debido a la exposición a altas presiones y temperaturas. Sin embargo, se trata de un residuo que puede ser aprovechado en su totalidad y utilizado en la fabricación de nuevos productos, como bases lubricantes o fuel BIA. En 2023, el sistema de gestión de aceites industriales usados en España, SIGAUS, gestionó 8.838 toneladas de este residuo en Galicia, procedentes de 5.148 establecimientos de diversa tipología, siendo el 53% talleres mecánicos
La gestión del aceite industrial usado en Galicia es un modelo ejemplar de cómo un residuo peligroso puede ser recogido en cualquier punto geográfico donde se genere y 100% aprovechado como materia prima o energía. Su gestión requiere de un sistema logístico que llegue a todos los rincones en los que se produce una gota de aceite usado, lo que incluye una amplia diversidad de actividades.
En Galicia, 5.148 establecimientos e instalaciones generaron aceites usados en 2023. En ellos SIGAUS recuperó 9.370 toneladas brutas de residuo (incluyendo un 5,7% de agua y sedimentos), a través de 11.835 operaciones de recogida en 288 municipios gallegos. El 53% de estos puntos generadores fueron talleres de reparación de vehículos, entre los que se incluyen establecimientos multimarca, concesionarios y talleres independientes. En ellos se recuperó el 50% (4.703 toneladas) del aceite usado que se generó en Galicia durante el pasado año. El 50% restante se recogió en la industria y otros muchos sectores, como el transporte, la energía, la construcción, la agricultura, la hostelería y los servicios públicos (desde puntos limpios municipales o comarcales, hasta centros educativos, hospitales y fuerzas de seguridad y emergencias).
Áreas de especial dificultad
El aceite industrial usado se genera de forma muy extendida y dispersa en todo el territorio, y especialmente atomizada en zonas rurales o de montaña, a menudo alejadas de los grandes núcleos urbanos y con menor densidad de población, donde se eleva el nivel de exigencia para el servicio de recogida. Durante el pasado año, el 71% de los municipios gallegos en los que se efectuaron recogidas fueron rurales. En estas áreas se recuperaron 2.878 toneladas de aceites industriales usados, el 31% de la cantidad total recogida.
En las zonas de montaña, donde la orografía aporta una complejidad adicional para el servicio de recogida, se recuperaron 1.175 toneladas en 95 municipios. Por otra parte, en 27 municipios de menos de 1.000 habitantes se recogieron 79 toneladas de aceite usado.
Adicionalmente, en zonas próximas a espacios naturales protegidos es especialmente importante la recuperación del residuo. En estos entornos se recogieron 980 toneladas de aceites usados, que se generaron en 697 establecimientos ubicados en las cercanías de 15 espacios protegidos. Un ejemplo, fue la recogida de 368 toneladas en la Reserva de la Biosfera de Terras do Miño.
El aceite usado puede ser especialmente nocivo en entornos hídricos (como ríos, lagos o embalses) porque no es biodegradable y por su capacidad de infiltración y bioacumulación. Se estima que el vertido de un litro de aceite usado puede contaminar un millón de litros de agua, y puede perdurar durante 15 o 20 años, impidiendo su oxigenación y dañando los ecosistemas acuáticos. En el entorno de recursos hídricos de Galicia se recuperaron 194 toneladas de aceites usados generados en 139 puntos de generación.
Un residuo valioso con infinitas vidas
El aceite usado conserva en su composición recursos que le permiten ser aprovechado en su totalidad, transformándolo en nuevos productos, como bases lubricantes o un combustible similar al fuel óleo. La cantidad recogida en Galicia durante el pasado año fue valorizada en su totalidad, una vez excluidos los impropios (agua y otros sedimentos). Del residuo neto finalmente gestionado (8.838 toneladas), el 48% se destinó a regeneración, tratamiento prioritario por ley que permite transformar el residuo en bases lubricantes, que son el componente fundamental en la fabricación de nuevos aceites industriales. Gracias a este proceso, fue posible reincorporar al mercado 2.678 toneladas de nuevos lubricantes, suficientes para llenar el cárter de 661.204 coches.
El segundo tratamiento posible para el aceite usado es su descontaminación para obtener un combustible —llamado fuel BIA— que sustituye al fuel óleo tradicional, y que puede ser utilizado en centrales térmicas, hornos y otras instalaciones industriales. Mediante este proceso se trataron 4.561 toneladas de residuo.
La obtención de estos productos a partir del aceite usado evita el uso de petróleo: 1,7 millones de barriles se ahorraron por la gestión realizada en Galicia. Además, se evitó la emisión de 5.353 toneladas de CO2 y se ahorraron 59 GWh de energía.

La gestión del aceite industrial usado en Galicia es un modelo ejemplar de cómo un residuo peligroso puede ser recogido en cualquier punto geográfico donde se genere y 100% aprovechado como materia prima o energía. Su gestión requiere de un sistema logístico que llegue a todos los rincones en los que se produce una gota de aceite usado, lo que incluye una amplia diversidad de actividades.
En Galicia, 5.148 establecimientos e instalaciones generaron aceites usados en 2023. En ellos SIGAUS recuperó 9.370 toneladas brutas de residuo (incluyendo un 5,7% de agua y sedimentos), a través de 11.835 operaciones de recogida en 288 municipios gallegos. El 53% de estos puntos generadores fueron talleres de reparación de vehículos, entre los que se incluyen establecimientos multimarca, concesionarios y talleres independientes. En ellos se recuperó el 50% (4.703 toneladas) del aceite usado que se generó en Galicia durante el pasado año. El 50% restante se recogió en la industria y otros muchos sectores, como el transporte, la energía, la construcción, la agricultura, la hostelería y los servicios públicos (desde puntos limpios municipales o comarcales, hasta centros educativos, hospitales y fuerzas de seguridad y emergencias).
Áreas de especial dificultad
El aceite industrial usado se genera de forma muy extendida y dispersa en todo el territorio, y especialmente atomizada en zonas rurales o de montaña, a menudo alejadas de los grandes núcleos urbanos y con menor densidad de población, donde se eleva el nivel de exigencia para el servicio de recogida. Durante el pasado año, el 71% de los municipios gallegos en los que se efectuaron recogidas fueron rurales. En estas áreas se recuperaron 2.878 toneladas de aceites industriales usados, el 31% de la cantidad total recogida.
En las zonas de montaña, donde la orografía aporta una complejidad adicional para el servicio de recogida, se recuperaron 1.175 toneladas en 95 municipios. Por otra parte, en 27 municipios de menos de 1.000 habitantes se recogieron 79 toneladas de aceite usado.
Adicionalmente, en zonas próximas a espacios naturales protegidos es especialmente importante la recuperación del residuo. En estos entornos se recogieron 980 toneladas de aceites usados, que se generaron en 697 establecimientos ubicados en las cercanías de 15 espacios protegidos. Un ejemplo, fue la recogida de 368 toneladas en la Reserva de la Biosfera de Terras do Miño.
El aceite usado puede ser especialmente nocivo en entornos hídricos (como ríos, lagos o embalses) porque no es biodegradable y por su capacidad de infiltración y bioacumulación. Se estima que el vertido de un litro de aceite usado puede contaminar un millón de litros de agua, y puede perdurar durante 15 o 20 años, impidiendo su oxigenación y dañando los ecosistemas acuáticos. En el entorno de recursos hídricos de Galicia se recuperaron 194 toneladas de aceites usados generados en 139 puntos de generación.
Un residuo valioso con infinitas vidas
El aceite usado conserva en su composición recursos que le permiten ser aprovechado en su totalidad, transformándolo en nuevos productos, como bases lubricantes o un combustible similar al fuel óleo. La cantidad recogida en Galicia durante el pasado año fue valorizada en su totalidad, una vez excluidos los impropios (agua y otros sedimentos). Del residuo neto finalmente gestionado (8.838 toneladas), el 48% se destinó a regeneración, tratamiento prioritario por ley que permite transformar el residuo en bases lubricantes, que son el componente fundamental en la fabricación de nuevos aceites industriales. Gracias a este proceso, fue posible reincorporar al mercado 2.678 toneladas de nuevos lubricantes, suficientes para llenar el cárter de 661.204 coches.
El segundo tratamiento posible para el aceite usado es su descontaminación para obtener un combustible —llamado fuel BIA— que sustituye al fuel óleo tradicional, y que puede ser utilizado en centrales térmicas, hornos y otras instalaciones industriales. Mediante este proceso se trataron 4.561 toneladas de residuo.
La obtención de estos productos a partir del aceite usado evita el uso de petróleo: 1,7 millones de barriles se ahorraron por la gestión realizada en Galicia. Además, se evitó la emisión de 5.353 toneladas de CO2 y se ahorraron 59 GWh de energía.
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