Día Domingo, 14 de Septiembre de 2025
ACTUALIDAD
La falsa sensación de seguridad en entornos rurales: los robos aumentan durante el verano
El 87% de los españoles cree que el pueblo es más seguro que la ciudad
Con la llegada del verano, miles de familias abandonan las ciudades para trasladarse a sus segundas residencias o pueblos de origen, buscando tranquilidad y un ritmo de vida más relajado. Según una encuesta de ADT, el 87% de los españoles asocia el entorno rural con mayor seguridad que el urbano, una percepción que contrasta con los datos reales. Los delincuentes aprovechan esta falsa sensación de protección para actuar, especialmente durante los meses estivales, cuando muchas viviendas quedan desatendidas o sus propietarios bajan la guardia.
Las estadísticas del Ministerio del Interior revelan un incremento preocupante de robos con fuerza en zonas rurales entre 2020 y 2023: un 72% en Aragón, un 32% en Castilla y León y un 28% en Extremadura, superando los 1.200 casos anuales en estas regiones. Andalucía registró más de 14.000 robos en viviendas solo en 2023, un 16% más que en 2020. Pese a estas cifras, el 10,5% de los españoles reconoce no prestar atención a la seguridad en estos entornos, confiando en la familiaridad con los vecinos y la aparente calma de los núcleos pequeños.
La dispersión geográfica, la menor presencia policial y la falta de medidas de protección adecuadas facilitan la acción de los ladrones, que no solo atacan viviendas, sino también fincas, naves agrícolas y cosechas. Las asociaciones agrarias llevan años alertando sobre el robo de maquinaria, herramientas e incluso ganado, que genera importantes pérdidas económicas en el sector.
Ante este escenario, los expertos de ADT recomiendan cuatro medidas clave para proteger las propiedades rurales: reforzar la seguridad física con puertas blindadas y dispositivos en ventanas; utilizar sistemas de alarma conectados a aplicaciones móviles para controlar la vivienda en remoto; simular presencia con temporizadores de luces y persianas; e instalar sistemas vinculados a una Central Receptora de Alarmas (CRA) que permitan una respuesta rápida ante intrusiones.
"La prevención es fundamental. La tranquilidad del campo no debe traducirse en descuido", advierte José González Osma, director general de ADT. "Adaptar la seguridad a las necesidades específicas de cada hogar y territorio es esencial para preservar estos entornos". Concienciar sobre estos riesgos y adoptar soluciones tecnológicas puede marcar la diferencia entre un verano tranquilo y una experiencia traumática.

Con la llegada del verano, miles de familias abandonan las ciudades para trasladarse a sus segundas residencias o pueblos de origen, buscando tranquilidad y un ritmo de vida más relajado. Según una encuesta de ADT, el 87% de los españoles asocia el entorno rural con mayor seguridad que el urbano, una percepción que contrasta con los datos reales. Los delincuentes aprovechan esta falsa sensación de protección para actuar, especialmente durante los meses estivales, cuando muchas viviendas quedan desatendidas o sus propietarios bajan la guardia.
Las estadísticas del Ministerio del Interior revelan un incremento preocupante de robos con fuerza en zonas rurales entre 2020 y 2023: un 72% en Aragón, un 32% en Castilla y León y un 28% en Extremadura, superando los 1.200 casos anuales en estas regiones. Andalucía registró más de 14.000 robos en viviendas solo en 2023, un 16% más que en 2020. Pese a estas cifras, el 10,5% de los españoles reconoce no prestar atención a la seguridad en estos entornos, confiando en la familiaridad con los vecinos y la aparente calma de los núcleos pequeños.
La dispersión geográfica, la menor presencia policial y la falta de medidas de protección adecuadas facilitan la acción de los ladrones, que no solo atacan viviendas, sino también fincas, naves agrícolas y cosechas. Las asociaciones agrarias llevan años alertando sobre el robo de maquinaria, herramientas e incluso ganado, que genera importantes pérdidas económicas en el sector.
Ante este escenario, los expertos de ADT recomiendan cuatro medidas clave para proteger las propiedades rurales: reforzar la seguridad física con puertas blindadas y dispositivos en ventanas; utilizar sistemas de alarma conectados a aplicaciones móviles para controlar la vivienda en remoto; simular presencia con temporizadores de luces y persianas; e instalar sistemas vinculados a una Central Receptora de Alarmas (CRA) que permitan una respuesta rápida ante intrusiones.
"La prevención es fundamental. La tranquilidad del campo no debe traducirse en descuido", advierte José González Osma, director general de ADT. "Adaptar la seguridad a las necesidades específicas de cada hogar y territorio es esencial para preservar estos entornos". Concienciar sobre estos riesgos y adoptar soluciones tecnológicas puede marcar la diferencia entre un verano tranquilo y una experiencia traumática.
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