PROVINCIA
900 profesionales en Ecología se reúnen para impulsar una ciencia más diversa e inclusiva
El Congreso de Ecología más importante del año plantea cómo reinventar la ciencia para hacerla más justa, sostenible e inclusiva. Desde el 2 al 6 de junio, más de 900 profesionales de la Ciencia Ecológica procedentes de más de 100 instituciones de 20 países diferentes, se encontrarán en Pontevedra para participar en el III Congreso de la Sociedad Ibérica de Ecología (SIBECOL) y el XVII Congreso Nacional de la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET), el segundo que realizan de manera conjunta estas dos sociedades. Este año, con la colaboración de entidades como la Universidad de Vigo, la Universidad de Santiago de Compostela, el CSIC, la Misión Biológica de Galicia, el Concello y la Deputación de Pontevedra.
Un evento que va mucho más allá de los datos y las gráficas, donde se debatirá y cuestionará el modo tradicional en el que se ha venido haciendo la ciencia hasta ahora, en la cual “reproducimos los mismos problemas y lógicas del poder: jerarquías, elitismo, invisibilización, desigualdades de género y de clase”, según afirma Mar Sobral, profesora de Geografía en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), coorganizadora y coordinadora del Comité Científico del Congreso.
Este Congreso se convertirá, por tanto, en un laboratorio de prácticas e ideas sobre nuevos enfoques de hacer ciencia, que incorporan visiones adaptadas a la realidad actual, como: el feminismo que promueve metodologías más participativas y cuidadosas; la sostenibilidad enfocada a reducir el impacto ecológico de las prácticas académicas y la investigación; el decrecimiento que da prioridad a la calidad; o la ciencia comunitaria que fomenta la participación de la sociedad en la investigación científica.
Se trata, en palabras de la organización, “de poner en valor una ciencia más justa, más eficaz y comprometida con desafíos sociales y ecológicos de nuestro tiempo, como la mitigación del cambio climático o la desigualdad de oportunidades”. Retos que dependerán, según defiende Luis Sampedro, científico titular de la Misión Biológica de Galicia, coorganizador del Congreso y coordinador local, “de donde pongamos nuestra prioridades como sociedad” .
El programa de este Congreso incluye 750 presentaciones, 49 sesiones científicas, 13 ponencias principales y 9 talleres, en las que se abordarán todos los aspectos de la investigación en ecología, desde la interconexión entre ecología y evolución, hasta el uso de la inteligencia artificial en la ecología o el impacto de la investigación en las políticas públicas. La cita contempla además 6 charlas sorpresa acerca de temas transversales y directamente relacionadas con el lema del Congreso como por ejemplo el acoso laboral, y actividades para llegar a otros públicos, que contarán con una exposición de ilustradores científicos, diversas visitas de alumnos y profesorado de colegios de Vigo y actividades de divulgación y visibilidad del Congreso a pie de calle, algunas de ellas sobre Ecología y Política.
Este Congreso reúne de nuevo a dos asociaciones (SIBECOL y AEET), que desde hace años trabajan conjuntamente para crear puentes entre disciplinas (lo terrestre, lo marino y lo limnológico), y para que “la investigación en el campo de la ecología signifique también cuidar del entorno académico y de quienes lo habitan”, explica Isabel Reche, catedrática de Ecología en la Universidad de Granada y presidenta de la SIBECOL. Ambas sociedades han promovido comités de igualdad y diversidad, premios para jóvenes investigadores, premios a la diversidad, a la divulgación y a la ciencia abierta, porque según apunta Ainhoa Magrach, profesora Ikerbasque del Centro Vasco de Cambio Climático (BC3) y presidenta de la AEET: “en un mundo marcado por la división y la incertidumbre, debemos construir una ciencia colaborativa, plural y comprometida, solo así podremos generar conocimientos capaces de responder a los grandes problemas ambientales y sociales que enfrentamos”.
Reto, al que los y las científicas en Ecología, se enfrentan desde una situación de precariedad grave. En la Península Ibérica, más de un 75% (según una encuesta realizada a 440 asistentes al Congreso, cuyos resultados se presentarán durante el evento) no cuentan con un contrato permanente, y a la mitad les vencerá en menos de un año. “Ser científica hoy, implica convivir con la incertidumbre, lo que hace casi imposible imaginar un futuro a largo plazo en esta profesión”, otro de los temas a tratar durante este encuentro, según explica Sara Varela, investigadora Oportunius de la Universidad de Vigo y cocoordinadora del Congreso.
Diversidad, sostenibilidad y decrecimiento en la investigación ecológica
En este Congreso, se compartirán trabajos científicos que integran diversas disciplinas, y que desafían visiones tradicionales y lineales de la ciencia, como por ejemplo la evolución. “La evolución no es simplemente un proceso de selección natural”, será el tema a tratar dentro de las sesiones sobre Variación no genética, en las que se expondrán investigaciones que estudian cómo las especies evolucionan y cambian las funciones de sus genes en respuesta a su entorno, principalmente en un contexto de cambio global. Habrá además, sesiones en las que se abordarán temas como: la inclusión, la ética y el impacto social de la ciencia; la ecología a todas las escalas (las relaciones globales entre medio ambiente y vida); biodiversidad y sostenibilidad de los servicios ecosistémicos como el agua, el oxígeno o la polinización para las generaciones venideras; y Las nuevas tecnologías (big data, teledetección e inteligencia artificial).
Nuevos enfoques evolutivos estarán también presentes en una de las ponencias principales, la de la Doctora Christina Richards. Investigadora en la Universidad del Sur de Florida y la Universidad de Tübingen, que hablará sobre “la paradoja de las especies invasoras: grandes colonizadoras con una diversidad genética muy pobre”, en contraposición al paradigma que establece que el éxito de las especies está conectado a la variabilidad genética. Su estudio se centra en una de las plantas más invasoras del mundo, la hierba nudosa japonesa. Un trabajo que ha llevado a Richards, a interesarse además en cómo los estudios sobre especies invasoras en sistemas naturales pueden ayudarnos a comprender la diversidad de los cánceres humanos.
Por su parte, Mario Pansera, profesor de Investigación en la Universidad de Vigo y la Universidad Autónoma de Barcelona, ha sido el encargado de poner en cuestión durante su ponencia el tecnooptimismo, otra de las creencias dominantes dentro de la ciencia que defiende que “la innovación tecnológica puede resolver por sí sola problemas globales como la crisis climática”. Su trabajo, centrado en la Investigación e Innovación científica para el Decrecimiento, propone un cambio radical en la forma de entender la ciencia, la cual según ha expuesto Pansera “está profundamente arraigada a estructuras políticas y económicas que dan prioridad al crecimiento frente a la sostenibilidad y la equidad”.
Otro de los ejemplos de cómo hacer ciencia desde nuevos enfoques, es el trabajo que ha presentado Elena Ojea, Profesora de Investigación en el Future Oceans Lab de la Universidad de Vigo (España) y ponente invitada. Ojea trabaja en la búsqueda de posibles soluciones adaptativas en los sistemas marinos, a nivel ecológico como comunitario con mariscadoras y cofradías pesqueras locales en México, Japón y Galicia, para lograr una gestión sostenible, equitativa y cuidadosa de los medios de vida marinos. “Investigar soluciones adaptativas no es solo una cuestión ecológica, sino también social”, explica Elena Ojea.
Cómo avanzar hacia una ciencia más inclusiva
Muchas de las personas de la Organización y del Comité científico de este Congreso han formado o forman parte de diferentes comisiones de Igualdad, tanto dentro de la AEET y SIBECOL, como en sus centros de trabajo, la Universidad o el CSIC. Experiencias, todas ellas, que “han sido fundamentales para integrar estas preocupaciones de forma transversal en este Congreso”, tal y como explica Mar Sobral, coorganizadora y coordinadora del Comité científico.
"No se trata de añadir una capa de diversidad" añade, sino de fomentar equipos de investigación diversos en género, origen y trayectorias; valorar saberes tradicionales y comunitarios como parte del conocimiento ecológico; o adoptar metodologías participativas que incluyan a las comunidades locales en el diseño y desarrollo de los estudios como por ejemplo la ciencia ciudadana. Además de “la responsabilidad que tenemos como ecólogas de aportar evidencias rigurosas que orienten políticas informadas, justas y sostenibles”, afirma Graciela Gil-Romera, investigadora del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) de Zaragoza y una de las coordinadoras de la comisión de Ecología y Política de la AEET.
Desde el Congreso se promoverán medidas y acciones para que la conciliación familiar esté presente de forma natural en todos los espacios, incluidos los científicos y profesionales. Se invitará, a quienes lo deseen, a asistir a las sesiones acompañadas de los menores o personas dependientes que estén bajo su cuidado y la posibilidad de ir acompañadas de otro adulto de apoyo en las tareas de cuidado parental. Se lanzarán además iniciativas inéditas como una Sala de Conciliación, en la que se habilitará una zona para lactancia, descanso, juegos y alimentación. Prácticas todas ellas, que “son poco habituales en los congresos científicos, y que en muchos casos depende del compromiso de la organización” según explica Alexandra Rodríguez, investigadora de la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC) y cocoordinadora de este Congreso. Hoy en día existen algunos precedentes a este respecto, como los congresos de la European Geosciences Union (EGU), la British Ecological Society (BES), o la Association for the Sciences of Limnology and Oceanography (ASLO), pero todavía no hay un estándar consolidado dentro del mundo de la ciencia.

El Congreso de Ecología más importante del año plantea cómo reinventar la ciencia para hacerla más justa, sostenible e inclusiva. Desde el 2 al 6 de junio, más de 900 profesionales de la Ciencia Ecológica procedentes de más de 100 instituciones de 20 países diferentes, se encontrarán en Pontevedra para participar en el III Congreso de la Sociedad Ibérica de Ecología (SIBECOL) y el XVII Congreso Nacional de la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET), el segundo que realizan de manera conjunta estas dos sociedades. Este año, con la colaboración de entidades como la Universidad de Vigo, la Universidad de Santiago de Compostela, el CSIC, la Misión Biológica de Galicia, el Concello y la Deputación de Pontevedra.
Un evento que va mucho más allá de los datos y las gráficas, donde se debatirá y cuestionará el modo tradicional en el que se ha venido haciendo la ciencia hasta ahora, en la cual “reproducimos los mismos problemas y lógicas del poder: jerarquías, elitismo, invisibilización, desigualdades de género y de clase”, según afirma Mar Sobral, profesora de Geografía en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), coorganizadora y coordinadora del Comité Científico del Congreso.
Este Congreso se convertirá, por tanto, en un laboratorio de prácticas e ideas sobre nuevos enfoques de hacer ciencia, que incorporan visiones adaptadas a la realidad actual, como: el feminismo que promueve metodologías más participativas y cuidadosas; la sostenibilidad enfocada a reducir el impacto ecológico de las prácticas académicas y la investigación; el decrecimiento que da prioridad a la calidad; o la ciencia comunitaria que fomenta la participación de la sociedad en la investigación científica.
Se trata, en palabras de la organización, “de poner en valor una ciencia más justa, más eficaz y comprometida con desafíos sociales y ecológicos de nuestro tiempo, como la mitigación del cambio climático o la desigualdad de oportunidades”. Retos que dependerán, según defiende Luis Sampedro, científico titular de la Misión Biológica de Galicia, coorganizador del Congreso y coordinador local, “de donde pongamos nuestra prioridades como sociedad” .
El programa de este Congreso incluye 750 presentaciones, 49 sesiones científicas, 13 ponencias principales y 9 talleres, en las que se abordarán todos los aspectos de la investigación en ecología, desde la interconexión entre ecología y evolución, hasta el uso de la inteligencia artificial en la ecología o el impacto de la investigación en las políticas públicas. La cita contempla además 6 charlas sorpresa acerca de temas transversales y directamente relacionadas con el lema del Congreso como por ejemplo el acoso laboral, y actividades para llegar a otros públicos, que contarán con una exposición de ilustradores científicos, diversas visitas de alumnos y profesorado de colegios de Vigo y actividades de divulgación y visibilidad del Congreso a pie de calle, algunas de ellas sobre Ecología y Política.
Este Congreso reúne de nuevo a dos asociaciones (SIBECOL y AEET), que desde hace años trabajan conjuntamente para crear puentes entre disciplinas (lo terrestre, lo marino y lo limnológico), y para que “la investigación en el campo de la ecología signifique también cuidar del entorno académico y de quienes lo habitan”, explica Isabel Reche, catedrática de Ecología en la Universidad de Granada y presidenta de la SIBECOL. Ambas sociedades han promovido comités de igualdad y diversidad, premios para jóvenes investigadores, premios a la diversidad, a la divulgación y a la ciencia abierta, porque según apunta Ainhoa Magrach, profesora Ikerbasque del Centro Vasco de Cambio Climático (BC3) y presidenta de la AEET: “en un mundo marcado por la división y la incertidumbre, debemos construir una ciencia colaborativa, plural y comprometida, solo así podremos generar conocimientos capaces de responder a los grandes problemas ambientales y sociales que enfrentamos”.
Reto, al que los y las científicas en Ecología, se enfrentan desde una situación de precariedad grave. En la Península Ibérica, más de un 75% (según una encuesta realizada a 440 asistentes al Congreso, cuyos resultados se presentarán durante el evento) no cuentan con un contrato permanente, y a la mitad les vencerá en menos de un año. “Ser científica hoy, implica convivir con la incertidumbre, lo que hace casi imposible imaginar un futuro a largo plazo en esta profesión”, otro de los temas a tratar durante este encuentro, según explica Sara Varela, investigadora Oportunius de la Universidad de Vigo y cocoordinadora del Congreso.
Diversidad, sostenibilidad y decrecimiento en la investigación ecológica
En este Congreso, se compartirán trabajos científicos que integran diversas disciplinas, y que desafían visiones tradicionales y lineales de la ciencia, como por ejemplo la evolución. “La evolución no es simplemente un proceso de selección natural”, será el tema a tratar dentro de las sesiones sobre Variación no genética, en las que se expondrán investigaciones que estudian cómo las especies evolucionan y cambian las funciones de sus genes en respuesta a su entorno, principalmente en un contexto de cambio global. Habrá además, sesiones en las que se abordarán temas como: la inclusión, la ética y el impacto social de la ciencia; la ecología a todas las escalas (las relaciones globales entre medio ambiente y vida); biodiversidad y sostenibilidad de los servicios ecosistémicos como el agua, el oxígeno o la polinización para las generaciones venideras; y Las nuevas tecnologías (big data, teledetección e inteligencia artificial).
Nuevos enfoques evolutivos estarán también presentes en una de las ponencias principales, la de la Doctora Christina Richards. Investigadora en la Universidad del Sur de Florida y la Universidad de Tübingen, que hablará sobre “la paradoja de las especies invasoras: grandes colonizadoras con una diversidad genética muy pobre”, en contraposición al paradigma que establece que el éxito de las especies está conectado a la variabilidad genética. Su estudio se centra en una de las plantas más invasoras del mundo, la hierba nudosa japonesa. Un trabajo que ha llevado a Richards, a interesarse además en cómo los estudios sobre especies invasoras en sistemas naturales pueden ayudarnos a comprender la diversidad de los cánceres humanos.
Por su parte, Mario Pansera, profesor de Investigación en la Universidad de Vigo y la Universidad Autónoma de Barcelona, ha sido el encargado de poner en cuestión durante su ponencia el tecnooptimismo, otra de las creencias dominantes dentro de la ciencia que defiende que “la innovación tecnológica puede resolver por sí sola problemas globales como la crisis climática”. Su trabajo, centrado en la Investigación e Innovación científica para el Decrecimiento, propone un cambio radical en la forma de entender la ciencia, la cual según ha expuesto Pansera “está profundamente arraigada a estructuras políticas y económicas que dan prioridad al crecimiento frente a la sostenibilidad y la equidad”.
Otro de los ejemplos de cómo hacer ciencia desde nuevos enfoques, es el trabajo que ha presentado Elena Ojea, Profesora de Investigación en el Future Oceans Lab de la Universidad de Vigo (España) y ponente invitada. Ojea trabaja en la búsqueda de posibles soluciones adaptativas en los sistemas marinos, a nivel ecológico como comunitario con mariscadoras y cofradías pesqueras locales en México, Japón y Galicia, para lograr una gestión sostenible, equitativa y cuidadosa de los medios de vida marinos. “Investigar soluciones adaptativas no es solo una cuestión ecológica, sino también social”, explica Elena Ojea.
Cómo avanzar hacia una ciencia más inclusiva
Muchas de las personas de la Organización y del Comité científico de este Congreso han formado o forman parte de diferentes comisiones de Igualdad, tanto dentro de la AEET y SIBECOL, como en sus centros de trabajo, la Universidad o el CSIC. Experiencias, todas ellas, que “han sido fundamentales para integrar estas preocupaciones de forma transversal en este Congreso”, tal y como explica Mar Sobral, coorganizadora y coordinadora del Comité científico.
"No se trata de añadir una capa de diversidad" añade, sino de fomentar equipos de investigación diversos en género, origen y trayectorias; valorar saberes tradicionales y comunitarios como parte del conocimiento ecológico; o adoptar metodologías participativas que incluyan a las comunidades locales en el diseño y desarrollo de los estudios como por ejemplo la ciencia ciudadana. Además de “la responsabilidad que tenemos como ecólogas de aportar evidencias rigurosas que orienten políticas informadas, justas y sostenibles”, afirma Graciela Gil-Romera, investigadora del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) de Zaragoza y una de las coordinadoras de la comisión de Ecología y Política de la AEET.
Desde el Congreso se promoverán medidas y acciones para que la conciliación familiar esté presente de forma natural en todos los espacios, incluidos los científicos y profesionales. Se invitará, a quienes lo deseen, a asistir a las sesiones acompañadas de los menores o personas dependientes que estén bajo su cuidado y la posibilidad de ir acompañadas de otro adulto de apoyo en las tareas de cuidado parental. Se lanzarán además iniciativas inéditas como una Sala de Conciliación, en la que se habilitará una zona para lactancia, descanso, juegos y alimentación. Prácticas todas ellas, que “son poco habituales en los congresos científicos, y que en muchos casos depende del compromiso de la organización” según explica Alexandra Rodríguez, investigadora de la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC) y cocoordinadora de este Congreso. Hoy en día existen algunos precedentes a este respecto, como los congresos de la European Geosciences Union (EGU), la British Ecological Society (BES), o la Association for the Sciences of Limnology and Oceanography (ASLO), pero todavía no hay un estándar consolidado dentro del mundo de la ciencia.
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