El esperado récord de más de 100 millones de turistas en España durante 2025 está impulsando una profunda modernización en la gestión financiera del sector hotelero. Este boom, que supera ya los niveles prepandemia, obliga a cadenas y establecimientos independientes a optimizar sus flujos de caja ante cuatro retos principales: alta estacionalidad, diversidad de canales de pago, costes operativos crecientes e inversiones obligatorias en sostenibilidad.

Francisco Rodríguez, CFO de R2 Hotels, confirma que la recuperación ha acelerado los ciclos de inversión: "Ahora las decisiones se toman con mayor agilidad, lo que exige una gestión tesorera más dinámica". Su cadena, con 10 establecimientos en Canarias y Baleares, ejemplifica esta tendencia donde la planificación presupuestaria tradicional resulta insuficiente.

La estacionalidad marcada sigue siendo el talón de Aquiles del sector. Pese a los esfuerzos por equilibrar la demanda, los hoteles deben mantener solvencia durante los valles de ocupación mientras afrontan el encarecimiento de energía, suministros y mano de obra. A esto se suma la complejidad operativa de gestionar múltiples canales de venta y métodos de pago, que dificulta la conciliación y visibilidad financiera.

Para Antonio Berga, co-CEO de Embat, la solución pasa por la automatización de tesorería: "Los hoteles que modernicen sus áreas financieras podrán navegar mejor esta volatilidad". La fintech española observa una creciente demanda de herramientas que optimicen la gestión de caja, especialmente entre establecimientos medianos y pequeños.

Estos últimos, con ingresos mensuales que raramente superan los 45.000 euros, requieren estrategias específicas como limitar el crédito a 30 días o planificar la tesorería en ciclos de 12 semanas. La digitalización se revela aquí como aliada indispensable, permitiendo automatizar tareas sin necesidad de ampliar plantillas.

El sector enfrenta además la presión de invertir en sostenibilidad y digitalización para cumplir con expectativas de viajeros y regulaciones. Un desafío que, gestionado con herramientas financieras adecuadas, puede convertirse en ventaja competitiva según los expertos.