Škoda Auto ha abierto una nueva etapa en su exploración del pasado con un ambicioso ejercicio de reinterpretación. La marca checa ha presentado una versión futurista de la histórica motocicleta Slavia B, reinventada bajo el prisma del actual lenguaje de diseño Modern Solid. El primer modelo de esta serie homenaje a sus vehículos icónicos no podía ser otro que uno de dos ruedas, en referencia directa a los orígenes de la compañía.

La Slavia B fue una de las primeras motocicletas creadas por Laurin & Klement, nombre bajo el que Škoda comenzó su andadura en 1895, antes de convertirse en fabricante de automóviles. El nuevo prototipo ha sido desarrollado por Romain Bucaille, diseñador francés del departamento de diseño exterior de la marca. «Quería volver a las raíces de Škoda y hacer algo único. Como diseñador de coches y apasionado de las motos, esta fue una oportunidad perfecta», explicó Bucaille sobre su motivación.

El resultado es una motocicleta conceptual que mantiene la estructura original del chasis de la Slavia B de 1899, aunque con una apariencia totalmente futurista. El diseño respeta la forma en que el bastidor envolvía el motor y lo protegía, una solución técnica que en su día fue pionera y que ahora ha sido reinterpretada con líneas limpias y proporciones contemporáneas.

El prototipo, aunque aún conceptual, evoca el espíritu café racer, con una estética que mezcla herencia y modernidad. A pesar de su aspecto eléctrico y minimalista, sigue rindiendo tributo a su antecesora de hace más de 120 años.

La Slavia B original, presentada junto a la Slavia A en 1899, estaba equipada con un motor monocilíndrico de 240 cc, refrigerado por aire y con una potencia de 1,75 caballos. Alcanzaba los 40 km/h y contaba con pedales para asistencia en el arranque y la propulsión. Entre 1899 y 1904 se fabricaron 540 unidades, convirtiéndose en uno de los primeros éxitos industriales de Laurin & Klement.

Con esta reinterpretación, Škoda no solo rinde homenaje a sus raíces, sino que también muestra su capacidad para mirar al futuro sin olvidar el pasado. La Slavia B renace así como algo más que una motocicleta: es un símbolo de continuidad y evolución, y un guiño a los más puristas del diseño clásico con alma moderna.