La Plataforma en Defensa da N-120, apoyada por todos los grupos políticos municipales, iniciará esta semana cortes semanales en la carretera nacional para reclamar mejoras de seguridad urgentes. La acción protesta comenzará este viernes día 12 a las 19:00 horas en el punto quilométrico 649-950, a la altura da capela dos Remedios, donde falleció la última persona atropelada.

La movilización surge como respuesta a la falta de avances concretos en un proyecto que lleva más de ocho años pendiente de ejecución. Los vecinos de Areas e Xinzo exigen soluciones inmediatas para una carretera que divide en dos el núcleo urbano de Ponteareas y registra alto riesgo de siniestralidad debido al intenso tráfico que soporta.

El descontento social se ha agravado tras la negativa del Ministerio de Transportes a mantener una reunión solicitada conjuntamente por el Concello y la plataforma vecinal. La carta remitida el pasado 1 de agosto por el director xeral de Estradas, Juan Pedro Fernández Palomino, fue calificada por los convocantes como "una falta de lealtad institucional".

Los portavoces municipales han señalado que un año de espera es más que suficiente. "Estamos hartos de promesas y retrasos. No vamos a parar hasta que se comprometan de forma clara con un calendario de obras que garantice la seguridad viaria en la N-120", afirmaron durante la última reunión convocada para coordinar las acciones.

Las protestas incluirán, además de los cortes semanales cada viernes a las 19:00 horas, concentraciones en puntos estratégicos de la carretera y una manifestación frente al Ministerio de Transportes en Madrid, que se mantendrá hasta que los representantes sean recibidos por el director xeral o por el propio ministro.

Todas las acciones se desarrollarán de forma pacífica, pero con la firme determinación de lograr una respuesta efectiva a una demanda que consideran "legítima, urgente y unánime". La N-120, que sigue el trazado original de la antigua carretera Villacastín-Vigo de 1834, sigue siendo actualmente una vía ancorada en el tiempo cuya función actual carece de sentido según los vecinos, al dividir físicamente la comunidad.