El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha mostrado su frustración ante la burocracia excesiva que rodea el desbroce subsidiario de fincas privadas, proceso que calificó de “lento y engorroso” debido a las múltiples trabas administrativas. Según el regidor, las multas por incumplimiento pueden ascender a 300 euros para particulares y 1.000 euros para empresas, pero la verdadera dificultad radica en la complejidad del procedimiento para llevar a cabo estas limpiezas.

“El principal obstáculo es la localización de los propietarios, que en muchos casos son empresas en disolución o herederos difíciles de contactar”, explicó Caballero. Este proceso burocrático, que consta de hasta 8 pasos, hace que la ejecución de la limpieza sea una tarea extremadamente lenta, agravando la insalubridad en las fincas afectadas. A pesar de haber recibido 625 denuncias en lo que va de año, solo 178 expedientes han sido resueltos, lo que evidencia la ineficacia del sistema actual.

El alcalde destacó que cuando los propietarios son particulares, estos suelen resolver las notificaciones en tiempo y forma. Sin embargo, cuando se trata de empresas o situaciones más complejas, el proceso se dilata significativamente. Caballero subrayó que el sistema actual, con sus múltiples fases y la necesidad de responder a alegaciones y realizar comprobaciones reiteradas, es un obstáculo para garantizar la salubridad de las áreas afectadas.

La excesiva burocracia no solo retrasa la acción inmediata, sino que también multiplica los trámites innecesarios, dejando las fincas en estado de abandono y afectando la calidad de vida de los vecinos. Caballero hizo un llamado a revisar y simplificar el proceso, para que el Concello pueda actuar de forma más ágil y efectiva en casos donde la maleza acumulada supone un riesgo para la salubridad pública.