El ex secretario general del Sergas denunció en la comisión de investigación sobre la contratación de la Xunta que la construcción del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo se realizó “bajo el modelo menos adecuado para el momento y de la peor forma administrativa, económica y socialmente legítima”. Además, señaló que la ejecución del proyecto, inicialmente prevista para 35 meses, se extendió casi dos años más sin que se penalizara a la empresa responsable.

Durante la comparecencia, se evidenció que los cambios introducidos por el Partido Popular al proyecto básico y adjudicado hicieron imposible resolver los déficits asistenciales que se pretendían eliminar con el modelo planteado por el Gobierno de Emilio Pérez Touriño. Según Elena Espinosa, viceportavoz del PSdeG, la opción planteada inicialmente no habría incrementado la deuda pública de la Xunta, desmontando el argumento del PP de que el modelo privatizado era la única solución viable.

Modificaciones y retrasos sin sanciones

Con la entrada del PP en la Xunta, se sustituyó el modelo público por uno de financiación privada (PFI). Según el exsecretario del Sergas, esta decisión no solo fue inadecuada, sino que implicó retrasos considerables: el hospital, que debía comenzar a funcionar en 2013, no abrió sus puertas hasta 2015. A pesar de que las obras se prolongaron 20 meses más de lo previsto, no se aplicaron sanciones a la empresa adjudicataria.

El testimonio también reveló que hubo cambios significativos en el proyecto adjudicado, lo que agravó los déficits asistenciales y redujo las superficies, seguridad y calidad del hospital. Un informe de 2012 ya advertía de estas deficiencias.

Riesgos del modelo PFI

Espinosa destacó que los problemas de calidad son inherentes al modelo PFI y afectan a la mayoría de proyectos realizados bajo este esquema. En el caso del Álvaro Cunqueiro, estas deficiencias quedaron patentes en un informe que documenta numerosas objeciones graves sobre la construcción.

La sesión dejó al descubierto lo que algunos califican como una gestión cuestionable y un modelo que, lejos de solucionar problemas, ha generado nuevas carencias en la atención sanitaria en Vigo.