El pleno municipal de Porriño ha aprobado esta semana un nuevo crédito extraordinario de 1,3 millones de euros, el tercero en lo que va de 2025, lo que eleva a 8,5 millones el total de gastos no presupuestados desde que Alejandro Lorenzo asumió la alcaldía. La oposición del BNG ha calificado esta práctica como "gestión temeraria" que está "hipotecando el futuro económico del municipio".

La situación adquiere mayor relevancia porque, superado ya el primer semestre del año, el Ayuntamiento de Porriño sigue sin aprobar los presupuestos municipales para el ejercicio en curso. Fuentes del BNG señalan que "el equipo de gobierno está utilizando los créditos extraordinarios, concebidos para emergencias, como fórmula para sortear el control presupuestario" que exige la tramitación ordinaria.

Entre los proyectos que motivan estos gastos adicionales destacan varios que presentan importantes deficiencias de planificación, según denuncia la oposición. Es el caso de las obras en el Parque da Feira, donde ahora se están ampliando pasos peatonales que fueron renovados recientemente, lo que supone un doble coste para las arcas municipales. Este proyecto se ha dividido en cinco contratos diferentes, con los consiguientes sobrecostes administrativos.

Otro ejemplo es la renovación de escuelas municipales, cuyos equipamientos no fueron incluidos inicialmente en el proyecto y ahora requieren un nuevo procedimiento de contratación. El BNG también ha cuestionado la transformación del salón de actos en auditorio, un proyecto que acumula retrasos y modificaciones en su diseño.

Desde el grupo municipal del BNG insisten en que "lo que se vende como gestión ágil es en realidad falta de previsión". Apuntan que "los vecinos están pagando con sus impuestos los errores de planificación de un gobierno que prometió eficiencia pero que demuestra incapacidad para ejecutar proyectos con rigor presupuestario".

El PP, que gobierna con mayoría absoluta, no ha respondido oficialmente a estas críticas, aunque en sesiones plenarias anteriores ha defendido que los créditos extraordinarios responden a "necesidades urgentes" para mejorar infraestructuras y servicios públicos.

Esta polémica se produce en un contexto de creciente preocupación por la sostenibilidad financiera del municipio, donde la oposición advierte que la acumulación de gastos no presupuestados podría generar problemas de liquidez a medio plazo si no se establece una planificación económica rigurosa.