La Xunta de Galicia concluirá el próximo mes de agosto las obras de restauración en la basílica de Santa María la Mayor de Pontevedra, unos trabajos centrados en reparar las patologías estructurales causadas por el paso del tiempo en la cubierta del ábside y en diversas zonas de las fachadas. Así lo anunció esta semana el director xeral de Patrimonio Cultural, Ángel Miramontes, durante una visita al templo acompañado por el delegado territorial de la Xunta, Agustín Reguera. La intervención, financiada con más de 550.000 euros por el Gobierno gallego, se encuentra ya ejecutada en más de un 90 %.

Miramontes destacó “el compromiso firme de la Xunta con la restauración y conservación del patrimonio histórico de la ciudad, del mismo modo que lo hacemos en toda Galicia, preservando nuestra riqueza cultural”. En ese sentido, recordó que también están activas otras actuaciones de conservación en monumentos como el Santuario da Virxe da Peregrina.

Los trabajos se centraron principalmente en la renovación de la cubierta del ábside y de la vertiente anexa a la nave sur, mediante placas de fibrocemento y teja cerámica. Asimismo, se mejoraron los sistemas de evacuación de aguas y se reforzó la seguridad del acceso a las cubiertas mediante la adecuación de las escaleras.

En cuanto a las fachadas, se llevó a cabo un picado superficial de las juntas de mortero de cemento y su posterior sustitución por mortero de cal, además de una limpieza integral de los muros de piedra con tratamientos herbicidas y fungicidas. También se instaló un sistema de protección en la fachada occidental, obra de Cornelius de Holanda, para reducir la presencia de aves que podrían afectar a su conservación. Está previsto además eliminar los morteros de cemento antiguos que rodean las imágenes escultóricas.

Esta nueva intervención se suma a las actuaciones realizadas entre 2020 y 2021, en las que la Xunta invirtió más de 330.000 euros para la sustitución de la cubierta de la nave central y lateral y la estabilización de las vidrieras. Con esta nueva fase, el total de fondos públicos destinados por la Xunta a la basílica supera ya los 880.000 euros.

Según detalló el responsable de Patrimonio Cultural, la restauración responde a la necesidad de actuar sobre zonas que aún no habían sido intervenidas y que presentaban las mismas deficiencias detectadas y solucionadas en fases anteriores. Entre las patologías observadas figuraban fisuras, grietas, arenización, costras negras, oxidaciones, depósitos salinos, morteros de cemento deteriorados, roturas estructurales y colonización biológica, especialmente en las fachadas sur, oeste y del ábside.

Con esta actuación, la Xunta reafirma su compromiso con la protección del patrimonio gallego, interviniendo en uno de los templos más emblemáticos de Pontevedra y garantizando su conservación para las generaciones futuras.