La Universidad de Santiago de Compostela, bajo la dirección de Javier Bouzas Arufe y la Dra. Marta Portela Maseda, ha desarrollado la Matriz de Internacionalización del Emprendimiento Gallego (GEI, por sus siglas en inglés). Este modelo busca transformar la cultura empresarial en Galicia, favoreciendo la competitividad de las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) en el escenario global.

El estudio, publicado en la Revista Galega de Economía, se basa en datos recopilados por el Consorcio de la Zona Franca de Vigo entre 1999 y 2021. Analiza las tendencias de internacionalización temprana en las empresas gallegas, destacando el impacto de las crisis económicas y las estrategias adaptativas posteriores. Entre los resultados, se identifican cuatro perfiles empresariales distintivos, que permiten diseñar políticas públicas personalizadas y replicables en otras regiones con características económicas similares.

Según Bouzas Arufe, “la internacionalización temprana es un factor clave para la competitividad global. Nuestro objetivo es ofrecer herramientas prácticas y conocimientos que ayuden a las empresas gallegas a acceder a mercados internacionales desde sus primeros años de vida.” El marco propuesto no solo facilita el análisis del comportamiento empresarial, sino que también promueve una mentalidad empresarial orientada hacia la proyección internacional.

Uno de los hallazgos más relevantes es que las empresas creadas recientemente tienden a expandirse internacionalmente durante su primer año de operación, una mejora significativa frente al promedio de tres años observado en compañías fundadas a principios de siglo. Además, se resalta la importancia del apoyo institucional y la integración de tecnologías digitales como factores esenciales para el éxito en la internacionalización.

La Matriz GEI ofrece una herramienta analítica que categoriza a las empresas según su intensidad y rapidez de internacionalización, fortaleciendo la creación de ecosistemas dinámicos que fomenten la innovación y la adaptabilidad en Galicia. Este enfoque no solo beneficia a las PYMEs, sino que también establece un precedente para la elaboración de políticas públicas más efectivas, alineadas con las necesidades de un mercado global en constante evolución.