Las altas concentraciones de partículas tóxicas en el aire por los incendios activos en Galicia han llevado a la Xunta a emitir un protocolo de protección ciudadana. Las mascarillas FFP2 se convierten en elemento esencial para quienes deban salir a la calle en las zonas afectadas, según las directrices sanitarias difundidas esta semana.

El humo de los incendios contiene partículas PM2.5 y PM10 capaces de provocar irritaciones respiratorias, cefaleas y agravar patologías pulmonares crónicas. Las recomendaciones son especialmente críticas para niños, embarazadas y pacientes con asma o EPOC, colectivos con mayor riesgo de complicaciones.

Las autoridades insisten en reducir al mínimo las salidas y evitar cualquier ejercicio físico al aire libre. Cuando sea imprescindible salir, además de la mascarilla, se aconseja el uso de gafas protectoras para prevenir conjuntivitis por humo. En interiores, se recomienda mantener ventanas cerradas, emplear purificadores de aire y evitar fuentes de combustión como velas o tabaco.

Para la limpieza de cenizas, el protocolo exige equipamiento completo: mascarillas, guantes, ropa de manga larga y protección ocular. Las partículas depositadas deben retirarse con precaución y lavando inmediatamente cualquier zona de piel expuesta.

Metogalicia mantiene actualizado en su web el Índice de Calidad del Aire (ICA), herramienta clave para monitorizar los niveles de contaminación. Paralelamente, la Xunta alerta sobre posibles cortes eléctricos que podrían afectar al suministro de agua potable, instando a seguir las indicaciones oficiales sobre consumo seguro.

Mientras persistan los focos activos en Ourense y otras comarcas, las medidas buscan minimizar los efectos de una contaminación atmosférica que ya supera en algunas zonas los límites considerados peligrosos para la salud pública.