MOTOR
El precio de la gasolina sube este verano por la tensión internacional y la alta demanda
El inicio de las vacaciones y el repunte de los desplazamientos en toda España vuelven a empujar al alza el precio de los carburantes, que esta vez se ven todavía más presionados por la inestabilidad geopolítica y la incertidumbre sobre la evolución de conflictos clave para el suministro de crudo a nivel mundial.
Según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, llenar el depósito medio de 55 litros con gasolina cuesta ya unos 82 euros, con un precio medio del litro que se sitúa en torno a los 1,49 €, mientras que el gasoil roza los 1,42 €, lo que supone un gasto de casi 78 euros por repostaje. Aunque estas cifras se mantienen por debajo de la media de la UE, representan máximos desde Semana Santa y confirman la tendencia ascendente de los últimos meses.
“Aunque la subida de los carburantes en verano es algo estructural y esperado, el entorno internacional añade un factor de incertidumbre que afecta tanto a operadores como a consumidores”, explica Manel Montero, director general de Grupo Moure, empresa del sector energético y de automoción. La escalada de tensiones en Oriente Medio y las restricciones en rutas clave, como el Estrecho de Ormuz —por donde pasa una quinta parte del petróleo mundial—, se suman a otros elementos de presión como los riesgos logísticos y la limitada capacidad de reacción de los grandes productores.
El barril de Brent, referencia en Europa, se mueve actualmente entre los 67 y los 69 dólares, manteniendo ligeras variaciones diarias pero dentro de un contexto marcado por la volatilidad. La situación internacional, advierte Montero, hace más complicada cualquier previsión fiable a corto plazo, a lo que se suma el incremento de la demanda estival, que dispara el consumo energético en toda la red de transporte.
En este escenario, los expertos subrayan la importancia de contar con estrategias de abastecimiento flexibles y diversificadas para mitigar los efectos de una coyuntura tan volátil. Mientras tanto, los conductores españoles afrontan un verano con el carburante en máximos y la previsión de que la tendencia al alza se mantenga, al menos, hasta el final del periodo vacacional.

El inicio de las vacaciones y el repunte de los desplazamientos en toda España vuelven a empujar al alza el precio de los carburantes, que esta vez se ven todavía más presionados por la inestabilidad geopolítica y la incertidumbre sobre la evolución de conflictos clave para el suministro de crudo a nivel mundial.
Según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, llenar el depósito medio de 55 litros con gasolina cuesta ya unos 82 euros, con un precio medio del litro que se sitúa en torno a los 1,49 €, mientras que el gasoil roza los 1,42 €, lo que supone un gasto de casi 78 euros por repostaje. Aunque estas cifras se mantienen por debajo de la media de la UE, representan máximos desde Semana Santa y confirman la tendencia ascendente de los últimos meses.
“Aunque la subida de los carburantes en verano es algo estructural y esperado, el entorno internacional añade un factor de incertidumbre que afecta tanto a operadores como a consumidores”, explica Manel Montero, director general de Grupo Moure, empresa del sector energético y de automoción. La escalada de tensiones en Oriente Medio y las restricciones en rutas clave, como el Estrecho de Ormuz —por donde pasa una quinta parte del petróleo mundial—, se suman a otros elementos de presión como los riesgos logísticos y la limitada capacidad de reacción de los grandes productores.
El barril de Brent, referencia en Europa, se mueve actualmente entre los 67 y los 69 dólares, manteniendo ligeras variaciones diarias pero dentro de un contexto marcado por la volatilidad. La situación internacional, advierte Montero, hace más complicada cualquier previsión fiable a corto plazo, a lo que se suma el incremento de la demanda estival, que dispara el consumo energético en toda la red de transporte.
En este escenario, los expertos subrayan la importancia de contar con estrategias de abastecimiento flexibles y diversificadas para mitigar los efectos de una coyuntura tan volátil. Mientras tanto, los conductores españoles afrontan un verano con el carburante en máximos y la previsión de que la tendencia al alza se mantenga, al menos, hasta el final del periodo vacacional.
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