El sistema SILOÉ, desarrollado por el Ministerio de Sanidad y que opera desde una página financiada con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, ha sido duramente criticado por los profesionales del mantenimiento de piscinas. Lo que debería ser una herramienta para facilitar el control de calidad del agua y el cumplimiento normativo se ha convertido, según denuncian numerosos técnicos, en un sistema frustrante, lleno de errores y con una usabilidad deficiente.

Uno de los principales problemas de SILOÉ es su falta de estabilidad. Al pulsar el botón de "grabar", los datos introducidos pueden desaparecer sin previo aviso, obligando a repetir el proceso desde cero. Además, cerrar una pestaña implica perder toda la información registrada, lo que convierte el trámite en una tarea tediosa y poco eficiente, según denuncian los usuarios.

"La página no está pensada para hacer el trabajo más fácil, sino para complicarlo aún más", denuncia un técnico de mantenimiento con años de experiencia en el sector. "Cada vez que cerramos una pestaña, todo lo que hemos introducido desaparece. Parece que está diseñado para entorpecer en lugar de ayudar".

Otro de los aspectos más criticados es la imposibilidad de obtener un comprobante oficial de que los datos han sido enviados correctamente. "Lo único que podemos hacer es sacar una captura de pantalla como prueba", explica un gerente de una empresa de mantenimiento de piscinas. "Es increíble que, en pleno 2025, un sistema digital obligatorio no ofrezca algo tan básico como un justificante de entrega".

SILOÉ sigue la estructura de SINAC, el Sistema Nacional de Aguas de Consumo, que ya ha sido señalado en el pasado por su complejidad. Sin embargo, los técnicos afirman que SILOÉ es aún peor en términos de usabilidad. "Tienes que introducir el código de instalación varias veces, el sistema se bloquea sin motivo y, cuando terminas de subir un informe, descubres que muchos datos no se han guardado", explica otro profesional del sector.

A estas deficiencias se suma la falta de asesoramiento por parte de algunos inspectores de sanidad. "Hay quienes realmente intentan ayudar, pero otros ni siquiera informan a los titulares de las piscinas sobre lo que deben hacer", señala una fuente del sector. "Muchos responsables llaman a Sanidad en busca de respuestas y no reciben ninguna aclaración".

Lo que debía ser una herramienta para mejorar el control sanitario de las piscinas en España se ha convertido en un sistema "ineficaz y frustrante" denuncian. Ante las crecientes quejas del sector, la pregunta es evidente: ¿cómo es posible que un programa financiado con fondos europeos funcione de manera tan deficiente?