Cuatro niños saharauis llegan a O Rosal para vivir unas ‘Vacaciones en paz’

Un verano lleno de ilusión, nuevas vivencias y descubrimientos espera a los cuatro niños y niñas saharauis que acaban de llegar a O Rosal dentro del programa ‘Vacaciones en paz’. Procedentes de los campamentos de refugiados de Tinduf, en el desierto del Sáhara, estos menores pasarán los meses de julio y agosto con familias de acogida rosaleiras que les ofrecen afecto, cuidados y la oportunidad de conocer otra cultura y forma de vida.

La iniciativa, impulsada por la Asociación Solidariedade Galega co Pobo Saharauí (SOGAPS), tiene como objetivo ofrecer a niños y niñas saharauis una experiencia vital lejos de las duras condiciones del Sáhara, donde las temperaturas en verano superan los 50 grados. Durante su estancia, además de disfrutar de un entorno seguro y familiar, acceden a atención médica, mejoran su alimentación, aprenden gallego y castellano y viven un verano diferente marcado por el ocio y la integración.

La alcaldesa de O Rosal, Ánxela Fernández Callís, recibió este jueves a los menores y a sus familias de acogida en un acto de bienvenida en el que subrayó el valor humano del programa. “No solo les brindamos una estancia segura y agradable, sino que contribuimos a fomentar valores como la solidaridad, la tolerancia y el respeto entre pueblos”, afirmó.

La regidora también agradeció el compromiso de las familias que este año han decidido participar en la iniciativa: “Acoger a un niño o niña saharaui no es solo ofrecer un techo temporal, es abrir el corazón a una experiencia que enriquece a toda la familia y deja una huella imborrable”.

Desde SOGAPS destacan que muchos de estos vínculos se prolongan en el tiempo, generando relaciones de afecto duraderas entre menores y familias gallegas. ‘Vacaciones en paz’ se convierte así en una oportunidad única para crear lazos de amistad, empatía y conciencia social, al tiempo que se apoya a una infancia marcada por el conflicto y la precariedad.

Con esta acogida, O Rosal renueva su compromiso con la solidaridad internacional y con la defensa de los derechos de la infancia, apostando por una convivencia transformadora y un verano inolvidable tanto para los pequeños como para las familias que los reciben.