SALUD
Intolerancia al frío: 5 problemas de salud que empeoran con la bajada de las temperaturas
La bajada de las temperaturas no solo aumenta la incomodidad general, sino que también puede agravar diversas condiciones de salud preexistentes. Para las personas que padecen ciertos trastornos, como la enfermedad de Raynaud, sabañones o urticaria por frío, las bajas temperaturas pueden intensificar síntomas como dolor, rigidez y falta de circulación. Aquí se describen algunos de los problemas de salud más comunes que empeoran durante el invierno y las recomendaciones para prevenir complicaciones:
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Síndrome de Raynaud
El síndrome de Raynaud se caracteriza por una constricción excesiva de los vasos sanguíneos en las extremidades cuando se expone al frío, lo que reduce el flujo sanguíneo hacia los dedos de las manos y los pies. Este trastorno puede causar dolor, entumecimiento y sensación de hormigueo. Las bajas temperaturas aumentan la frecuencia y la intensidad de los episodios, por lo que es importante proteger las extremidades con guantes térmicos, calcetines gruesos y calzado aislante. Además, se recomienda hacer ejercicios suaves para estimular la circulación, como mover los dedos o caminar regularmente.
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Sabañones
Los sabañones son inflamaciones dolorosas de los vasos sanguíneos causadas por la exposición al frío y la humedad. Afectan principalmente a mujeres y niños y suelen aparecer en los dedos de las manos, los pies y la cara. Para prevenir los sabañones, es crucial mantener las extremidades secas y calientes. El uso de ropa y calzado impermeables, así como cremas hidratantes para evitar que la piel se agriete y reducir la inflamación, son medidas preventivas clave.
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Alergia al frío (urticaria por frío)
Esta reacción dermatológica, también conocida como urticaria por frío, se produce cuando el cuerpo reacciona ante temperaturas bajas. Los síntomas incluyen ronchas, picazón, sensación de quemazón e inflamación, y en algunos casos, dificultades respiratorias. Para evitar la urticaria por frío, se recomienda evitar los cambios bruscos de temperatura y el contacto directo con superficies frías. Mantener la temperatura corporal estable es crucial para minimizar las reacciones.
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Asma y afecciones respiratorias
El aire frío puede irritar las vías respiratorias y debilitar el sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, como resfriados y gripe. Las personas con asma, EPOC o bronquitis pueden experimentar un agravamiento de los síntomas, como tos, dificultad para respirar y opresión en el pecho. Para protegerse, es importante evitar la exposición directa al aire frío y usar bufandas o mascarillas para calentar el aire antes de inhalarlo. Además, tener siempre a mano los inhaladores y seguir los tratamientos médicos prescritos es fundamental.
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Psoriasis
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel que puede empeorar durante el invierno debido al frío, la falta de exposición al sol y el aire seco. Estos factores pueden aumentar la descamación de la piel y causar malestar. Para mitigar los síntomas, es esencial hidratar la piel regularmente con cremas emolientes que prevengan la sequedad y alivien la picazón. Además, usar humidificadores en casa, especialmente en ambientes calefaccionados, puede ayudar a mantener un nivel adecuado de humedad en el aire.
Recomendaciones generales para el invierno:
- Mantenerse abrigado y evitar exposiciones prolongadas al frío.
- Usar ropa térmica adecuada y asegurarse de que las extremidades estén protegidas.
- Mantener la piel hidratada con cremas y aceites para prevenir la sequedad.
- Mantener los tratamientos médicos al alcance, especialmente para personas con afecciones crónicas.
- Evitar ambientes cerrados y mal ventilados, especialmente durante la temporada de gripe.
Con estos cuidados, las personas con enfermedades preexistentes pueden reducir los riesgos y disfrutar de un invierno más saludable.

La bajada de las temperaturas no solo aumenta la incomodidad general, sino que también puede agravar diversas condiciones de salud preexistentes. Para las personas que padecen ciertos trastornos, como la enfermedad de Raynaud, sabañones o urticaria por frío, las bajas temperaturas pueden intensificar síntomas como dolor, rigidez y falta de circulación. Aquí se describen algunos de los problemas de salud más comunes que empeoran durante el invierno y las recomendaciones para prevenir complicaciones:
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Síndrome de Raynaud
El síndrome de Raynaud se caracteriza por una constricción excesiva de los vasos sanguíneos en las extremidades cuando se expone al frío, lo que reduce el flujo sanguíneo hacia los dedos de las manos y los pies. Este trastorno puede causar dolor, entumecimiento y sensación de hormigueo. Las bajas temperaturas aumentan la frecuencia y la intensidad de los episodios, por lo que es importante proteger las extremidades con guantes térmicos, calcetines gruesos y calzado aislante. Además, se recomienda hacer ejercicios suaves para estimular la circulación, como mover los dedos o caminar regularmente. -
Sabañones
Los sabañones son inflamaciones dolorosas de los vasos sanguíneos causadas por la exposición al frío y la humedad. Afectan principalmente a mujeres y niños y suelen aparecer en los dedos de las manos, los pies y la cara. Para prevenir los sabañones, es crucial mantener las extremidades secas y calientes. El uso de ropa y calzado impermeables, así como cremas hidratantes para evitar que la piel se agriete y reducir la inflamación, son medidas preventivas clave. -
Alergia al frío (urticaria por frío)
Esta reacción dermatológica, también conocida como urticaria por frío, se produce cuando el cuerpo reacciona ante temperaturas bajas. Los síntomas incluyen ronchas, picazón, sensación de quemazón e inflamación, y en algunos casos, dificultades respiratorias. Para evitar la urticaria por frío, se recomienda evitar los cambios bruscos de temperatura y el contacto directo con superficies frías. Mantener la temperatura corporal estable es crucial para minimizar las reacciones. -
Asma y afecciones respiratorias
El aire frío puede irritar las vías respiratorias y debilitar el sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, como resfriados y gripe. Las personas con asma, EPOC o bronquitis pueden experimentar un agravamiento de los síntomas, como tos, dificultad para respirar y opresión en el pecho. Para protegerse, es importante evitar la exposición directa al aire frío y usar bufandas o mascarillas para calentar el aire antes de inhalarlo. Además, tener siempre a mano los inhaladores y seguir los tratamientos médicos prescritos es fundamental. -
Psoriasis
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel que puede empeorar durante el invierno debido al frío, la falta de exposición al sol y el aire seco. Estos factores pueden aumentar la descamación de la piel y causar malestar. Para mitigar los síntomas, es esencial hidratar la piel regularmente con cremas emolientes que prevengan la sequedad y alivien la picazón. Además, usar humidificadores en casa, especialmente en ambientes calefaccionados, puede ayudar a mantener un nivel adecuado de humedad en el aire.
Recomendaciones generales para el invierno:
- Mantenerse abrigado y evitar exposiciones prolongadas al frío.
- Usar ropa térmica adecuada y asegurarse de que las extremidades estén protegidas.
- Mantener la piel hidratada con cremas y aceites para prevenir la sequedad.
- Mantener los tratamientos médicos al alcance, especialmente para personas con afecciones crónicas.
- Evitar ambientes cerrados y mal ventilados, especialmente durante la temporada de gripe.
Con estos cuidados, las personas con enfermedades preexistentes pueden reducir los riesgos y disfrutar de un invierno más saludable.
































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