OPINIÓN
GPS o sentido común: ¿Quién gana?
    
   
	
    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        			        			        			        			        	
                                
                    
    
    
    
	
	
        
        
        			        			        			        			        			        			        			        
        
                
        
        Es frecuente que la gran mayoría de los conductores a los mandos de un vehículo dotado de las últimas tecnologías, tengan activado el GPS aunque sea por rutina, incluso para que les guíe a su propio domicilio. Ya no hay que parar para preguntar a cualquier transeúnte para llegar a algún sitio.
 
 
Cuando se le introducen los datos, coordenadas necesarias a un GPS para que te lleve a un destino, a veces tienen obsesión por los caminos, ahí es en donde debería actuar el sentido común, porque ves que te está metiendo por un camino que no pasa ni una bicicleta y sigues adelante con un camión de 40Tm.
 
Los sistemas de navegación se basan en mapas digitales, algoritmos y datos en tiempo real, las situaciones tan insólitas muchas veces, se deben a mapas desactualizados. Al estar, en obras por ejemplo una carretera, o desvíos por reparaciones, no existen si no se actualiza generando errores cálculo, no le constan, por lo tanto, los GPS buscan el camino más corto así pasa lo que pasa, no se sabe si es un camino rural, sendero peatonal o una carretera no apta para ciertos vehículos.
 
Usar el GPS sin cuestionarlo, puede llevarnos a situaciones absurdas como quedar atascado en un callejón, caminos de tierra, etc… ¿Continuarías adelante si ves que te vas a quedar atascado, encajonado sin poder abrir las puertas? Pues ya ha sucedido. El GPS, no distingue de carreteras, en buen o mal estado, puede llevarte directamente a un acantilado o meterte en un prado anegado.
 
La mejor herramienta sigue siendo el juicio propio al vivir semejantes situaciones, pero si usamos esta tecnología a pesar de ser una herramienta increíblemente útil, lo debemos usar combinando su ayuda con el sentido común para evitar situaciones peligrosas y absurdas.
 
Vale más perder un minuto revisando la ruta a quedarse atrapado en un callejón sin salida, por lo tanto, sentido común.
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                                                                            	
                                        
                                                                                                                                            
    
    
	
    

Es frecuente que la gran mayoría de los conductores a los mandos de un vehículo dotado de las últimas tecnologías, tengan activado el GPS aunque sea por rutina, incluso para que les guíe a su propio domicilio. Ya no hay que parar para preguntar a cualquier transeúnte para llegar a algún sitio.
Cuando se le introducen los datos, coordenadas necesarias a un GPS para que te lleve a un destino, a veces tienen obsesión por los caminos, ahí es en donde debería actuar el sentido común, porque ves que te está metiendo por un camino que no pasa ni una bicicleta y sigues adelante con un camión de 40Tm.
Los sistemas de navegación se basan en mapas digitales, algoritmos y datos en tiempo real, las situaciones tan insólitas muchas veces, se deben a mapas desactualizados. Al estar, en obras por ejemplo una carretera, o desvíos por reparaciones, no existen si no se actualiza generando errores cálculo, no le constan, por lo tanto, los GPS buscan el camino más corto así pasa lo que pasa, no se sabe si es un camino rural, sendero peatonal o una carretera no apta para ciertos vehículos.
Usar el GPS sin cuestionarlo, puede llevarnos a situaciones absurdas como quedar atascado en un callejón, caminos de tierra, etc… ¿Continuarías adelante si ves que te vas a quedar atascado, encajonado sin poder abrir las puertas? Pues ya ha sucedido. El GPS, no distingue de carreteras, en buen o mal estado, puede llevarte directamente a un acantilado o meterte en un prado anegado.
La mejor herramienta sigue siendo el juicio propio al vivir semejantes situaciones, pero si usamos esta tecnología a pesar de ser una herramienta increíblemente útil, lo debemos usar combinando su ayuda con el sentido común para evitar situaciones peligrosas y absurdas.
Vale más perder un minuto revisando la ruta a quedarse atrapado en un callejón sin salida, por lo tanto, sentido común.


























                
                
                
                
                
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