La ciudad de Pontevedra enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes tras el alarmante incremento de violencia callejera. Según datos revelados por el sindicato JUPOL, los delitos con violencia aumentaron un 200% en 2024, incluyendo apuñalamientos, agresiones a policías y robos con intimidación.

Bandas organizadas operan con impunidad en pleno centro urbano, como demostró la brutal pelea del 3 de junio que dejó dos heridos graves. Solo este año, se registraron tres ataques con armas blancas en espacios públicos, incluyendo uno donde tres agentes resultaron lesionados al intervenir.

JUPOL denuncia que la Comisaría de Pontevedra colapsa por falta de recursos: solo 4 nuevos agentes fueron asignados en 2025 para cubrir bajas, las instalaciones están obsoletas y no existe una Unidad de Prevención y Reacción (UPR). "Es una bomba de tiempo", advirtió el sindicato, criticando la pasividad del Ayuntamiento, que prioriza "bolardos antes que seguridad".

La coordinación con la Policía Local se ha vuelto crítica para cubrir turnos, pero los agentes nacionales trabajan sin días libres garantizados. Mientras, el Tribunal Supremo reconoció -tras una demanda de JUPOL- que la policía es profesión de riesgo, aunque aún falta regulación para jubilaciones anticipadas.

"Pontevedra está indefensa", alertó JUPOL, exigiendo más plazas, la UPR inmediata y comisarías modernas. "Sin medidas urgentes, la violencia seguirá escalando", concluyeron.