SALUD
Del FOMO al JOMO: Claves para un verano emocionalmente equilibrado y libre de presión social
El verano, sinónimo de descanso y desconexión, puede convertirse también en una fuente de estrés para muchas personas, especialmente jóvenes, que sienten la presión de vivir experiencias intensas y compartirlas en redes sociales. Este fenómeno, conocido como FOMO (Fear of Missing Out), afecta al 69% de los españoles entre 18 y 34 años, según la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental. Además, casi un tercio de la población reconoce que sus relaciones personales les generan estrés, según el Cigna Healthcare International Health Study.
Frente a esta realidad, los expertos proponen un cambio de enfoque: el JOMO (Joy of Missing Out), o el placer de perderse ciertos planes para priorizar el bienestar personal. Esta filosofía invita a disfrutar del verano con libertad, sin la obligación de estar en todas partes ni documentarlo todo. "El descanso emocional no depende de la cantidad de experiencias, sino de su calidad y de cómo nos hacen sentir", explica Elena Luengo, directora de Innovación de Cigna Healthcare.
Cómo pasar del FOMO al JOMO: 5 claves prácticas
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Détox digital consciente: Reducir el tiempo en redes sociales ayuda a evitar la comparación constante y favorece el descanso mental. Aplicaciones con límites de uso o pausas programadas pueden ser grandes aliadas.
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Límites en las relaciones digitales: Configurar horarios para responder mensajes o reducir el uso de apps protege el espacio personal y fomenta vínculos más sanos.
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Monitorear el uso de dispositivos: Conocer cuántas horas se dedican a las pantallas permite ajustar hábitos y promover un ocio más equilibrado.
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Controlar notificaciones: Filtrar alertas reduce la sobrecarga sensorial y la ansiedad por estar siempre disponible.
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Contacto con la naturaleza: Actividades al aire libre, como paseos o escapadas, disminuyen el estrés y fomentan la atención plena, alejando la necesidad de validación externa.
Un verano auténtico, sin comparaciones
El JOMO no es solo una tendencia, sino una invitación a reconectar con uno mismo y elegir cómo vivir el tiempo libre sin presiones. "Perderse algunos planes puede ser la mejor forma de ganarse a uno mismo", concluyen los expertos. En un mundo hiperconectado, aprender a disfrutar de la desconexión se convierte en el mejor regalo para la salud mental.
Así, este verano, la pregunta no es "¿me estoy perdiendo algo?", sino "¿esto me hace feliz?". La respuesta marcará la diferencia entre unas vacaciones agotadoras y un descanso realmente reparador.

El verano, sinónimo de descanso y desconexión, puede convertirse también en una fuente de estrés para muchas personas, especialmente jóvenes, que sienten la presión de vivir experiencias intensas y compartirlas en redes sociales. Este fenómeno, conocido como FOMO (Fear of Missing Out), afecta al 69% de los españoles entre 18 y 34 años, según la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental. Además, casi un tercio de la población reconoce que sus relaciones personales les generan estrés, según el Cigna Healthcare International Health Study.
Frente a esta realidad, los expertos proponen un cambio de enfoque: el JOMO (Joy of Missing Out), o el placer de perderse ciertos planes para priorizar el bienestar personal. Esta filosofía invita a disfrutar del verano con libertad, sin la obligación de estar en todas partes ni documentarlo todo. "El descanso emocional no depende de la cantidad de experiencias, sino de su calidad y de cómo nos hacen sentir", explica Elena Luengo, directora de Innovación de Cigna Healthcare.
Cómo pasar del FOMO al JOMO: 5 claves prácticas
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Détox digital consciente: Reducir el tiempo en redes sociales ayuda a evitar la comparación constante y favorece el descanso mental. Aplicaciones con límites de uso o pausas programadas pueden ser grandes aliadas.
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Límites en las relaciones digitales: Configurar horarios para responder mensajes o reducir el uso de apps protege el espacio personal y fomenta vínculos más sanos.
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Monitorear el uso de dispositivos: Conocer cuántas horas se dedican a las pantallas permite ajustar hábitos y promover un ocio más equilibrado.
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Controlar notificaciones: Filtrar alertas reduce la sobrecarga sensorial y la ansiedad por estar siempre disponible.
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Contacto con la naturaleza: Actividades al aire libre, como paseos o escapadas, disminuyen el estrés y fomentan la atención plena, alejando la necesidad de validación externa.
Un verano auténtico, sin comparaciones
El JOMO no es solo una tendencia, sino una invitación a reconectar con uno mismo y elegir cómo vivir el tiempo libre sin presiones. "Perderse algunos planes puede ser la mejor forma de ganarse a uno mismo", concluyen los expertos. En un mundo hiperconectado, aprender a disfrutar de la desconexión se convierte en el mejor regalo para la salud mental.
Así, este verano, la pregunta no es "¿me estoy perdiendo algo?", sino "¿esto me hace feliz?". La respuesta marcará la diferencia entre unas vacaciones agotadoras y un descanso realmente reparador.
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