Galicia
Galicia defiende en Foro La Toja la unidad frente a los muros
El presidente Alfonso Rueda aboga por fortalecer consensos y tender puentes en un contexto global de crecientes divisiones, durante la inauguración del VII Foro La Toja.
La Illa da Toxa se ha convertido esta semana en el epicentro del debate sobre los retos globales y la cooperación internacional con la celebración de la séptima edición de su foro. En la jornada inaugural, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, utilizó su intervención para lanzar un llamamiento a fortalecer los consensos internacionales frente a quienes pretenden fracturarlos, defendiendo el histórico papel de Galicia como tierra de conexión entre culturas.
Rueda destacó la relevancia consolidada de este encuentro como espacio de reflexión para generar ideas que permitan afrontar las complejidades del panorama mundial. Subrayó que el Foro La Toja ha crecido en Galicia precisamente por tratarse de una comunidad "acogedora, con identidad propia", que mantiene una conexión "potente y duradera" con Europa a través del Camino de Santiago y fuertes lazos humanos con América.
El presidente gallego alertó sobre la actual pugna entre "quienes se esfuerzan por crear vínculos y quienes trabajan para romperlos", una realidad que consideró propia de nuestro tiempo. Frente a esta división, abogó por que los líderes políticos afronten el futuro orden mundial desde la diplomacia y el entendimiento, "cediendo y tendiendo puentes donde otros levantan muros". En este contexto, definió el uso de la fuerza como "el último recurso" y advirtió contra la búsqueda de "atajos para responder a conflictos complejos".
El proyecto europeo encontró también su espacio en el discurso, donde Rueda destacó su ambición por construir instituciones sólidas que garanticen la durabilidad de los proyectos comunes. Como ejemplo de esta vocación constructora, reconoció la labor de figuras como Miquel Roca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, galardonados con el Premio Josep Piqué del Foro, a quienes calificó como "constructores de la democracia española".
Rueda cerró su intervención defendiendo la necesidad de una política con mayúsculas ejercida por buenos políticos, frente a la tentación de pensar que los problemas actuales pueden resolverse únicamente con técnica. Mostrándose orgulloso de estar al frente de una "Galicia estable y global", reivindicó foros como este como muestra de la ventaja de las democracias representativas, que debaten abiertamente sus problemas, frente a las autocracias que los ocultan y agravan.

La Illa da Toxa se ha convertido esta semana en el epicentro del debate sobre los retos globales y la cooperación internacional con la celebración de la séptima edición de su foro. En la jornada inaugural, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, utilizó su intervención para lanzar un llamamiento a fortalecer los consensos internacionales frente a quienes pretenden fracturarlos, defendiendo el histórico papel de Galicia como tierra de conexión entre culturas.
Rueda destacó la relevancia consolidada de este encuentro como espacio de reflexión para generar ideas que permitan afrontar las complejidades del panorama mundial. Subrayó que el Foro La Toja ha crecido en Galicia precisamente por tratarse de una comunidad "acogedora, con identidad propia", que mantiene una conexión "potente y duradera" con Europa a través del Camino de Santiago y fuertes lazos humanos con América.
El presidente gallego alertó sobre la actual pugna entre "quienes se esfuerzan por crear vínculos y quienes trabajan para romperlos", una realidad que consideró propia de nuestro tiempo. Frente a esta división, abogó por que los líderes políticos afronten el futuro orden mundial desde la diplomacia y el entendimiento, "cediendo y tendiendo puentes donde otros levantan muros". En este contexto, definió el uso de la fuerza como "el último recurso" y advirtió contra la búsqueda de "atajos para responder a conflictos complejos".
El proyecto europeo encontró también su espacio en el discurso, donde Rueda destacó su ambición por construir instituciones sólidas que garanticen la durabilidad de los proyectos comunes. Como ejemplo de esta vocación constructora, reconoció la labor de figuras como Miquel Roca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, galardonados con el Premio Josep Piqué del Foro, a quienes calificó como "constructores de la democracia española".
Rueda cerró su intervención defendiendo la necesidad de una política con mayúsculas ejercida por buenos políticos, frente a la tentación de pensar que los problemas actuales pueden resolverse únicamente con técnica. Mostrándose orgulloso de estar al frente de una "Galicia estable y global", reivindicó foros como este como muestra de la ventaja de las democracias representativas, que debaten abiertamente sus problemas, frente a las autocracias que los ocultan y agravan.
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