La conselleira de Medio Ambiente y Cambio Climático, Ángeles Vázquez, anunció que el primer centro autonómico de protección y acogida para animales de compañía abandonados, extraviados o vagabundos se ubicará en el municipio de Curtis. Este centro dará servicio especialmente a concellos con menos de 5.000 habitantes, que suelen tener mayores dificultades para asumir estas responsabilidades.

El nuevo centro contará con una superficie de 2.300 metros cuadrados y capacidad para albergar hasta 300 perros y 200 gatos. Contará con instalaciones específicas para cuarentena, maternidad, aislamiento de animales infecciosos o agresivos, además de un módulo veterinario equipado con consulta para perros y gatos, quirófano y sala de radiología. También dispondrá de un área administrativa. La infraestructura se ubicará en una parcela de casi 24.000 metros cuadrados en la zona de reestructuración parcelaria de Fisteus, en Curtis, seleccionada por su buena comunicación y cercanía a municipios pequeños con mayor necesidad de este tipo de equipamientos.

El proyecto cuenta con un presupuesto inicial de 2,07 millones de euros, cofinanciado con fondos Feder. Además, la conselleira recordó que la Xunta mantiene abiertas varias líneas de financiación para apoyar la adopción de animales por particulares, así como para ayudar a entidades locales y asociaciones protectoras a cubrir los gastos derivados del cuidado de animales. Hasta septiembre se pueden solicitar estas ayudas, con un presupuesto global que supera el millón de euros, triplicando la cantidad destinada en años anteriores.

Ángeles Vázquez destacó el compromiso de la Xunta con el bienestar animal, recordando la aprobación en 2017 de la Ley de bienestar animal de Galicia, basada en la prevención del abandono, la promoción de la adopción y la erradicación del maltrato.

Por último, la conselleira anunció el plan para dotar a las siete grandes ciudades gallegas de parques caninos en colaboración con sus ayuntamientos. Ferrol ya ha elegido la ubicación de su parque, y en Lugo, Pontevedra y Ourense se están evaluando distintas opciones para su implantación.