La esencia del rural gallego vibró con fuerza esta semana en Mos, donde el Alfacuca Picnic demostró que la conexión con la tierra y las tradiciones mantiene todo su vigor. Más de 2.000 personas, según la organización, se dieron cita en una jornada que transformó el entorno natural en un gran espacio de convivencia intergeneracional, destacando por una programación que aunó sostenibilidad, cultura y ocio participativo.

La cita, organizada con el objetivo de reivindicar y disfrutar del patrimonio rural, registró una masiva implicación ciudadana, con más de 650 vecinos de todas las edades involucrados directamente en las actividades. Desde primeras horas de la mañana, el programa desplegó propuestas como andainas guiadas, rutas interpretativas por el paisaje mosense y talleres inmersivos sobre el ciclo del pan, la producción láctea y los oficios tradicionales. Para los más pequeños, un cuentacuentos en inglés sirvió como ventana lúdica a las costumbres del campo, fomentando el aprendizaje desde la diversión y el juego.

La vertiente lúdica y artística completó una oferta ya de por sí diversa. Sobre el escenario, sonaron los acordes de Xeración M, Paco Nogueiras y Xógara, agrupaciones que aportaron el son de la música en directo como hilo conductor de la jornada. A ello se sumaron las ilusiones del Mago Marco, cuyo espectáculo de magia captó la atención de familias enteras, y la instalación de zonas de encuentro abiertas, que promovieron el diálogo y la interacción entre asistentes.

La alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, no ocultó su satisfacción por el desarrollo de la jornada y subrayó “la magnífica respuesta de la vecindad y el espíritu de comunidad que se vivió durante todo el día”. En sus declaraciones, Arévalo quiso agradecer expresamente “la implicación de las personas participantes, de las entidades colaboradoras y del equipo organizador, que hicieron posible una cita tan especial”.

Tras el éxito de esta edición, desde el Concello de Mos se confirma la intención de repetir el Alfacuca Picnic en los próximos años, con el firme propósito de institucionalizar un evento que ya se perfila como cita ineludible en el calendario festivo y reivindicativo de la comarca. Una apuesta clara por celebrar la vida rural, la creatividad local y el respeto al medio ambiente que ha encontrado, sin duda, su hogar en Mos.