Brotes de acné tras el verano: la falsa mejoría de la piel al descubierto

Esta semana, con el cambio de estación, son muchas las personas que perciben un empeoramiento inesperado de su piel. Lejos de ser una casualidad, este fenómeno tiene una explicación científica directamente vinculada a los hábitos del verano. La esteticista y especialista en acné, Verónica López, desvela las claves de esta reacción epidérmica que sorprende a quienes la padecen.

“El verano genera un efecto engañoso. Parece que la piel mejora, pero la exposición solar es una de las principales causas de radicales libres”, explica la experta. Estos elementos debilitan la barrera cutánea y alteran su pH, lo que provoca que la glándula sebácea incremente la producción de sebo como mecanismo de defensa, obstruyendo los poros.

La acumulación de células muertas, la deshidratación cutánea, el uso de protectores solares no adecuados al tipo de piel y el estrés ambiental por cambios bruscos de temperatura confluyen en una alteración de la función barrera, dejando la piel más reactiva y vulnerable.

Para prevenir y tratar estos brotes de forma eficaz, la especialista insiste en la importancia de adaptar la rutina de cuidados con productos específicos. La limpieza suave y constante, una exfoliación controlada para desobstruir los poros sin agredir, y una hidratación ligera que restaure el equilibrio son pasos fundamentales.

Ante brotes persistentes o severos, la recomendación principal es acudir a un especialista para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento personalizado. Con una atención adecuada y profesional, la mayoría de estos episodios pueden controlarse eficazmente, evitando la aparición de cicatrices y devolviendo a la piel su salud a largo plazo.