MOTOR
MG celebra un siglo de roadsters con el Cyberster como heredero eléctrico
De los primeros biplazas de los años 20 al descapotable de alta tecnología actual, la marca británica reinventa su legado deportivo
La firma automovilística MG cumple cien años redefiniendo el concepto de roadster, desde el mítico "Old Number One" de 1925 hasta el revolucionario Cyberster eléctrico presentado este año. Este recorrido histórico muestra cómo la marca ha mantenido su esencia: deportivos accesibles con carácter propio, adaptados a cada época sin perder su ADN británico.
El FC7900, considerado el primer MG genuino, estableció en 1925 los pilares de la marca con su motor de 40 CV y líneas elegantes. Le siguieron iconos como el M-Type Midget (1929), que democratizó los descapotables, o el T-Series, del que se fabricaron más de 50.000 unidades entre 1936 y 1955. El MG B (1962) se convirtió en el más vendido, con 386.000 ejemplares, consolidando el roadster asequible.
La transición al siglo XXI llegó con el MG F (1995), primer modelo con motor central, y ahora culmina con el Cyberster. Este biplaza eléctrico combina 500 km de autonomía con aceleraciones de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos, manteniendo elementos clásicos como las puertas "alas de gaviota". Su diseño reinterpreta el lenguaje de los años 60 con tecnología actual, incluyendo pantallas panorámicas y volante tipo yugo.
La evolución de MG refleja los cambios tecnológicos y sociales de cada era: de los 20 CV del primer M-Type a los 544 CV del Cyberster, y de los circuitos de Brooklands a la movilidad sostenible. Un siglo después, la marca demuestra que la esencia del roadster –emoción al volante y conexión con la carretera– sigue vigente, aunque ahora sea en silencio eléctrico.

La firma automovilística MG cumple cien años redefiniendo el concepto de roadster, desde el mítico "Old Number One" de 1925 hasta el revolucionario Cyberster eléctrico presentado este año. Este recorrido histórico muestra cómo la marca ha mantenido su esencia: deportivos accesibles con carácter propio, adaptados a cada época sin perder su ADN británico.
El FC7900, considerado el primer MG genuino, estableció en 1925 los pilares de la marca con su motor de 40 CV y líneas elegantes. Le siguieron iconos como el M-Type Midget (1929), que democratizó los descapotables, o el T-Series, del que se fabricaron más de 50.000 unidades entre 1936 y 1955. El MG B (1962) se convirtió en el más vendido, con 386.000 ejemplares, consolidando el roadster asequible.
La transición al siglo XXI llegó con el MG F (1995), primer modelo con motor central, y ahora culmina con el Cyberster. Este biplaza eléctrico combina 500 km de autonomía con aceleraciones de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos, manteniendo elementos clásicos como las puertas "alas de gaviota". Su diseño reinterpreta el lenguaje de los años 60 con tecnología actual, incluyendo pantallas panorámicas y volante tipo yugo.
La evolución de MG refleja los cambios tecnológicos y sociales de cada era: de los 20 CV del primer M-Type a los 544 CV del Cyberster, y de los circuitos de Brooklands a la movilidad sostenible. Un siglo después, la marca demuestra que la esencia del roadster –emoción al volante y conexión con la carretera– sigue vigente, aunque ahora sea en silencio eléctrico.
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