MOTOR
Más de 4.000 motoristas fallecidos y 330.000 heridos en la última década en España
La siniestralidad entre motoristas en las carreteras españolas se ha convertido en un problema de creciente preocupación. Así lo revela el informe “Accidentalidad, lesividad y percepción en los motoristas españoles (2014–2023)”, elaborado por la Fundación Línea Directa en colaboración con Centro Zaragoza, que documenta que más de 4.000 motoristas han fallecido en accidentes de tráfico en los últimos diez años, con un incremento del 44 % en el número de víctimas mortales entre 2014 y 2023. Además, más de 330.000 motoristas resultaron heridos en este periodo, de los cuales más de 31.500 necesitaron hospitalización.
El estudio señala que los accidentes mortales en los que se ven implicadas motocicletas crecieron un 74 % en la última década, una cifra muy por encima del aumento del 21 % registrado en siniestros con turismos. Esta evolución negativa destaca la especial vulnerabilidad del colectivo motorista.
El perfil más común del motorista fallecido es el de un hombre de entre 40 y 50 años, que sufre una salida de vía mientras circula por una carretera interurbana durante el fin de semana, especialmente en el mes de julio. A pesar de que la mayoría de los motoristas cumplen las normas, su fragilidad ante un impacto hace que cualquier imprudencia se pague cara: el 29 % de los siniestros mortales se produjo por exceso de velocidad, el 12 % por no llevar casco y el 8 % por conducir sin permiso en vigor. En 2023, más de la mitad de los fallecidos (53 %) dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos.
Durante la última década, las sanciones a motoristas han aumentado un 30 %, superando los 1,1 millones. Las más frecuentes fueron circular sin ITV (29 %), exceso de velocidad (17 %) y conducir sin seguro (14 %). Según el informe, este incremento podría deberse tanto al aumento del parque de motos como a una mayor presión sobre los infractores.
Por comunidades autónomas, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Navarra son las regiones que presentan una mayor proporción de accidentes mortales en moto respecto al total. En el extremo opuesto se sitúan Madrid, Cataluña y Aragón.
Pese a las cifras, el informe destaca una elevada concienciación en el colectivo motorista en lo relativo a la seguridad: el 98 % asegura llevar siempre el casco y el 83 % utiliza otros elementos de protección como guantes, botas o chaquetas. No obstante, el 46 % admite no respetar siempre los límites de velocidad y el 22 % reconoce haber conducido bajo los efectos del alcohol.
Ante esta realidad, un 74 % de los motoristas se muestra favorable a que se exija un curso obligatorio a los conductores de coches que deseen obtener el carné de moto, y un 43 % aceptaría limitar aún más la velocidad para estos vehículos por su mayor exposición al riesgo. También reclaman mejoras urgentes en las infraestructuras, como la reparación del firme, la eliminación de pinturas deslizantes y la sustitución de guardarraíles por otros más seguros.
El estudio se basa en datos oficiales de accidentes con víctimas a 30 días recogidos entre 2014 y 2023, e incluye una encuesta a 1.700 motoristas de todo el país, con el objetivo de concienciar sobre la vulnerabilidad del colectivo y la necesidad de seguir reforzando la seguridad vial.

La siniestralidad entre motoristas en las carreteras españolas se ha convertido en un problema de creciente preocupación. Así lo revela el informe “Accidentalidad, lesividad y percepción en los motoristas españoles (2014–2023)”, elaborado por la Fundación Línea Directa en colaboración con Centro Zaragoza, que documenta que más de 4.000 motoristas han fallecido en accidentes de tráfico en los últimos diez años, con un incremento del 44 % en el número de víctimas mortales entre 2014 y 2023. Además, más de 330.000 motoristas resultaron heridos en este periodo, de los cuales más de 31.500 necesitaron hospitalización.
El estudio señala que los accidentes mortales en los que se ven implicadas motocicletas crecieron un 74 % en la última década, una cifra muy por encima del aumento del 21 % registrado en siniestros con turismos. Esta evolución negativa destaca la especial vulnerabilidad del colectivo motorista.
El perfil más común del motorista fallecido es el de un hombre de entre 40 y 50 años, que sufre una salida de vía mientras circula por una carretera interurbana durante el fin de semana, especialmente en el mes de julio. A pesar de que la mayoría de los motoristas cumplen las normas, su fragilidad ante un impacto hace que cualquier imprudencia se pague cara: el 29 % de los siniestros mortales se produjo por exceso de velocidad, el 12 % por no llevar casco y el 8 % por conducir sin permiso en vigor. En 2023, más de la mitad de los fallecidos (53 %) dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos.
Durante la última década, las sanciones a motoristas han aumentado un 30 %, superando los 1,1 millones. Las más frecuentes fueron circular sin ITV (29 %), exceso de velocidad (17 %) y conducir sin seguro (14 %). Según el informe, este incremento podría deberse tanto al aumento del parque de motos como a una mayor presión sobre los infractores.
Por comunidades autónomas, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Navarra son las regiones que presentan una mayor proporción de accidentes mortales en moto respecto al total. En el extremo opuesto se sitúan Madrid, Cataluña y Aragón.
Pese a las cifras, el informe destaca una elevada concienciación en el colectivo motorista en lo relativo a la seguridad: el 98 % asegura llevar siempre el casco y el 83 % utiliza otros elementos de protección como guantes, botas o chaquetas. No obstante, el 46 % admite no respetar siempre los límites de velocidad y el 22 % reconoce haber conducido bajo los efectos del alcohol.
Ante esta realidad, un 74 % de los motoristas se muestra favorable a que se exija un curso obligatorio a los conductores de coches que deseen obtener el carné de moto, y un 43 % aceptaría limitar aún más la velocidad para estos vehículos por su mayor exposición al riesgo. También reclaman mejoras urgentes en las infraestructuras, como la reparación del firme, la eliminación de pinturas deslizantes y la sustitución de guardarraíles por otros más seguros.
El estudio se basa en datos oficiales de accidentes con víctimas a 30 días recogidos entre 2014 y 2023, e incluye una encuesta a 1.700 motoristas de todo el país, con el objetivo de concienciar sobre la vulnerabilidad del colectivo y la necesidad de seguir reforzando la seguridad vial.
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