Día Domingo, 26 de Octubre de 2025
ACTUALIDAD
Falsificar el currículum puede acarrear hasta dos años de prisión
Expertos legales advierten que mentir en la trayectoria profesional constituye delito de falsedad documental con graves consecuencias penales y laborales.
La reciente dimisión de Noelia Núñez, vicesecretaria de Movilización del PP, por presuntas falsedades en su currículum, ha reabierto el debate sobre las consecuencias legales de alterar la trayectoria profesional. Según el despacho Legálitas, este tipo de conductas pueden constituir delitos penales castigados con hasta dos años de prisión, además de suponer causa de despido disciplinario en el ámbito laboral.
El artículo 395 del Código Penal tipifica como delito la falsificación en documento privado —como un currículum— cuando se alteran "requisitos esenciales" con la intención de "perjudicar a otro". Las penas oscilan entre seis meses y dos años de cárcel. El riesgo aumenta si se falsifican títulos académicos o certificados oficiales, ya que el artículo 392 eleva la sanción a tres años de prisión y multas de hasta doce meses por falsedad en documento oficial.
"No se trata solo de exagerar habilidades, sino de inducir a error para obtener un beneficio económico", explican desde Legálitas. Cuando el engaño implica ejercer una profesión regulada sin titulación —médico, abogado o ingeniero, por ejemplo—, se configura además el delito de intrusismo, con idénticas consecuencias penales.
Las empresas pueden rescindir el contrato por quebrantamiento de la buena fe (artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores), aunque los tribunales analizan cada caso. "Si el empleado supera el periodo de prueba demostrando competencia, la mentira inicial podría no justificar el despido", matizan los expertos.
El Código Penal también castiga a quienes ayudan a falsificar documentos, equiparando su responsabilidad a la del autor principal. Una advertencia especialmente relevante en entornos profesionales donde es habitual que colegas "recomienden" a candidatos.
Legálitas insiste en que "venderse bien" no equivale a mentir: "La transparencia evita riesgos innecesarios. Falsificar datos es un atajo que puede terminar en los tribunales". El consejo cobra relevancia en un mercado laboral donde el 45% de los reclutadores (según datos de 2024) detecta irregularidades en los currículos.
Con la digitalización de procesos de selección, las empresas cuentan con más herramientas para verificar antecedentes académicos y profesionales, lo que reduce el margen para el engaño. Un contexto donde, como demuestra el caso Núñez, las consecuencias de un currículum trucado pueden ser más graves que nunca.

La reciente dimisión de Noelia Núñez, vicesecretaria de Movilización del PP, por presuntas falsedades en su currículum, ha reabierto el debate sobre las consecuencias legales de alterar la trayectoria profesional. Según el despacho Legálitas, este tipo de conductas pueden constituir delitos penales castigados con hasta dos años de prisión, además de suponer causa de despido disciplinario en el ámbito laboral.
El artículo 395 del Código Penal tipifica como delito la falsificación en documento privado —como un currículum— cuando se alteran "requisitos esenciales" con la intención de "perjudicar a otro". Las penas oscilan entre seis meses y dos años de cárcel. El riesgo aumenta si se falsifican títulos académicos o certificados oficiales, ya que el artículo 392 eleva la sanción a tres años de prisión y multas de hasta doce meses por falsedad en documento oficial.
"No se trata solo de exagerar habilidades, sino de inducir a error para obtener un beneficio económico", explican desde Legálitas. Cuando el engaño implica ejercer una profesión regulada sin titulación —médico, abogado o ingeniero, por ejemplo—, se configura además el delito de intrusismo, con idénticas consecuencias penales.
Las empresas pueden rescindir el contrato por quebrantamiento de la buena fe (artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores), aunque los tribunales analizan cada caso. "Si el empleado supera el periodo de prueba demostrando competencia, la mentira inicial podría no justificar el despido", matizan los expertos.
El Código Penal también castiga a quienes ayudan a falsificar documentos, equiparando su responsabilidad a la del autor principal. Una advertencia especialmente relevante en entornos profesionales donde es habitual que colegas "recomienden" a candidatos.
Legálitas insiste en que "venderse bien" no equivale a mentir: "La transparencia evita riesgos innecesarios. Falsificar datos es un atajo que puede terminar en los tribunales". El consejo cobra relevancia en un mercado laboral donde el 45% de los reclutadores (según datos de 2024) detecta irregularidades en los currículos.
Con la digitalización de procesos de selección, las empresas cuentan con más herramientas para verificar antecedentes académicos y profesionales, lo que reduce el margen para el engaño. Un contexto donde, como demuestra el caso Núñez, las consecuencias de un currículum trucado pueden ser más graves que nunca.

















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