Empresa - Comercio
Los autónomos denuncian un aumento insostenible de la carga burocrática
La presión administrativa sobre los trabajadores por cuenta propia sigue creciendo en España. Según el último Barómetro de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), el 93% de los autónomos afirma que las cargas administrativas han aumentado en los últimos tres años, una percepción que refleja el impacto de la creciente complejidad normativa en la gestión diaria de sus negocios.
Este entorno, cada vez más exigente, está llevando a muchos profesionales a buscar ayuda externa: ocho de cada diez ya confían en asesorías o gestorías para aligerar el peso de la burocracia y evitar errores que pueden derivar en sanciones. De hecho, un informe de PwC señala que las empresas que externalizan la gestión fiscal y laboral tienen un 40% menos de probabilidades de cometer fallos sancionables.
Durante la campaña de la renta, este problema se intensifica. Más de 20 millones de contribuyentes, entre ellos pymes y autónomos, deben rendir cuentas ante la Agencia Tributaria. La complejidad del proceso y la presión por cumplir con los plazos pueden traducirse en multas de hasta 300 euros por errores o 200 euros por presentar fuera de plazo.
La digitalización se presenta como una vía para aliviar esta sobrecarga. El uso de herramientas tecnológicas, incluidas las basadas en inteligencia artificial, permite automatizar tareas repetitivas, resolver dudas fiscales al instante y reducir la dependencia de intermediarios.
Una de las últimas innovaciones en este campo es la integración de asesores fiscales y laborales virtuales en plataformas de mensajería como WhatsApp, disponibles 24/7, sin necesidad de registro y con respuestas inmediatas. Estos sistemas permiten gestionar consultas sobre impuestos, obligaciones contables, contratos o despidos, mejorando la agilidad y el control sobre la información financiera y laboral.
Para los pequeños negocios, esta evolución tecnológica representa un salvavidas. La posibilidad de consultar en tiempo real aspectos legales o contables reduce errores, mejora la toma de decisiones y ofrece más tiempo para centrarse en el desarrollo del negocio.
“Las pequeñas empresas ya no pueden permitirse el lujo de ignorar la digitalización”, apunta Casimiro García, experto en transformación digital. “La automatización no solo ahorra tiempo, también mejora la transparencia y el cumplimiento normativo”.
La tendencia es clara: digitalizar procesos se ha vuelto imprescindible para sobrevivir en un entorno cada vez más normativo. Frente a la carga administrativa, la tecnología se convierte en el mejor aliado del autónomo.

La presión administrativa sobre los trabajadores por cuenta propia sigue creciendo en España. Según el último Barómetro de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), el 93% de los autónomos afirma que las cargas administrativas han aumentado en los últimos tres años, una percepción que refleja el impacto de la creciente complejidad normativa en la gestión diaria de sus negocios.
Este entorno, cada vez más exigente, está llevando a muchos profesionales a buscar ayuda externa: ocho de cada diez ya confían en asesorías o gestorías para aligerar el peso de la burocracia y evitar errores que pueden derivar en sanciones. De hecho, un informe de PwC señala que las empresas que externalizan la gestión fiscal y laboral tienen un 40% menos de probabilidades de cometer fallos sancionables.
Durante la campaña de la renta, este problema se intensifica. Más de 20 millones de contribuyentes, entre ellos pymes y autónomos, deben rendir cuentas ante la Agencia Tributaria. La complejidad del proceso y la presión por cumplir con los plazos pueden traducirse en multas de hasta 300 euros por errores o 200 euros por presentar fuera de plazo.
La digitalización se presenta como una vía para aliviar esta sobrecarga. El uso de herramientas tecnológicas, incluidas las basadas en inteligencia artificial, permite automatizar tareas repetitivas, resolver dudas fiscales al instante y reducir la dependencia de intermediarios.
Una de las últimas innovaciones en este campo es la integración de asesores fiscales y laborales virtuales en plataformas de mensajería como WhatsApp, disponibles 24/7, sin necesidad de registro y con respuestas inmediatas. Estos sistemas permiten gestionar consultas sobre impuestos, obligaciones contables, contratos o despidos, mejorando la agilidad y el control sobre la información financiera y laboral.
Para los pequeños negocios, esta evolución tecnológica representa un salvavidas. La posibilidad de consultar en tiempo real aspectos legales o contables reduce errores, mejora la toma de decisiones y ofrece más tiempo para centrarse en el desarrollo del negocio.
“Las pequeñas empresas ya no pueden permitirse el lujo de ignorar la digitalización”, apunta Casimiro García, experto en transformación digital. “La automatización no solo ahorra tiempo, también mejora la transparencia y el cumplimiento normativo”.
La tendencia es clara: digitalizar procesos se ha vuelto imprescindible para sobrevivir en un entorno cada vez más normativo. Frente a la carga administrativa, la tecnología se convierte en el mejor aliado del autónomo.
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